El partido era un match ball para Solari, y si bien el fracaso no fue manifiesto, y puede decirse que el equipo encontró una dinámica de juego, no pudo pasar del empate ante la Gimnástica Segoviana dejando la pelota sobre el tejado de la dirección del Club respecto de su futuro.
Sin ser un partido notable, el Castilla salió al terreno de juego con otra cara. Algo que la afición local agradeció -aunque no faltaran criticas, pero mucho menos incisivas que en otras ocasiones-. Muestra de ello fue que en el primer tiempo, el Castilla pudo hacer gol en múltiples ocasiones. Ya avisó Luismi Quezada con un disparo lejano que se fue por milímetros, pero la cosa no terminó ahí: Víctor Campuzano (por partida doble) y Javi Sánchez gozaron de ocasiones aún más claras de gol. Pero la más clara, fue una ocasión de Óscar que acabó en el poste derecho de la portería de Pablo.
Con el descanso se perdieron las ideas y el juego del equipo dio un paso atrás. Solari trató de corregir esta situación dando entrada a jugadores de refresco pero no dio resultado, el equipo echó de menos al Franchu de los primeros minutos (fue de menos a más) e incluso la Gimnástica tuvo serias ocasiones de batir a Belman, por fortuna, el meta las abortó correctamente.
Durante los últimos diez minutos Solari dio entrada a Fidalgo y cambió el sistema, pero el premio del gol se veía demasiado lejano, y no llegó a convertirse en realidad.