Juanjo García, el entrenador inesperado… y olvidado

El más exitoso entrenador del Castilla a lo largo de toda su historia era el padre del actual técnico de la Gimnástica Segoviana. Abraham García también fue entrenador en La Fábrica

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En el fútbol hay veces que ciertos entrenadores quedan ocultos por los éxitos de los equipos a los que entrena, mientras que otros resplandecen y obtienen buena Prensa pese a conseguir escasos triunfos. En el primero de los casos podemos ubicar a Juan José García Santos, Juanjo, el entrenador inesperado que llevó al filial madridista a una final de Copa del Rey y que a día de hoy permanece olvidado en la iconografía madridista. Hoy, su hijo Abraham, Abraham García, quien fuera técnico también en varios de los equipos de La Fábrica, visita Valdebebas como técnico de la Gimnástica Segoviana. Y desde SoyMadridista hemos querido aprovechar la percha para dar a conocer la trayectoria del hombre que llevó al Castilla a una final de Copa y a jugar la Recopa.

Tras una carrera desapercibida en equipos de categorías inferiores (Carabanchel, Rayo, Reyfra, Ávila o Avilés, e incluso un paso por el extinto equipo de aficionados del Real Madrid), Juanjo abandonó el fútbol debido a una lesión. Sin embargo tras un tiempo trabajando en la banca, volvió a él como técnico. Comenzó en las categorías inferiores del club blanco en la temporada 76-77 a través del conjunto amateur y, tras un par de temporadas, dio el salto al equipo Juvenil, donde no estuvo mucho. A comienzos de la temporada 79-80, el Real Madrid fichaba para el primer equipo a Vujadin Boškov al que acompañó como ayudante el exjugador blanco Juan Santisteban, que en ese momento era entrenador del Castilla y en principio iba a simultanear ambos cargos.

Sin embargo pronto se vio que compaginar ambos puestos era mision imposible y, tras la tercera jornada, Santisteban abandonaba el cargo. Los dirigentes blancos miraron en los entrenadores de la cantera y, al no querer provocar un cisma entre los distintos nombres de ex jugadores que conformaban la estructura de La Fábrica, optaron por una figura mas neutra: la de Juanjo.

Juanjo se convirtió en entrenador del Castilla casi de rebote

Hablamos de un Castilla anterior a los años de Amancio y la Quinta del Buitre, pero sin embargo con algunos buenos jugadores que hicieron carrera en Primera División, en el Madrid o lejos de él. Hablamos de Agustín, Pérez García, Castañeda, Pineda, Gallego u Ochotorena, entre otros. Juanjo, que ya había tenido a varios de los jugadores a sus órdenes, logró formar un buen equipo que se mantuvo durante toda la temporada en los puestos altos y que tan solo en los últimos partidos dio un paso a un lado para acabar séptimo. En los últimos diez partidos sólo logró ganar uno y empatar tres. Aun así, una muy buena clasificación para un equipo cuya misión era tan solo la de formar jugadores.

Juanjo es manteado por sus jugadores tras lograr la clasificación para la final de Copa

Sin embargo la gran campanada de Juanjo y su plantilla llegó en la Copa del Rey. Hay que recordar que hasta 1990 los filiales podían disputar el trofeo, aunque las campañas del Castilla en los años 70, tras su conversión desde el Plus Ultra, no habían ido mas allá de las primeras rondas. En esta nueva temporada el sorteo deparó enfrentarse en las dos primeras rondas a dos equipos de Tercera División, Extremadura y Alcorcón, a los que se gano sin problemas. En la tercera ronda toco un Segunda, el Racing, al cual se le ganó 3-1 en casa y se empató en el viejo Sardinero. Desde ese momento, y cual vuelta ciclista, comenzaron los puertos de montaña que el Castilla y Juanjo fueron superando uno tras otro: Hércules, Athletic, Real Sociedad y Sporting, teniendo que luchar para logra la clasificación siempre en los partidos de vuelta remontando en la mayoría de los casos. Juanjo había conseguido que los jugadores confiaran en si mismos y vieran que no había nada imposible. El gran premio llego al alcanzar la final de Copa, ante el equipo de los mayores: el Real Madrid.

Sin embargo esta vez la situación cambió. Quizás en parte por la presión, quizás en parte por el rival. El filial sucumbió y cayó aquella tarde-noche por 6-1. Así lo reconoció el propio Juanjo, al asumir que habían errado al intentar jugar de tú a tú a un Madrid mucho mas fuerte que los anteriores rivales y que venía de obtener el titulo de Liga. Como grito un espectador desde las gradas aquel día: «Que saquen al Castilla, que nos han engañado».

Juanjo, en una entrevista durante su segunda temporada

No obstante la derrota no fue amarga del todo. El Castilla de Juanjo hizo historia, pero no solo al llegar a la final de Copa siendo un filial y derrotando a cuatro equipos de Primera, sino que al haber obtenido el doblete el Real Madrid, el Castilla ocupó su plaza en la extinta competicion europea de la Recopa de cara a la siguiente temporada. En ella Juanjo tuvo que reorganizar al equipo al tener las habituales salidas de jugadores ya fuera al primer equipo o a otros, caso del capitan Castañeda. Como novedad mucha gente del filial, caso de Chendo, y algún fichaje de fuera, tipo Salguero, que hacían difícil la misión de Juanjo al tener que formar un bloque nuevo.

La Liga no fue buena y hasta el último partido de la temporada el Castilla no logró salvar la categoría. Fue un año malo, con dificultades y sobre todo con la comparación del equipo del año anterior, que siempre estaba presente en aficionados y Prensa. En Copa se llegó hasta los octavos de final, donde el bombo deparo enfrentarse al Barcelona, un rodillo en  ambos partidos. Mientras que en la Recopa, tras un fenomenal partido en casa donde se derrotó al West Ham United, caía en la vuelta en la prorroga por 5-1. Puede que por todo esto o porque se tenían grandes ilusiones que no se cumplieron o por que no se llegaba a confiar plenamente en Juanjo, el caso es que Juan José Borrachero, presidente del Castilla, optó por cambiar el técnico al finalizar el curso y devolver al puesto a Santisteban.

Tras dejar el Castilla y salir de la órbita madridista, el toledano entrenó a Rayo Vallecano y Tenerife, entre otros, para acabar recalando en la Cultura Leonesa a la cual subió a Segunda B en 1987, tras cuatro temporadas en Tercera. Sin embargo no pudo disfrutar de este éxito y un infarto secó su vida con tan solo 41 años. Sus discípulos del Castilla no le habian olvidado: un mes mas tarde del fallecimiento jugaron un partido amistoso, a beneficio de su familia, ante la Cultural Leonesa en el Antonio Amilivia.

La esquela de Juanjo, publicada en Marca

 

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Con mi Insignia de Plata en un lugar privilegiado e intentando llegar a la de Oro, nada se puede comparar a la 7ª cuando uno ha sufrido todas las decepciones europeas de la segunda mitad de los 80. Abuelo, lo que hubieras disfrutado con los 11 de blanco, ya tenemos el doble de Copas de Europa desde que te fuiste y aquí seguimos, disfrutando y recordando a todos aquellos que de una u otra manera han hecho posible que seamos lo que somos.