Mucho se ha especulado estos días sobre qué falta al Castilla, y a lo mejor no es cuestión de enfocar de puertas para dentro: y sí personalizar (nuevamente) en el colectivo arbitral. El Castilla parece condenado a jugar con diez cuando el rival comete acciones peores que los blancos. E irónicamente, nunca se saldan con expulsión contraria. Y cuando juegas con un jugador menos desde el minuto 14, te acaban marcando: y eso ha pasado en el Vicente del Bosque. Nueva derrota del Castilla (1-0) que deja al filial muy tocado.
El encuentro comenzó duro, como empiezan siempre este tipo de encuentros. Pero la tarjeta roja cayó para el lado que cae siempre- Y de un jugador que parece le tienen cogida la matricula en los saltos, aunque no cometa infracción como para ser expulsado: Óscar Rodríguez. Dos expulsiones en diez jornadas, cuando a él le dan el triple de lo poquísimo que da, que encima lo da sin saberse tapar porque tampoco sabe dar. El Castilla de Solari no cambió el chip a pesar de el enorme contratiempo e incluso mostró su superioridad gran parte del encuentro. Dani Gómez estuvo muy cerca de abrir la lata, Franchu completó grandes jugadas, Manu fue un muro en defensa, Javi Sánchez casi hace gol de libre directo y Reguilón protagonizó una jugada por potencia emulando a Usain Bolt. No sirvió porque no llegó el gol, el drama reciente del Castilla, la pasada temporada y queda claro que ésta.
En el segundo tiempo la cosa empeoró y el Adarve se fue haciendo fuerte gracias al consentimiento arbitral y los Cachorros fueron perdiendo ideas. Hubo ocasiones, especialmente un doble paradón de Parra a disparos de Quezada y Franchu. No quería entrar, y aunque Belman entró en modo araña, hubo una acometida que no pudo atajar, tras un gravísimo error defensivo después de un córner… a favor. Con el gol de Fran García el partido terminó, el Castilla lo buscó más con el corazón que con la cabeza, y se volvió a perder. Y quién sabe si también Solari perderá el puesto.