Cuando el Madrid le quitó la Liga al Atlético en el Metropolitano

El Real Madrid disputó 24 partidos como local en el antiguo Stadium Metropolitano debido a las obras de construcción del Nuevo Chamartín. Y allí Molowny y Pruden le birlaron una Liga al Atlético

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Los jugadores madridistas entrenando en la cercanías de un Chamartín en construcción.
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Hoy jugará por primera vez el Real Madrid en el Wanda Metropolitano, el quinto estadio donde el Atleti recibirá como local al Real Madrid en la historia de la Liga: Metropolitano, Chamartín, Vallecas, Vicente Calderón y el Wanda. Si, han leído bien, el Atlético jugó como local en el antiguo Chamartín, en concreto el derbi de la temporada 39-40, debido a que el Metropolitano estaba destrozado por los combates de la Guerra Civil. Recordemos que el viejo estadio estaba a las puertas de la Ciudad Universitaria, escenario de duros combates en el triste trienio. Mientras que el Atleti reconstruía el viejo Stadium, y ante la imposibilidad de jugar en Vallecas, donde lo hizo un tiempo, jugo de manera temporal diversos partidos como local en el antiguo campo madridista de la carretera de Maudes.

Pero hoy no vamos a hablar de aquel partido sino que vamos a avanzar unos años mas, a la primavera de 1946, para recordar cuando el Real Madrid jugó una temporada como local en el campo del eterno rival. Y para mas inri impidió que los rojiblancos ganaran el título de Liga en su propio campo en la última jornada.

Dibujo de Tilú sobre el adiós al antiguo Chamartín.

Los terrenos adyacentes al antiguo estadio madridista habían sido adquiridos para levantar un gran recinto, del que apenas unas escasas personas, Santiago Bernabeu y Rafael Salgado entre otros, tenían esperanza de que pudiera tener éxito. Las obras ya llevaban casi un año en marcha pero para poder afrontar el gran tramo final necesitaba fagocitar parte del estadio existente. La Liga había terminado en marzo, con el Real Madrid cuarto clasificado y con un rendimiento poco brillante, mientras que se afrontaba el torneo de Copa, que se jugaba al finalizar la Liga en aquellos años. Por un lado la mirada puesta en conseguir llegar cuanto mas lejos en la competición y por otro comprobando las fechas en las cuales Chamartín aun estaría disponible para jugar. En abril, el Madrid elimina en las primeras rondas al Ferrol y al Ceuta, mientras que afronta mayo eliminando al Alcoyano en cuartos. El 12 de Mayo de 1946 se jugará en el antiguo Chamartín el último partido oficial de su historia. 2-0, goles obra de Barinaga y Pruden, serán los últimos tantos que subirán al marcador del fondo norte de la Casa Coppel. Y sí, decimos oficial, porque tres días más tarde los de blanco volverán a jugar un partido amistoso contra el Málaga, que acabara 4-5 aunque con un conjunto madridista plagado de suplentes. Triste epilogo para el estadio. Las obras no se detienen y el partido de vuelta de semifinales de Copa ante el Real Oviedo, (la ida en Buenavista se salda con un 0-1 blanco) se disputa en el Metropolitano, ya que el Atleti se lo cede para que pueda jugar el partido, donde el Real Madrid vuelve a derrotar a los ovetenses esta vez por 3-1. El equipo blanco jugará la final de Copa en el estadio de Montjuic, donde volverá a ganar un titulo que se le resistía desde antes de la Guerra. Pero esta es otra historia que ya contaremos.

Unos sueños mueren para nacer otros: el nuevo Chamartin, el actual Santiago Bernabéu, se “come” al viejo

De cara a la temporada 46-47 al Madrid se le plantea un pequeño problema: ¿en qué campo jugar como local? Chamartín ya no es utilizable ni para entrenar y las obras no se esperan que sean cortas, por lo que la opción mas lógica es hablar con la directiva que preside Juan Touzón para intentar negociar la cesión del Metropolitano y jugar allí como local al mismo tiempo que el Atleti. El Madrid cuenta con una baza y es que, como hemos dicho antes, tras la Guerra el Athletic-Aviación Club, nombre oficial del Atleti durante la mayor parte de la década de los 40, dispuso de Chamartín a condición que los socios madridistas pudieran entrar gratis y que el Atleti corriese con los gastos del personal del estadio destinado a esos partidos. Ahora los tiempos han cambiando: pese a estar en la posguerra e incluso con cartillas de racionamiento aún vigentes, la cantidad de socios ha aumentado. El Atleti no pone impedimento a que el Real Madrid use el campo, pero quiere que todos los socios rojiblancos asistan gratis a los encuentros del Real Madrid. El Atleti quería algo reciproco a lo de antaño, pero en mayo de 1939, tras acabar la Guerra Civil, al Madrid le quedan menos de 300 socios, que se convertirán en 2000 en enero de 1940. Ahora en 1946, y tras permitir hacerse nuevos socios, el Madrid anda cerca de los 20.000 que junto a una cifra cercana de los rojiblancos dejan en la practica poco billetaje libre para cada partido. Teniendo en cuenta que los ingresos de los clubes en esos años vienen por las taquillas, de ahí el interés de Bernabéu por hacer crecer el estadio, crea un problema al Madrid porque la cantidad de entradas libres mengua en demasía. Aún así, al Madrid no le queda otra opción y prácticamente serán los socios y abonados de ambos equipos quienes llenen las gradas cuando juegue de local el Real Madrid.

El Madrid, de local en el Metropolitano

El Stadium Metropolitano estaba ubicado pasado Cuatro Caminos, a espaldas del final de la actual Avenida Reina Victoria. Construido en los años 20 durante el mandato de Julián Ruete, antiguo jugador madridista y en ese momento presidente rojiblanco, había sido realizado por el arquitecto José Maria Castell, histórico jugador, capitán y directivo del Real Madrid, además de arquitecto del antiguo Chamartín. Para el Real Madrid jugar allí no le era desconocido, llevaba siendo hogar del Atlético de Madrid desde 1923 e incluso había sido el encargado de reinaugurarlo en febrero de 1943 en un amistoso tras los destrozos de la Guerra Civil.

Comienza la temporada y Bernabéu, pese al titulo de Copa obtenido, decide realizar un cambio de técnico en el banquillo blanco, Jacinto Quincoces dejaba paso al eibarrés Baltasar Albeniz. La noticia salta en las oficinas del club donde Quincoces, que vuelve de Canarias, acude con el contrato firmado por el nuevo fichaje blanco, Luis Molowny. Bernabéu, tras la reunión, se dirige a los periodistas presentes para informar de las novedades:

– Hay ademas otras cosa interesante y es el nombramiento del nuevo entrenador del Madrid.
– ¿Bonet? (El periodista pregunta por Antonio Bonet, medio madridista en los años de la República)
– No. Se trata de Baltasar Albéniz, el antiguo jugador del Alavés que en la temporada ultima preparó al equipo del Español y anteriormente el del Celta.
– Nos parece muy acertada la elección. Pero, ¿y Quincoces?
– Jacinto pasa a ser nuestro asesor tecnico. Ocupara el cargo de delegado de fútbol en la Junta directiva. Es el precisamente quien nos ha sugerido la idea de traer a Albéniz. Conoce muy bien a Quincoces, con el que ha jugado muchos años, sabe su manera de pensar y estamos seguros que dara un rendimiento excelente.

Con los costes de las obras el Madrid apenas ha realizado fichajes y el único refuerzo destacado es el de un joven extremo canario de apenas 21 años: Luis Molowny. Bernabéu había recibido comentarios acerca de la valía de este jugador y sabiendo de antemano que Rosendo Calvet, secretario del Barcelona, iba a viajar durante el verano a las islas canarias para ver jugadores, decide mandar antes a Quincoces para que le fiche. A través de un socio madridista, casado con una canaria, Bernabéu le pone en contacto con un banquero de las islas para que le facilite el dinero en metálico y ordena a Quincoces que le fiche aunque haga mal partido, pero siempre que le vea «algo» en su juego. Molowny no hace un buen partido pero Quincoces advierte en el jugador calidad y ejecuta la orden de Bernabéu. El jugador llegará a Madrid con la Liga comenzada debido a que tiene que finalizar el servicio militar.

Luis Molowny, el añorado Mangas, el día de su debut. En el Metropolitano, ante el Barça, jugando como local para el Real Madrid y marcando el gol de la victoria.

El traslado al Metropolitano no comienza mal. En su «casa rojiblanca» se muestra intratable y en los cuatro primeros partidos ni siquiera encaja un gol, derrotando 5-0 al Real Murcia, 2-0 al Español, 5-0 al Deportivo y 4-0 al Sporting. Fuera no es lo mismo: empata 0-0 en Oviedo y 3-3 en Sabadell, gana en Castellon 2-3 y pierde en San Mamés 2-0. Gran culpa del buen arranque la tiene el salmantino Pruden, que marca 13 goles en las ocho primeras jornadas. Sin embargo las dos siguiente jornadas son adversas. Inexplicablemente se empata en casa ante el Celta, pese a ir ganando 3-0 al comienzo de la segunda parte, mientras que en la salida a Sevilla se pierde por 5-0 en Nervión. Los blancos pierden el liderato y las dudas surgen cuando los tres siguientes partidos son ante Barcelona, Valencia y Athletic-Aviación. Los días previos al partido del Barcelona salta la noticia: Barinaga se lesiona. El de Durango no será de la partida y se une a la bajas en la delantera de Alonso y Rafa, por lo que Molowny tiene que tomar la alternativa en tan importante día. El partido no esta a la altura de la expectación generada. Corona, de penalti, adelanta a los madridistas y Seguer empata durante la primera parte. Las jugadas se suceden, pasan los minutos pero ninguno de los dos equipos termina de hacerse con el control y lentamente se aboca al empate. Sin embargo, cerca del final, una jugada de Pont que unido a un centro medido de Vidal, encuentra a un aguerrido Molowny que se zafa de su marcador y conecta un testarazo que no puede detener Velasco. El canario da la victoria y el liderato, nuevamente, a los blancos.

El canario no defraudó en su primer partido, y pese a que el equipo seguia sin jugar como tal, en parte lastrado por las lesiones de jugadores importantes de la plantilla, Molowny destaca. Gilera, cronista de Marca, no le resta halagos: «Es un jugador de cuerpo entero, y él es el vencedor material y moral del Barcelona; no el equipo, que naufragó totalmente. Dominador del balón, con visión clara del juego, flexibilidad en su movimientos, que le permiten fintar perfectamente y regatear bien, y decidido en el tiro o remate. Resulta un formidable interior de ataque«. Una semana después, lo ganado ante el Barça se pierde ante el Valencia: derrota 5-0.

El once madridista que jugó como local ante el Atlético en el Metropolitano

Siete días mas tarde el Real Madrid recibe en el Metropolitano, que extraño queda, al Atlhetic-Aviación. Un partido con mucha emoción y poco juego, en el cual se adelanta el Madrid tras una balón que no consigue atrapar Pérez y Alsúa marca el 1-0. Poco a poco el cansancio fue haciendo mella y los colchoneros los sobrellevan mejor imponiéndose en el centro del campo, primero con el control del partido y al final con el marcador, por medio de dos goles de Jorge que dan la victoria a los rojiblancos por 1-2. Con esta victoria el Madrid acaba la primera vuelta en cuarta posición.

La segunda vuelta del campeonato es un viaje en montaña rusa. El Madrid lo mismo pierde ante el Bilbao en el Metropolitano por 3-6, vence 7-4 al Castellón, luego pierde 1-3 con el Sabadell, más tarde vence en Vigo 3-4 al Celta… No consigue una linea fija y se balancea por la mitad de la clasificación. En las ultimas jornadas se pierde 3-2 en Las Corts ante el Barcelona y el Valencia se pasea por Madrid goleando 2-4. El Madrid esta octavo en la penúltima jornada. A la última jornada llegaban con opciones de ganar el titulo el Athletic de Bilbao, el Athletic-Aviación y el Valencia. Los vascos jugaban en Coruña, ante un Deportivo que se jugaba la permanencia; los rojiblancos recibían a un Real Madrid que pensaba en el salvavidas de la Copa; mientras que el Valencia esperaba a un Sporting que tampoco se jugaba nada. A excepción del hilo telefónico, poco mas se podía saber sobre lo que se cocía en cada campo durante la jornada.

El Bilbao comenzó perdiendo y Zarra, con dos goles, dio la vuelta al partido. Volvió a empatar el Depor y otra vez Zarra ponía por delante a los vascos; el Valencia por su parte no se complico y se ponía con un tranquilo 2-0 en la primera parte a expensas del milagro; ¿y en Madrid?, aquí algo similar, a los tres minutos se adelantaba Jorge aprovechando una indecisión de Huete con el portero Bañón para poner el 1-0. Alegría en la grada rojiblanca y murmullo en la madridista, ¿quizás quería hacer un favor el Madrid al Atleti?. La sospecha poco duro porque apenas seis minutos mas tarde, quién sino Pruden ponía el empate en el marcador. Aún así el Atleti se volvía a poner por delante por medio de Juncosa, quien hacia el 2-1 hacia la mitad de la primera parte. En el descanso todo seguía igual y el Bilbao continuaba siendo campeón.

Barinaga, Alonso, Terán, Huete, Ipiña, Pruden, Bañón, Rafa, Pont, Molowny y Arsuaga fueron los hombres que privaron al Atleti del titulo de Liga

El Atleti, quizás porque veía que su misión estaba hecha, se relajaba ya que el Madrid no se jugaba nada y para colmo había salido con una pareja de centrales que en realidad eran un interior y un medio. Nuevamente con el balón en disputa, y los minutos corriendo, Molowny recibe un paso de Alonso, quien volvía tras una larga lesión, y empataba en el Metropolitano. El Atleti veía que la Liga se le escapaba, sobre todo cuando el Depor empataba en Coruña, y los colchoneros solo dependían de si mismos, y no era capaces de arreglar el desaguisado. Las manecillas del reloj avanzaban inexorablemente y para colmo rojiblanco, a cinco minutos del final, Pruden marca el 2-3 para el Real Madrid, mientra que el Bilbao seguía empatando en Coruña. El Madrid le quitaba el titulo al Atleti en su propia casa y se lo entregaba en bandeja a un Valencia que pasaba de comparsa a gran reina y se hacia con el titulo de Liga tras golear 6-0 al Sporting.

Tras una liga mediocre, el Real Madrid afrontaba la Copa, y al igual que el año anterior el resultado de una competición a otra fue abismal. Por el Metropolitano pasaran Ferrol, Betis, Castellon y Athletic de Bilbao, donde todos perderán, y el Madrid nuevamente se encontrara en la final, esta vez en Riazor. Allí, dentro de una prorroga agónica y con dos jugadores menos, derrotará al Español por 2-0 y obtendrá su segundo título de Copa del Generalísimo consecutivo. Al final la temporada tendrá buen sabor y más cuando el horizonte ya se ve el final de la obra del nuevo Chamartín. En total, el Real Madrid jugó en esa temporada 18 partidos oficiales como local en el Metropolitano más otro partido amistoso jugado en diciembre ante el equipo argentino San Lorenzo, de gira por España, y al que se derrota por 4-1.

Sin embargo, como no podía ser de otra forma, las obras se retrasaban y por ende el estreno del nuevo estadio. La temporada comienza con un intercambio de roles en el banquillo: vuelve Jacinto Quincoces mientras que Albéniz pasa a encargarse de la parcela física de la plantilla. Así lo contaba él mismo en una entrevista:

– Me han dicho que te quedas.
– Así parece. Un año mas con vosotros, según acorde con la directiva. Hasta ultima hora no concretamos porque las intenciones eran traer de Inglaterra un entrenador. Pero por ahora continuare en colaboración con Quincoces.
– Que es el técnico, ¿no?
– El técnico en la formación del equipo, en adquisiciones, en todo lo que el Club precisa, porque es el jefe de todos los que tenemos una misión dentro del conjunto como profesionales. Mi labor, limitada a la preparación, fue siempre de acuerdo con las observaciones de Jacinto.

Los jugadores madridistas entrenando en la cercanías de un Chamartín en construcción.

El Madrid comienza la temporada jugando de nuevo en el campo rojiblanco, aunque parece que esta vez solo hasta final de año. El comienzo de Liga es desastroso. Las cinco primeras jornadas se saldan con 4 empates, entre ellos con los recién ascendidos Alcoyano y Nástic de Tarragona, y una derrota. Se derrota a la Real Sociedad por 3-0 y al Sevilla por 2-1 en el Metropolitano y se pierde ante el Sporting, el Atleti y el Valencia. La derrota contra los vecinos es durísima: estos les golean 5-0 por medio de la llamada ‘Delantera de Seda’, bautizada así por José María Úbeda, cronista deportivo del madrileño diario Pueblo y exjugador madridista en los años 20: esa delantera era la integrada por Juncosa, Vidal, Silva, Campos y Escudero.

Boletín oficial de precios de los abonos de la temporada 47-48, la primera en el Nuevo Chamartín

Sin embargo las penas son menos ya que finalmente una semana mas tarde llega el día que tanto anhelaba Santiago Bernabéu en particular y el madridismo en general: la inauguración del nuevo «Estadio Real Madrid Club de Fútbol», nombre oficial del recinto. Para poder festejarlo debidamente se pidió posponer el partido de Liga ante el Athletic Club de Bilbao, y se inauguró mediante un encuentro amistoso contra el Os Belenenses portugués el 14 de ciciembre de 1947. Por fin se acabo el destierro en el Metropolitano… O en realidad aun no, puesto que el Real Madrid tenía programado un partido contra el Español que una nevada impidió jugar en Noviembre. La idea era haberlo celebrado en Chamartín, pero el habitual papeleo, licencias y burocracias varias hicieron que volviera al Metropolitano por un partido. La victoria por 3-1, goles obra de Vidal, Barinaga y Molowny, cerraba el destierro obligado, aunque agradecido para disponer de un campo mayor y mejor, que se saldaría con 24 partidos jugados en el Metropolitano. El 28 de diciembre, ante el Athletic Club de Bilbao, el Madrid volvería a jugar un partido oficial en su estadio. Fin a un periplo de 19 meses. Desde entonces, y salvo sanciones mediante, ya van 70 años disfrutando de nuestra casa…y los que nos queda.

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Con mi Insignia de Plata en un lugar privilegiado e intentando llegar a la de Oro, nada se puede comparar a la 7ª cuando uno ha sufrido todas las decepciones europeas de la segunda mitad de los 80. Abuelo, lo que hubieras disfrutado con los 11 de blanco, ya tenemos el doble de Copas de Europa desde que te fuiste y aquí seguimos, disfrutando y recordando a todos aquellos que de una u otra manera han hecho posible que seamos lo que somos.