La contracrónica: ¡Hay vida!

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«De verdad, otra vez». ¡No! Hoy no toca eso. Soy un poco cenizo, pero de momento esa hipersensibilidad que tengo no me ha provocado la ceguera absoluta. De momento, al menos, no. Los jugadores han disimulado estupendamente bien que hoy no nos jugábamos nada. El arranque del equipo y la reacción tras el empate ha sido, a mi parecer, fantástica. Y, ¡oye!, cuando la afición activa el modo desfibrilador es porque busca vida en cuerpos muertos. Y la hubo. Hoy, la hubo.

Ha sido un día de sonrisas. Como diría el cantautor malagueño El Kanka, ¡qué bello es vivir! Mayoral es titular y marca; Cristiano aparca su trauma liguero y se convierte en el primer futbolista que ve puerta en los 6 partidos de la fase de grupos; Lucas Vázquez tras muchas citas con el psicólogo -pagadas todas por Zidane- logra salir de la depresión anotando el gol de la victoria a diez minutos del final; y Ceballos, un jugador que nos genera muchísimo hype, ha gozado tanto como nosotros de los 30 minutos que le ha regalado el entrenador. Así que el partido ha sido un «win-win» de manual. Contentos ellos y contentos nosotros, por supuesto.

Fijaos. Han habido tantas cosas positivas que me olvido de la vuelta de Kovacic y de Asensio, del rodaje y la puesta a punto de Theo o incluso del nivel tan alto que mantienen siempre jugadores como Casemiro y Nacho. Continuamente estamos pendientes de si los de arriba la meten o no, pero deberíamos mirar de reojo hacia atrás de vez en cuando para ver cómo hay gente que se embarra, partido tras partido, para que brillen otros. Lo que se conoce como trabajo sucio, destruir para construir o, también, cobrar menos por no ser tan guapo.

¡Eso sí! No os riáis mucho, tampoco. Varane se ha vuelto a lesionar y para el partido del Sevilla deberíamos ponernos todos a correr por nuestro barrio por si nos toca salir a calentar. Sin Ramos, sin Carvajal, sin Casemiro y, quizás, sin Vallejo/Varane, igual nos toca desenfundar las Total 90 para que el Bernabéu nos pite. Respiremos hondo mañana y pasado porque el sábado todo apunta a que se vienen curvas y no sería la primera vez que nos olvidamos los frenos.

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Mientras intentas descubrir algo más sobre mí en estas líneas yo me ando paseando por algún lugar de Barcelona con el escudo del Real Madrid en el pecho. Desconozco si soy un valiente o un imbécil, pero me excita. Son tantos los que me miran mal como los que empatizan conmigo. Así que si algún día desaparezco que sepáis que o me han matado a palos o a besos. Y si eso ocurre… ¡Que nos quiten lo escrito y leído por aquí! Eso sí, ¿hablaréis bien de mí, no? ¡Más os vale!