El partido tuvo muchas fases, unas buenas, y otras no tan buenas: pero la fe de los jugadores del Real Madrid valió para sendosar un 3 a 2 al Borussia de Dortmund, y obtener tres puntos, que si bien a efectos clasificatorios son meramente testimoniales, sí pueden servir para que varios jugadores recuperen la confianza: como Lucas Vázquez -autor del gol final-, o simplemente para hacer al Bernabéu creer en este equipo que aún tiene mucho que decir en esta competición. Borja Mayoral y Cristiano fueron los restantes goleadores merengues, mientras que los goles visitantes fueron obra de Aubameyang.
Como viene siendo habitual en el Real Madrid más reciente: los merengues mostraron durante gran parte del encuentro sus problemas de juego. Y eso que hoy parecía que la historia iba a ser distinta: en menos de quince minutos el Real Madrid ya había endosado dos goles a Burki y encima había tenido la oportunidad de hacerlo en más ocasiones. Borja Mayoral fue el encargado de abrir la lata, mientras que Cristiano hizo ese segundo gol con un misil teledirigido a la escuadra de la portería alemana.
Nada parecía que iba a salir mal, incluso Aubameyang: jugador que acostumbra a poner en graves aprietos a los merengues estaba siendo frenado totalmente por un Varane que le miraba de tú a tú a la hora de iniciar una carrera. Pero sí hay un Club al que le gusta complicarse la vida, ese es el Real Madrid, y tras lesionarse Varane al filo de la media hora de encuentro, toco tirar de pizarra y poner a Lucas Vázquez de lateral por el carril derecho. Carril por el que llegaría el primer gol alemán, y no por culpa del jugador gallego, sino por una perdida de Asensio, que conllevó un gran centro y un mejor remate aún de Aubameyang. 2-1 y tiempo de descanso.
El segundo tiempo arrancó dando cumplimiento al temor de los madridistas: la llegada del segundo gol. Y de nuevo llevaría la firma de Aubameyang. Tras este gol el equipo blanco volvió a lanzarse a por el resultado, pero llegando sin mucha claridad. Zidane dio al fin entrada a Ceballos (y posteriormente a Marcos Llorente) y el equipo lo notó de manera muy positiva. Sin embargo, más allá de centros con relativo peligro, que se quedaron en eso: en peligro, y disparos con cuatro centrales defendiendo la portería que iban a las manos de Burki, los blancos parecía que no iban a sacar mucho más del encuentro. Pero un jugador mantuvo la fe en una carrera que parecía perdida: Theo Hernández, y tras lograr forzar un centro peligroso, en la segunda jugada, Lucas Vázquez disparó un balón muerto con el exterior de su bota derecha a la cepa del poste. Al fin.
El Borussia por su parte, tras lograr el empate, decidió montar las trincheras dando instrucción a sus cinco defensores de ser especialmente cuidadosos, dando por bueno el empate. Pero al final el planteamiento conservador le salió por la culata a Peter Bosz.