Madridistas, no; madridismo, sí

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Hace no demasiado tiempo, algunos voceros utilizaron las redes sociales para airear que no es necesario pedirle a los jugadores del Real Madrid que sean madridistas, pero sí hay que exigirles que sean profesionales. La frase, disparada en un momento además en el que le estaba cayerno un fabuloso chaparrón a un jugador, parecía perfecta hasta para eslogan, para hacer camisetas. Pero resulta que no. Que la frase es magnífica y su contenido es cierto, pero olvidaron meter en la ecuación un detalle, sin duda el más importante: el madridismo. Ése no sé qué que se te pega al alma y a la piel y hace que sientas este club como si lo hubieras parido.

Sí, madridista no hay que ser para vestir esta camiseta. Hace falta ser profesional e intentar dejar todo lo que tienes por ella, aunque te salga mal, como le pasó por ejemplo a Illarra. Voy a hacer un ejercicio de simplicidad. ¿Alguien piensa que Quincoces, don Alfredo di Stéfano, Pepe Pirri, Camacho, Juanito o Fernando Hierro, incluso Fernando Martín por no dejar todo en el fútbol, nacieron madridistas? Lo desconozco. Me atrevo a asegurar que posiblemente en esa lista haya, a lo sumo, un par de ellos. Otra pregunta: ¿Alquien piensa que alguno de esos hubiera dejado a Messi acabar el partido sin haberle pegado un bufido que ríase Vd. del secador de su hija mayor, tras su enésimo y acomplejado desplante al público del Bernabéu tras marcar el 0-2? Ya respondo yo por Vd: no hay Dios que lo dude. Y todos sabemos que lo hubieran hecho movidos por un estimulante: se llama madridismo.

No entiendo por qué el madridismo, de repente, se ha quedado fuera de la ecuación, de todas las ecuaciones. El madridismo no importa. No interesa. Ni sobre el campo ni fuera de él. Puedes nacer no madridista y jugar en el Madrid, claro que sí, y ser un buen profesional con quien te paga o uno penoso. Pero tienes que sentir el madridismo, saber qué es, saber qué representa y a quién representa. Y defenderlo hasta la muerte. Que sea la capa que te hace volar y el escudo que te protege. Puedes perder 0-3 contra cualquier equipo, porque esto es un juego y en el deporte se pierde infinitamente más veces de las que se gana, pero no puedes pisotear la bandera del madridismo. La tuya. La suya. La mía. La de todos.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.