Ni ahora ni en junio. Kepa Arrizabalaga, salvo giro radical de los acontecimientos (algo que ya ha sucedido en una ocasión en todo este affaire) no jugará en el Real Madrid. Ni ahora en enero ni en junio, porque todo está listo para su renovación con el Athletic con una cláusula de 80 millones de euros. El meta ondarrés se ha cansado de la situación y tiene decidido continuar en San Mamés.
Kepa era el gran objetivo de mercado del Real Madrid durante este mercado de invierno, y el acuerdo con Bahía, su agencia de representación, y con el portero era total. El Madrid iba a abonar los 20 millones de euros de su cláusula al Athletic, permitiría salir a Kiko Casilla al Newcastle y el vasco se convertiría en el portero que tendría que hacerle la competencia a Keylor Navas. Pero todo eso se ha truncado.
Primero, por la negativa en redondo de Zidane a incorporarle ahora, algo que ha incomodado muchísimo a Kepa. El meta, que quería salir del Athletic porque estaba amenazado con irse a la grada si no renovaba pudiendo perderse así el Mundial, comenzó a ver que si recalaba en el Santiago Bernabéu la situación sería esa misma. Después, porque por su lesión en un pie el Madrid le impuso pasar por el quirófano, mientras que él prefiere un tratamiento conservador para, de nuevo, tratar de llegar al Mundial. Y más tarde, porque si Zidane sigue, y el Madrid no ha dejado claro si el galo seguirá el próximo curso o no, Kepa cree que por esas reticencias a su llegada tampoco lo haría como titular.
Todo ello le ha permitido al Athletic volver a negociar con su agencia de representación, alcanzar un acuerdo con ella, subir en el nuevo contrato su cláusula de rescisión a 80 millones de euros e intentar dejar con un palmo de narices al Real Madrid. A los blancos le quedan once días para enderezar una situación que, ahora mismo, parece inenderezable.
