Tenía que despertar, pero no lo hizo. El Real Madrid fiel a su paso por Copa del Rey volvió a no ganar su encuentro en el Bernabéu, pero no le valió como en anteriores ocasiones, el rédito logrado en la ida de sus eliminatorias. Y eso que el resultado no fue malo. Finalmente el Real Madrid no pudo pasar de la derrota por 1 a 2 certificando el primer título perdido de la temporada -la Liga aún no se puede contar como perdida, por más que así lo esté-.
Cuando uno escribe sobre este equipo tiene la sensación de estar escribiendo la ‘Historia Interminable’ o bien estar reviviendo una y otra vez el día de la marmota. El Real Madrid, en el primer tiempo, como siempre mantuvo el dominio, mientras Isco deslumbraba a los espectadores con su calidad; Theo, Lucas y Kovacic arrojaban el coraje, pero al final -y como tantos días- la cosa se torció. Y esta vez sí hubo un claro aviso: el disparo al poste de Beauvue. No pareció inquietar a los merengues que buscaban la portería rival, pero no parecían muy decididos a abrir la botella de ‘champagne’.
¿Y qué pasó? Quién haya seguido al equipo blanco esta temporada lo sabrá. Se adelantaron los visitantes. Aunque tuvo más miga de lo habitual, porque el golazo de Eraso vino precedido de un error de Nacho, un jugador que comete un error con la misma asiduidad con la que hay un eclipse lunar. Ayudó un pase envenenado de Achraf al jugador madrileño, aunque tampoco hay que quitar meritos a Eraso que castigó con un potente disparo sin dudar un segundo. Al Real Madrid le entraron las prisas pero tuvo ocasiones de nivelar la balanza, la más clara tras un centro de Achraf que casi cabecea Benzemá. El Leganés sabía además de la dura situación que atravesaban los blancos, y manteniéndose ordenados, no cesó en su empeño de buscar la portería de Casilla y poner aún más cuesta arriba.
Pero por suerte, Karim Benzemá, nada más empezar el segundo tiempo y tras una buena acción de Lucas dio tranquilidad a los aficionados blancos, que a estas alturas, ya no tienen problemas de corazón con todo lo vivido recientemente.
Pero poco duró la alegría en el Santiago Bernabéu pues Gabriel se encargó tras un córner perfectamente ejecutado de volver a romper el equilibrio del marcador. La situación se complicaba enormente pues el Leganés superaba los goles anotados por el Real Madrid en la ida como visitante, por lo que forzaba al equipo blanco a empatar o vencer.
Zidane movió ficha y señaló en parte a dos de sus jugadores al introducir un doble cambio, Marcos Llorente y Achraf -el jugador más pitado de la noche, tras lograr Benzemá el perdón con su gol-. Pero la fase en la que nos encontrábamos ya incluía al Leganés en su fase más sólida, controlando totalmente el partido, pudiendo solamente un milagro solucionar la papeleta en la que se encontraba el equipo de Zidane. Benzemá, Mayoral, y -como no- Sergio Ramos tuvieron las mejores ocasiones, pero no fueron suficiente: Champagme estaba ahí.
La película ya la conocíamos, pero esta vez tuvo un final distinto. En las rondas pasadas, el Real Madrid no ganaba en su feudo, pero al menos certificaba su pase a la siguiente ronda. En esta ocasión, además de no ganar, se apeó de la competición. Una tragedia deportiva como todo el año que está viviendo el equipo merengue.
