El partido del Real Madrid que comenzó un entrenador y terminó otro

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Parte del público desalojó las gradas atravesando el césped.
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Las peripecias que pueden envolver a un partido del fútbol, ya sea antes, durante o después del mismo, pueden abarcar casi cualquier cosa. Desde partidos que se ganan en el césped y se pierden en los despachos a partidos suspendidos por la climatología, equipos que no presentan o si lo hacen no quieren jugar, invasiones de césped por parte de los hinchas, equipos que se quedan en tal inferioridad numérica que el árbitro tiene que suspender el encuentro… Las casuísticas son de lo mas variadas. El caso que hoy queremos recordar es también cuanto menos curioso: un partido del Real Madrid en el que comenzó con un entrenador y lo acabó con otro distinto. Y no, no nos referimos a que lo termine el segundo entrenador, sino a que entre el inicio y el final del partido el entrenador titular madridista había cambiado.

Un equipazo con la guinda de Owen

El experimento del portugues Queiroz, antiguo segundo entrenador del Manchester United, fracasó de mala manera. El Real Madrid terminaba cuarto clasificado en la Liga, teniendo que jugar la previa de la Champions en agosto a la siguiente temporada tras perder los cinco últimos partidos del Campeonato, récord histórico negativo de la entidad. En Copa del Rey se alcanzó la final para perderla en la prorroga ante el Zaragoza, mientras que en la Champions se caía en cuartos de final ante el Mónaco debido a los goles de  orientes, cedido por el Madrid en el equipo del Principado. Como quiera que esto no podía repetirse hubo cambio en el banquillo madridista y se opto por traer un entrenador con un carácter muy distinto al del portugues: José Antonio Camacho. El de Cieza había sido un símbolo del Real Madrid y de la selección española: 16 temporadas en el club con mas de 600 partidos, que podrían haber sido muchos mas si no hubiera estado mas de año y medio apartado de los terrenos de juego por una grave lesión. Junto al murciano llega como gran fichaje el argentino Walter Samuel, además del regreso de los cedidos Morientes y Celades. Los ingleses Michael Owen y Jonathan Woodgate también se incorporarán, pero lo harán mas adelante, durante el mes de agosto. Puede que sea el año mas completo de la plantilla en cuanto a estrellas y nombres: Casillas, Roberto Carlos, Beckham, Zidane, Figo, Ronaldo, Raul, Owen… Pero sin embargo con un fondo de banquillo quizás algo descompensado.

Con la vista en la ronda preliminar de Champions, a disputar ante el Wisla Cracovia en agosto, el Madrid hizo una pretemporada atípica: apenas se jugaron cuatro partidos. Se empata (2-2) en el Centenario del Benfica, se vence en dos amistosos en una gira japonesa por Tokyo y se derrota por la mínima al Getafe en Alicante. Ante los polacos llega la primera prueba oficial y la ida en Cracovia se salda con un rédito de 0-2, más que suficiente para el partido de vuelta. Poco después se presenta a Owen y surgen las primeras discrepancias entre el entrenador, que tenia la posición cubierta y veía innecesario el fichaje, y el presidente, que traía a otro Balón de Oro mas como apuesta personal que otra cosa. Uno de los culebrones del verano era el interés madridista por Patrick Vieira, pero finalmente se tradujo en la llegada de Woodgate, procedente del Newcastle, que en parte calmaba al técnico madridista.

La vuelta ante el Wisla es un puro tramite: 3-1, antes de enfrentarse en el Trofeo Bernabeu para perder por la mínima ante los Pumas mexicanos entrenados por Hugo Sánchez. Comienza la Liga con optimismo y se vence 0-1 en Mallorca y 1-0 al Numancia. Pese a las victorias el juego no es el esperado. Se viaja a Leverkusen y las débiles costuras estallan ante el Bayer: el Madrid pierde 3-0 dando muy mala imagen en un partido que finaliza con Figo y Zidane sustituidos y que se marchan al autobús sin esperar a sus compañeros. Camacho, quien ya había tenido algunas discusiones con la plantilla, se echa la culpa de la derrota y afronta el viaje a Montjuïc para medirse al Espanyol como una prueba de fuego.

La tormenta se desata en Montjuïc

En Barcelona al conjunto blanco no le sale nada a derechas. A las bajas de Zidane y Figo por lesión, se le une que Raúl y Beckham son relegados al banquillo por decisión de Camacho. A ello se le suma la ausencia de Casillas, quien se lesiona en el calentamiento y le tiene que suplir César, que para colmo también se lesiona, durante el partido, y tiene que seguir jugando con un vendaje en el muslo. La defensa es un desastre y la apuesta de Juanfran en el once titular resulta intrascendente. El equipo pierde 1-0, Ronaldo Nazario falla inexplicablemente un penalti y acaban expulsados Samuel y Michel Salgado.

La cara de Camacho es un poema. Apenas estamos a mitad de septiembre y las relaciones entre los pesos pesados de la plantilla y el entrenador están rotas en gran parte por que las formas del entrenador chocan mucho con lo que estaban acostumbrados los jugadores. Camacho, que sabe lo que hay, decide no perder el tiempo y al día siguiente expone al presidente las razones para no seguir siendo el entrenador. Florentino hace un pequeño intento de convencerlo, pero ambos saben que esta relación ha fracasado puesto que los jugadores se ven reforzados por un presidente que no quiere defender al entrenador para no enojar a los pesos pesados del vestuario.

Camacho y García Remón traspasan poderes en presencia de Florentino Pérez.

La Junta Directiva acepta la dimisión y ofrece el cargo de entrenador a otro histórico de la casa: Mariano García Remón. Éste, junto a Pérez y Camacho, conforma una comparecencia pública, sin preguntas, en la que se presenta al nuevo técnico. Ese mismo día tiene su primer entrenamiento ya que se juega un partido de Liga entre semana ante Osasuna en el Bernabéu. Con un gol de falta de Beckham, y un poco de mejor juego, el Madrid derrota 1-0 al conjunto navarro.

Diálogo contra carácter duro

Con la llegada de García Remón se intenta un cambio de perfil en el banquillo. De un carácter duro como el Camacho y que no dudaba en enfrentarse a las vacas sagradas, a un talante mas dialogante y cercano a Del Bosque. García Remón había sido portero madridista durante 15 temporadas y en banquillos tenia un recorrido por varios equipos de Primera y Segunda Division, incluido el filial blanco. Pero en Liga, tras el triunfo ante Osasuna, la cosa empeora: el Madrid pierde en Bilbao, en casa ante el Depor y empata en el Villamarín, lo que le pone a 9 puntos del Barcelona. A continuación engancha un buen ciclo, cuatro victorias consecutivas, que le hace plantarse ante el desplazamiento al Camp Nou a solo 4 puntos de los cules.

Pero la realidad fue cruel. Pese a poner sobre el césped a todos los Galácticos, el Madrid fue un equipo perdido y roto, incapaz de poner en aprietos a un rival que disponía de un triplete en estado de gracia: Deco, Ronaldinho y Etoo. Éste aprovecho un fallo entre Casillas y Roberto Carlos para marcar el primer gol, ademas de provocar un penalti en su pequeña venganza particular (había sido rechazado para regresar al Madrid) y los blancos caen derrotados por 3-0. Tres días mas tarde el Madrid se juega su primer match-ball en Champions ante el Leverkusen en Chamartín, donde si gana se clasifica para Octavos. Pero se empata 1-1, con un grosero error de Samuel en el gol alemán y Figo fallando un penalti a diez minutos del final. Para completar la noche, la grada pita a García Remón cuando parece que va a realizar un cambio a 30 segundos del final tras haber parecido que Owen tampoco quiso saltar al césped. El Madrid lograría la clasificación venciendo en Roma 0-3 varios días después, pero lo que estaba claro es que el ambiente en el equipo seguía raro. La Liga continua con una goleada tranquilizadora ante el Levante para a continuación no pasar de un simple 0-0 en el campo del Villareal.

Y llegó el 12 de diciembre

Llega el 12 de diciembre y la 15ª jornada, en la cual la Real Sociedad llega a Chamartin, al tiempo que el Madrid sigue segundo, a 9 puntos del Barcelona. El partido parece no tener mucha historia. El Madrid se adelanta por medio de un golazo acrobático de Ronaldo, pero con un juego gris. La Real no se amilana y en la segunda parte empata con otro golazo del turco Nihat. Ni uno ni otro consiguen alterar el resultado y el partido encara los minutos finales hasta que a falta de tres minutos sucede algo extraño: el cuarto árbitro hace señas al arbitro principal y salta al césped para avisarle de que pare el partido. Lizondo Cortés le escucha durante unos instantes y rápidamente hace gestos para que los futbolistas se retiren del terreno de juego. Estos, al principio sorprendidos, toman velozmente el camino de vestuarios. El publico asiste incrédulo durante unos momentos hasta que el metálico sonido de la megafonía rompe el desconcierto: «Rogamos a todos los aficionados que vayan desalojando el campo de forma ordenada». El desconcierto se transforma en sorpresa y miedo, puesto que nadie duda que la evacuación pueda ser motivada por una amenaza de bomba, como la que estalló varios años antes en la misma Castellana en la previa de un Madrid-Barça de Champions. De forma modélica y sin ningún incidente, las 70.000 personas que asisten al encuentro abandonan el estadio en apenas siete minutos, dando un ejemplo de organización y civismo. Fuera del estadio se van conociendo mas datos. Una llamada al diario Gara, altavoz de la banda terrorista ETA, alertaba de la colocación de un artefacto en el estadio, programado para activarse a las 21:00.

Parte del público desalojó las gradas atravesando el césped.

Julio Cendal, jefe de seguridad del club, recibe la llamada de la Policía, quien da veracidad a esa llamada a Gara. Cendal se lo comunica a Florentino Pérez y a Manuel Redondo, quienes avisan al Director General de la Policía que se encontraba en el mismo palco de autoridades del estadio, y se decide desalojar el recinto madridista. Con el estadio vacío los Tedax hacen una inspección del recinto, al tiempo que la hora fijada se sobrepasa y no sucede absolutamente nada. Finalmente, a la media hora del desalojo, la Policía permite volver a jugadores, árbitros y empleados al estadio anunciando que todo había sido una falsa alarma. El susto y la indignación no desaparecen para nadie esa noche.

A 13 del liderato y llegada de Luxemburgo

Al día siguiente en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas se reúnen los dirigentes de ambos equipos y la Federación para llegar a un acuerdo y jugar los tres minutos, mas los cuatro de descuento que restan por disputarse, el 5 de Enero a las 18:00 y con publico. Mientras llega la reanudación, el Madrid encara las dos últimas jornadas ligueras del año: en Santander se derrota a los locales por 2-3 y en casa se pierde 1-0 ante el Sevilla. Esta última derrota es bastante dolorosa. Aún estando con un partido menos, el Madrid se queda a 13 puntos del líder, fuera de puestos de Champions y sin haber finalizado la primera vuelta. El publico abronca al equipo y entrenador bajo la mirada en el palco de Arrigo Sacchi, que estrenaba cargo como Director de Fútbol tras su incorporación por Florentino Pérez.

Tras la primera reunión de Sacchi con Emilio Butragueño y García Remón, el italiano deja claro que «Mariano tiene la confianza del club y la mía». Siete días mas tarde, en pleno descanso invernal, García Remón era cesado y el Madrid fichaba al brasileño Vanderlei Luxemburgo. Se volvía a cambiar el perfil del técnico y se traía a un exitoso profeta en su tierra pero desconocido en Europa, y encima catalogado como duro: «Los derechos de los jugadores terminan cuando se inician los míos. No tengo que preguntarles si les parece bien o no, ellos tienen que hacer lo que se les dice: trabajar».

Sacchi, nuevo director de fútbol, llegó de la mano con Luxemburgo. En el centro, Butragueño.

El estreno de Luxemburgo llegaría precisamente ante la Real Sociedad, para jugar los siete minutos restantes. Se daba la curiosidad que el Madrid empezaría el partido con un entrenador, García Remón, y lo acabaría con otro distinto, Luxemburgo. Un hecho excepcional en la historia del Real Madrid.

Con las puertas del estadio abiertas porque no se cobró entrada, cerca de 20.000 aficionados se acercaron para presenciar los siete minutos de marras. Luxemburgo formo de inicio con Casillas, Salgado, Helguera, Samuel, Roberto Carlos, Beckham, Guti, Zidane, Raul (Solari 94’), Morientes y Ronaldo (Pavon 93’), el mismo de la ‘primera’ parte del partido a excepción de Morientes por Figo. El Madrid, necesitado de la victoria, salió en tromba para asediar la meta realista. Cuando apenas habían pasado tres minutos de los siete previstos, Ronaldo entró en el área y tras hacer una bicicleta Labaka cometió un penalti claro pero tonto. La presión no atenazó a Zidane, quien lanzó el máximo castigo al fondo de las mallas. El tiempo restante el Madrid realizo varios cambios y controlo el partido hasta que el arbitro pitó el final de un partido en el que el Madrid tuvo dos entrenadores distintos y que comenzó en un año y acabó en otro distinto.

La alegría madridista por la victoria ante la Real.

La euforia de esta victoria se vio refrendada cuatro días mas tarde al ganar 0-3 en el Calderón. Plantilla y cuerpo técnico veían posible luchar por la Liga y los resultados acompañaron, al tiempo que el Barcelona se dejaba puntos por el camino. En la jornada 22 el Madrid se ponía a cuatro puntos teniendo que recibir aun al conjunto azulgrana. Sin embargo, dos derrotas seguidas ante Athletic y Deportivo, le volvían a colocar a ocho puntos. Se ganó al Betis en Chamartín para empatar en Mestalla y perder en Getafe, descolgándose de esta manera hasta los once puntos. Aun así la diferencia se redujo y cuando el Barcelona cayó en el Bernabéu por 4-2 el Madrid se puso a sólo 6 puntos. Sin embargo la realidad era tozuda y es que el Barcelona ganó los siguientes cuatro partidos sin dar opciones al Real Madrid. La Liga se esfumó, lo mismo que la Copa, donde se tropezó inexplicablemente ante el Valladolid, y también la Champions, donde la Juventus apartó al conjunto blanco en octavos. La etapa Luxemburgo, que comenzó bien pero se fue diluyendo, continuó en el banquillo la temporada siguiente con el famoso ‘Cuadrado Mágico’ pero el devenir de aquello lo dejaremos para otro reportaje.