Es una acepción proveniente de la tauromaquia, ese arte hoy en desuso porque es mucho más fetén fotografiar golpistas. Se llama «quite del perdón», y es eso, exactamente eso, lo que hará hoy Zidane con su Real Madrid ante el Alavés (16:15, BeIn LaLiga) después del sacrosanto error del técnico madridista ante el Leganés, cuando sacó a Dani Ceballos a corretear 28 segundos por Butarque. Hoy, el utrerano será titular, como lo fue en la ida. Hoy es el día de Ceballos porque toca quite del perdón.
El quite del perdón es una suerte taurina. El tercio de quites tiene lugar entre el tercio de varas y el de banderillas. Cuando un torero ha tenido una mala faena con sus dos morlacos, puede solicitar que le dejen hacer un quite en un astado que le corresponde a otro matador, con el fin de resarcirse de su mal papel con su lote. Zidane, alineando a Ceballos, reconocerá públicamente que erró con el cambio en Butarque, algo que le honra, mucho más que a esos papanatas que intentaban defender lo indefendible asegurando que era algo normal. Zidane está muy por encima de ellos, porque reconoce los errores en sala de Prensa y ante el damnificado mientras ellos retozan en su charco e insultan a los que no les ríen las gracias. De regalo, Zidane nos dejará el quite del perdón, por si no quedó claro.
Un quite del perdón que también lo es para Theo, que será titular en el Bernabéu ante una afición ante la que levanta sospechas porque tiene unas condiciones estratosféricas pero una falta de intensidad galopante, y Marcos Llorente, que como el hispano-francés se medirá a su ex equipo porque Zidane quiere darle un respiro a Casemiro. Eso hará que el centro del campo sea casi experimental: tres tíos que van para figuras pero que en el Madrid han pintado más bien poco: Ceballos, Marcos Llorente y Kovacic.
Con la ausencia de Sergio Ramos por sanción, la zaga es la que queda sana, con Carvajal, Varane, Nacho y el ya citado Theo, mientras que arriba todo apunta a que jugará de inicio la BBC pese a que flota en el ambiente la sensación de que si Mayoral no juega este partido, pocos más va a jugar ya. Eso sí, como Mayoral juege y sea para dejar en el banquillo a Bale, tendremos culebrón hasta junio.
Mientras, el Alavés de Abelardo llega sin Munir, sancionado, y con el cliché de ser un equipo que ha salido del hoyo de los puestos de descenso con buen juego y mucho tino. Como siempre, todo dependerá del Madrid: si sale de paseo, tocará sufrir. Si desde el principio trata de sentenciar el partido, puede ser divertido.
