Aquel gol de Kombuaré: historias del PSG (I)

El enfrentamiento del martes ante el PSG dejó dos antecedentes en dos años consecutivos a principios de los 90. En este primer capítulo, repasamos la eliminación blanca en la Copa de la UEFA

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El gol de Kombouaré, el 4-1
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Cuando hace un par de meses el bombo europeo deparó un nuevo enfrentamiento entre el Real Madrid y el PSG, muchos se echaron las manos a la cabeza al ver la entidad del rival que se enfrentaría a los de Zidane. Quizás angustiados en exceso, mas de uno empezó a planificar la temporada 18-19 temiéndose lo peor. Tras el resultado de la ida, ese 3-1 que acerca un pasito al Madrid a cuartos, las tornas cambiaron y más de uno hizo tañir las campanas de alegría. No con animo de pesimismo, sino de rememorar, vamos a recordar las dos eliminatorias que el Real Madrid jugó a comienzos de los 90 con un PSG bastante parecido al de ahora en algunos aspectos, y en las cuáles hubo algunas similitudes con lo vivido hasta ahora: antes y ahora, propiedad de una empresa que inyectaba dinero a espuertas, una eliminatoria que parecía decidida tras un 3-1 en el Bernabéu con gol casi al final de Míchel…

Capítulo 1. 1992-1993: Copa de la UEFA

En la temporada post-Tenerife (o primer post-Tenerife, más bien, porque aún quedaba por hacer su aparición estelar Gracia Redondo) Ramón Mendoza cambio el binomio Antic-Beenhakker para poner en el banquillo a Benito Floro, un desconocido entrenador de categorías inferiores que había aupado al modesto Albacete de Segunda B a sólo un punto de entrar en la Copa de la UEFA, todo ello en apenas tres temporadas. Con las primeras obras de una reforma tan costosa como necesaria del estadio poco dinero había para fichajes. A excepción de la llegada de jugadores del filial, sólo los fichajes de Nando y Zamorano dotaban de caras nuevas al primer equipo.

Politécnica de Timisoara. Nuevamente jugaba el Real Madrid la tercera competición europea, la Copa de la UEFA, con unas primeras rondas en las que llegaban al Bernabeu equipos semidesconocidos. En primera ronda se emparejó el club blanco con la Politécnica de Timisoara, un conjunto rumano que había eliminado sorprendentemente al Atlético de Madrid dos años antes en primera ronda de la UEFA, y del cual se destacaba que los siete partidos que había disputado en su estadio en Europa se habían saldado, todas, con victorias locales y sin haber encajado un gol. Sin embargo, pese a que el conjunto rumano era un equipo del montón y a que el Madrid jugó casi peor que ellos, se rompió aquella racha con un triste empate 1-1, con gol de Alfonso. Fue un partido tan malo que Ricardo Rocha diría que si el Timisoara era un equipo de tercera categoría, aquel día el Madrid lo fue de cuarta. La vuelta en Chamartín se saldó con otro mal partido pero con una goleada por 4-0 (Alfonso, Luis Enrique, Esnáider y Míchel) que ocultaba el mal juego realizado.

Torpedo y Vitesse. Para la siguiente eliminatoria tocó el Torpedo de Moscú, con la ida en Madrid y un partido que se puso de cara para los blancos a la media hora con un hat-trick de Fernando Hierro. Sin embargo, en una ‘caraja’ de cinco minutos, los rusos recortaron por dos veces hasta meter el miedo en el cuerpo al Bernabéu. Con dos goles más, Zamorano y Michel, el Madrid se aseguro una amplia ventaja (5-2) para jugar en noviembre en Moscú. Allí se perdió 3-2, goles de Hierro y Zamorano, en un partido en el cual tan sólo hubo ciertas dificultades al final. Para la eliminatoria de octavos nuevamente un rival con apenas entidad, el Vitesse. En Arnhem, con un solitario gol de Hierro al saque de una falta, el Madrid jugaba su partido numero 250 en competiciones europeas y ponía un pie en la siguiente eliminatoria. Lo ratificó en la vuelta en Madrid con otro solitario gol de Zamorano.

Y llega el PSG. Antes del parón invernal de las competiciones europeas se celebró el sorteo. A esas alturas el nivel de los rivales era bastante duro y, a excepción del Auxerre, el resto eran de los llamados ‘cocos’: Juventus, Ajax, Dortmund, Roma, Benfica y París Saint-Germain. Seria este ultimo el elegido para enfrentarse en cuartos de final al Real Madrid. El PSG era un club relativamente joven. Fundado en 1970 había conseguido la Liga y la Copa francesa en los años 80, hasta que una crisis financiera le puso al borde del abismo, del cual le salvó la empresa francesa Canal+ al comprar el equipo a comienzos de la década de los 90. Con una gran inyección de dinero (de que nos sonará) le permitió reconstruirse y fichar para el banquillo al portugués Artur Jorge, ganador de la Copa de Europa con el Oporto, y reclutar a Weah, Ricardo, Valdo y Ginola, entre otros. A comienzos de marzo llegaba la ida en el Bernabéu, con un Real que varios días antes había alcanzado el liderato, aunque empatado con Barcelona y Deportivo, al derrotar en casa a los gallegos por 2-1.

Nando, Ginola, Ramis, Hierro, Weah y Buyo, en la jugada del 2-1

Con una gran asistencia al coliseo blanco, pero lejos del lleno, el Madrid salió de inicio con Buyo; Nando, Ramis, Sanchis, Lasa; Michel, Milla (Llorente, 59′), Hierro, Luis Enrique; Butragueño (Esnaider, 62′) y Zamorano mientras que los franceses lo hicieron con Lama; Sassus (Llacer, 64′), Roche, Ricardo, Colleter; Fournier, Le Guen, Valdo, Guerin; Weah (Bravo, 85′) y Ginola. Pese a que el Madrid salio en tromba arrinconando al rival (lanzó cinco saques de esquina en los primeros cuatro minutos) pero sin peligro real, el PSG fue sobreponiéndose poco a poco al empuje madridista, que tuvo su primera ocasión clara a los 20 minutos. Antes ya había sacado Sanchis bajo palos un cabezazo de Weah. Sin embargo el orden y la precisión parisina se fue al traste en cinco minutos, los que transcurrieron en un corner rápido que sacó Michel y cabeceó Butragueño y otro centro de Míchel sobre El Buitre que éste dejó para que Zamorano marcara el 2-0. Todo se ponía de cara al Real Madrid y con ese resultado se fueron los equipos al descanso. Tras la reanudación, los franceses recortaban distancias en un córner.

El 3-1 de Míchel

La segunda parte fue un correcalles. El gol pudo llegar por cualquier lado aunque sin embargo no lo hizo hasta el ultimo instante. Tras una caída de Esnáider en el área, quedó el balón franco a Míchel, quien disparó a puerta con un Lama batido y su disparo encontró el brazo de Roche. El obvio penalti, con expulsión del galo, lo lanzó el mismo Míchel bajo el silencio contenido del publico que veía el posible 3-1 como un gran paso a semifinales. Un disparo fortísimo que Lama logró despejar contra el larguero, lo que dio tiempo a que el madridista se lanzara cual toro embistiendo un capote para alojar el balón en las mallas aprovechando el balón suelto. Ni él mismo supo como lo hizo, pero fue el esperanzador 3-1 para la vuelta.

 

La deblace de la vuelta. La vuelta en el Parque de los Príncipes, escenario lejano de las Copas de Europa, se antojó como un reto para un Madrid que quería reverdecer viejos laureles continentales, aunque la realidad es que estaba muy lejos de poder hacerlo. La plantilla madridista se veía con ganas y prueba de ello son las declaraciones previas, donde jugadores y entrenador hablaban no de aguantar el resultado, sino de ganar en París.

Floro recupero para París a Ricardo Rocha y Prosinecki, ausentes en la ida, y formó  con Buyo; Nando, Ramis, Rocha, Lasa; Míchel, Hierro, Prosinecki, Luis Enrique (Alfonso, 81′); Butragueño (Villarroya, 64′) y Zamorano. El PSG por su parte jugó con Lama; Sassus (Germain, 77′), Kombouare, Ricardo, Colleter; Simba (Bravo 73′), Le Guen, Valdo, Guerin; Weah y Ginola. Quizás hubieran cambiado las tornas si Butragueño, nada más empezar el partido, hubiera conseguido marcar en una gran oportunidad que tuvo ante Lama, pero lo cierto es que desde ese momento el PSG se adueñó del campo merced a su mayor posesión. El Madrid sin el cuero no sabia qué hacer mientras que el PSG controlaba la situación como si estuviera seguro que los goles acabarían cayendo. Un Madrid carente de ideas volvió a recibir el primer gol en una jugada a balón parado, un córner, por medio del liberiano Weah. Ni con esas. El Madrid no reaccionó porque apenas inquietaba a Lama y el PSG nunca perdió la compostura. En los instantes finales, el Madrid se descompuso y llegaron los goles franceses. Primero Ginola, en el 80, y posteriormente Valdo, en el 88, ponían el 3-0 que eliminaba al Real Madrid. Sin embargo, cuando nadie lo esperaba, lo que parecía ser un milagro hizo su aparición. Pasados mas de tres minutos del descuento y en un falta sobre el área, Nando tocó el balón para cederlo a Zamorano, quien marcaba el 3-1 que hubiera mandado el partido a la prorroga.

El gol de Kombouaré, el 4-1

El Madrid parecía agarrarse a Europa en el ultimo suspiro. Nada hacía presagiar que el arbitro no pitaría nada más sacar de centro, pero el trencilla alargó durante otros tres minutos, minuto 96, hasta que otra nueva falta al borde del área madridista sirvió para que Valdo pusiera el balón en el área y Kombouaré cabecera sin oposición alguna a la cepa del poste de la meta madridista. Explosión de jubilo local que chocó con las sorpresivas caras madridistas que no daban credibilidad a lo ocurrido. El Madrid quedaba fuera de Europa y Ramón Mendoza lo resumía claramente al final del partido: «Hemos sido siempre inferiores y no hemos merecido ganar el partido«. La temporada siguió su curso y el Madrid liguero volvió a tropezar nuevamente en Tenerife, con un ‘recordado’ arbitraje de Gracia Redondo. En Copa al menos tocó una alegría: se derrotó en Valencia al Zaragoza con goles de Butragueño y Lasa. Un titulo que clasificaba al equipo para la Recopa del año siguiente.