La solidez mostrada en los últimos encuentros como visitante, y la entidad del rival, hacían presagiar un partido mucho más disputado. El Castilla visitaba en la vigésimo octava jornada a la Gimnástica Segoviana, equipo peligroso por su posición en la tabla, al que había que ganar sí o sí para mantener el poco sueño del playoff que aún queda. Pero los locales hicieron lo justo para destruirlo, pues con muy poco, sometieron al Castilla privándole de tres puntos fundamentales y de mejorar sus números a domicilio. Anel y Arribas fueron los goleadores del equipo castellano.
Con ganas de pelear se presentó el Castilla en Segovia, pero pronto se vio con un gol en contra. A pesar de la posición en la tabla de los locales, encontraron un importante rival: el estado del terreno de juego.
No es noticia la multitud de inclemencias metereológicas a las que se ha visto sometida la ciudad segoviana, y se vieron reflejadas la mismas en el césped. Por ello, todo parecía indicar que quién se llevara el gato al agua, sería el que mejor aprovechara las ocasiones a balón parado.
La Gimnástica Segoviana tuvo clara la lección y al filo de los diez primeros minutos de juego, Domingo obligó a Luca a realizar una buena intervención, rematando posteriormente a placer Anel abriendo la lata. El Castilla, como siempre, lejos de amilanarse buscó el gol pero no contó con ninguna ocasión demasiado clara hasta el segundo tiempo en que Dani Gómez erró un mano a mano con todo a favor, gracias al buen hacer de los locales que taponaron su disparo bajo palos.
El equipo azulón también contó con ocasiones, especialmente tras el cambio de Jaume por Campuzano, pero mayor incidencia en el juego tuvo el partido del Castilla. Eso sí, Agus estuvo cerca de anotar el gol del año.
Con toda la artillería en el terreno de juego, Manu Hernando -partidazo el suyo- estuvo muy cerca de marcar gol de córner. Pero como Introdujimos en las primeras líneas, el gato al agua se lo llevaría el equipo que mejor explotara su juego aéreo, y solo un equipo supo abrir la lata de este modo.
Para mayor desgracia, en los compases finales y con el Castilla volcado en la empresa de hacer gol, Arribas convirtió en imposible la remontada al anotar el segundo gol castellano.