LP 0 -3 RM: Bale y Benzema se reenganchan

Dos goles del galés y uno de Karim, los dos mejores del equipo blanco, impulsan al Madrid en Gran Canaria, ante un Las Palmas que apenas ofreció resistencia. Partido gris a todos los niveles

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A un ratito de que entrase el mes de abril en el calendario de 2018, Benzema y Gareth Bale han decidido reengancharse a la batalla, lo cual siempre es una buena noticia aunque sea excesivamente tarde. En Gran Canaria, el galés y el de la Galia tiraron del carro, cada uno a su estilo, para que los de Zidane apabullasen (0-3) a un Las Palmas extraordinariamente nadista: juega fatal al fútbol en todas las fases. Dos de Bale y uno de Benzema y tres puntos a la saca cuando llega ahora el trío Juve-Atlético-Juve. Olor a las tres últimas Copas de Europa.

Lo que importa es, primero, la Juve, así que Zidane alineó un once raro, con muchos titulares descansando en casa, pensando en el cuadro turinés y en esa Decimotercera alzándose al cielo de Kiev. Pero entre tanto quedan luchas mucho más mundanas, como esta ante un Las Palmas que se hunde irremediablemente con destino a Segunda División. El Madrid no necesitó meterle velocidad ni intensidad al juego: desde el primer balón se vio que aquello iba a caer por su propio peso y salvo el incombustible Lucas Vázquez, que es  familiar del Correcaminos por parte de padre, tampoco hubo que meterle un barril de sudor. La cosa estaba clara desde el principio, y sólo la lesión muscular de Nacho, apunta a un par de semanas de baja, trastocó el plan.

Keylor apenas tuvo trabajo, aunque Theo volvió a cuajar un partido bastante deficiente, y le pusieron a prueba de disparo lejano, Halilovic fue lo único destacable de los amarillos, y por sus errores, porque el tico sigue atravesando un momento montaña rusa de forma. En esa montaña rusa andan también Bale y Benzema, gatos tristes y azules que en Canarias cargaron pilas con el sol.

Bale a su rollo, como siempre: recibió un formidable pase de Modric (el croata estuvo plomizo pero ahí descerrajó un balazo mortal de necesidad) para fusilar a Chichizola y luego anotó de penalti cometido sobre él mismo. El primero y el tercero llevaron la firma del galés, que no celebró ninguno de los dos goles y que en algunas fases pareció como si buscara a propósito la amarilla, que sería la quinta y la que le impediría jugar ante el Atlético el próximo fin de semana. Se le pasó pronto, menos mal, y buscó con ahínco el hat-trick, aunque ya no llegaron más goles porque la (poca) intensidad presente en el partido ya estaba tomando unas papas con mojo en un bar cercano.

Benzema, mientras, estuvo muy gris, pero con la fuerza que le da el brazalete de capitán, segundo partido con él en el brazo izquierdo en su encuentro 400, le levantó un lanzamiento de penalti a Bale para marcar. Ahí se activó, tuvo diez minutos sensacionales y volvió a meterse en su caparazón, errando un par de ocasiones de esas que sólo yerra él.

Pero Bale recuperó el gol y la cabalgada, y Benzema el gol (cada vez que marca todo el mundo desea que sea una racha de un par de partidos seguidos haciéndolo, cosa que cada vez se espacia más) y la asociación. Así se puede viajar a Turín (algo) más tranquilo. Pero los bianconeri tocarán el martes y eso será otra batalla…