El derbi que valió la primera Liga de Amancio y Zoco

En la temporada 62-63 el Real Madrid acometía una renovación que no le impedía intentar pelear por ser el primer equipo en ganar tres Ligas consecutivas. Un gol de Félix Ruiz al Atlético lo certificó

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El XI del Real Madrid que ganó la Liga ante el Atlético, con Zoco y Amancio
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Aunque este año llega el derbi un tanto descafeinado si hablamos de clasificación, dado que ambos equipos están a bastantes puntos del líder, un derbi siempre es un derbi. Si para el partido de ida SoyMadridista recordaba cómo el Madrid le quitaba una Liga al Atleti en su propio campo, ahora, para para ir entrando en calor y demostrar quién manda en la capital del Reino, vamos a recordar el derbi de la temporada 62-63, en el cual Madrid se jugaba la Liga en el Bernabéu ante el eterno rival.

62-63: Revolución en la plantilla

El Real Madrid afrontaba el comienzo de temporada 62-63 con ilusiones renovadas y un gran objetivo: ser el primer equipo en conseguir tres títulos ligueros de manera consecutiva. Eso sí, no se dejaba fuera de la ecuación el asalto a la conquista de una nueva Copa de Europa. Cambios importantes en la plantilla blanca durante el verano. Luis Del Sol se marchó rumbo a Italia, en gran parte por un canto de sirena en forma de liras que el Madrid no pudo entonar dada la situación de la tesorería blanca. Con él también se fueron Marsal, lastrado por una rodilla maltrecha desde hacia varios años; el capitán, José María Zárraga; y Antonio Ruiz, Canario, Miche, Domínguez y Bagur entre otros. Como incorporaciones, ademas del francés Muller y el brasileño Evaristo, sobresalían dos chavales del norte sobre los cuales se tenían muchas esperanzas: Amancio Amaro e Ignacio Zoco. Huelga decir que las expectativas se cubrieron con creces.

El Madrid comenzó de manera fulgurante, con cinco victorias en los cinco primeros partidos y una media de casi cuatro goles por encuentro. Esto mitigó a duras penas la sorprendente derrota europea ante el Anderlecht, que eliminaba al Madrid en primera ronda de la Copa de Europa tras empatar 3-3 en el Bernabéu y perder por la mínima en Bruselas. Con el calendario muy despejado (la Copa se jugaba al finalizar la Liga), el Madrid perdió en dos salidas: Valladolid y Valencia. Tras esas derrotas, el equipo empezó a hacer la llamada ‘media inglesa’, fundamental en las Ligas de dos puntos: victoria en casa y puntuar fuera.

Eso le bastó al Madrid para seguir líder aunque vigilado de cerca por Oviedo, Valladolid y Atleti. Precisamente fueron los asturianos quienes igualaron a puntos a los madridistas cuando estos sucumbieron goleados en Mallorca por 5-2. Esa derrota supuso un punto de inflexión y el Madrid empezó a ganar partidos de tal forma que un hizo un parcial de diez victorias consecutivas a una media de tres goles por partido, goleando al Barcelona en el Camp Nou por 1-5 o al Sevilla en el Pizjuan con otro 0-5 en la media hora final.

Nadie fue capaz de seguir la estela del ritmo impuesto por el Madrid. Oviedo y Valladolid aguantaron a duras penas unas jornadas, hasta que el Atlético les sobrepasó para colocarse segundo, pero a distancia de los blancos. Con este panorama llega mediados de marzo y el Madrid encara las ultimas cinco jornadas (diez puntos en juego) con ocho puntos de ventaja sobre un Atlético que visita el Bernabéu. Si los blancos ganaban, obtenían de forma matemática el titulo. Si ganaba el Atlético, había Liga.

Caricaturas hechas por Cronos de Miguel Muñoz y Pepe Villalonga

Entre semana la tranquilidad fue la tónica de los blancos, no así de los rojiblancos que tenían partido europeo. El compromiso lo solventaron fácilmente goleando en cuartos de final de la Recopa a los búlgaros del Botev-Plodiv por 4-0. Tras el paréntesis europeo la normalidad volvió a los equipos, que se recluyeron en sus respectivos lugares de concentración en esa época: el Real Madrid a Navacerrada y el Atleti a El Escorial. Pese a que las matemáticas daban posibilidades numéricas al Atleti, el secretario técnico rojiblanco y en ese momento seleccionador nacional Pepe Villalonga, antiguo mister del Real Madrid, era consciente de la realidad y en la previa declaraba que era lógico que el Madrid obtuviera ese titulo y se limitaba a intentar reducir la diferencia de ocho puntos al final de la Liga, aunque recordaba que el Atleti había ganado sus últimos diez partidos consecutivos entre Liga y Recopa. Por su parte Miguel Muñoz rememoraba el inicio de la temporada, que califico de anormal, y veía al equipo con un gran nivel de juego, lo que le hacía ser muy optimista respecto al partido y al título.

Con televisión en directo y declarado como jornada económica (eufemismo para indicar que los abonados debían pagar un suplemento), se llega apenas a tres cuartos de entrada en el Bernabéu. Muñoz pudo solventar la duda de Gento y a excepción de un lesionado Di Stéfano, presentó el equipo de gala con Vicente, Isidro, Santamaría, Casado, Muller, Pachín, Amancio, Félix Ruiz, Daucik, Puskas y Gento. Por su parte Villalonga tuvo en Griffa la única baja de última hora, por lo que sacó de inicio a Madinabeytia, Rivilla, Martínez Jayo, Rodríguez, Ramiro, Glaría, Jones, Adelardo, Chuzo, Mendoza y Collar.

Gento y Collar se saludan en el sorteo de campos.

El partido no defraudó a nadie y ambos equipos dieron un gran espectáculo a los aficionados. El inicio fue trepidante, ya que a los dos minutos un centro de Yanko Daucik fue rematado de cabeza por Puskas para poner el 1-0. Aún con la sorpresa del fuerte inicio blanco, una falta sacada por Collar fuera del área y cerca de la linea de fondo se encontró literalmente con el cuerpo del madridista Casado, que no pudo más que recibir el balonazo. Involuntariamente salió el balón despedido hacia la meta de Vicente, que poco pudo hacer por atrapar el sorpresivo rebote. Con el empate el partido se calmó en cuanto a goles pero no en el juego. El Atlético mandaba pero le faltaba la pegada para abrir distancias. El Madrid, por su parte, tampoco lograba crear mucho peligro y a excepcion de algunas jugadas de Amancio el Madrid no lograba apoyos para finalizar.

Quizás la baja de Di Stefano, quien realmente era el hombre orquesta y movía el juego por donde quería, lastraba al Madrid ante un rival de gran entidad. Cuando se apuraban los últimos minutos del primer tiempo llegó el desempate por medio de una jugada entre Collar y Mendoza, que acabo con el brasileño corriendo libre de marca y lanzando un derechazo desde más alla de fuera del área, ante el cual Vicente no pudo hacer nada.

Es probable que el Atleti en vestuarios viera su ventaja como ideal para intentar dormir el partido y reservar fuerzas, que escaseaban tras el partido europeo entre semana, y puede que el Madrid decidiera arriesgar dado que no tenía nada que perder. El caso es que el Madrid salió mandando en la segunda parte. Primero, una parada de Madinabeytia a un disparo de Daucik; poco después, Puskas agarró un balón dentro del área y, tras revolverse, lanzó un disparo pegado al poste que se convertía en el empate blanco. Sin embargo la alegría madridista duro apenas un minuto, ya que un pase de Adelardo hacia Collar hizo que éste lograse colocar el balón en la red en el escaso hueco que deja Vicente al tapar el palo corto. Nuevamente en ventaja el Atleti, 2-3, no cambió su idea y se limitó a guardar la ventaja.

Con un Madrid sin ideas arriba, Muller no lograba organizar el juego correctamente y Gento seguía de espectador, parecía posible el lograrlo pero siempre que Adelardo estuviera bien y, sinceramente, no lo estaba. El Madrid poco a poco consiguió crear oportunidades y Madinabeytia tuvo que lucirse un par de veces. Cuando menos se lo esperaba, Jones pudo sentenciar el partido pero marró la ocasión, y quien perdona al Madrid lo acaba pagando. A renglón seguido una jugada entre Amancio y Félix Ruiz acaba con el gallego llegando por su banda al área, controlando la pelota y disparando al palo largo para marca el 3-3.

El salto de alegría de Félix Ruiz al marcar el 4-3 que valió una Liga.

Quedaban 10 minutos de partido y, visto lo visto, el resultado era justo para ambos equipos. Pero uno ya sabe que la justicia en el fútbol no tiene porque existir. A falta de cinco minutos, un córner que saca Gento es cabeceado por la delantera madridista hasta que le llega a Félix Ruiz, que se anticipa a una horrible salida de Madinabeytia, con lo que el balón bombeado entra mansamente en la puerta dando el 4-3 definitivo a los blancos. Poco después el colegiado pita el final y el Real Madrid se convierte en el primer equipo que gana tres títulos de Liga de manera consecutiva.

La fiesta, a diferencia de los espectáculos y fastos que se organizan hoy en día, tan solo consistió en saludar al público desde el centro del campo para responder de esa forma la ovación de estos. Y nada más. Luego, a vestuarios. En ellos Miguel Muñoz alabo el juego del Atleti a la vez que veía justo el resultado; por su parte Rafa Garcia ‘Tinte’, entrenador rojiblanco, declaraba que ya no sabía qué hacer para ganar al Madrid, y que al menos le habían dado un buen susto a los blancos. La cena oficial de celebración madridista tuvo que esperar, puesto que los blancos salieron rápidamente de viaje hacia Burdeos, donde jugarían un amistoso ya programado contra el conjunto local. Nada que ver con la actualidad.