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Por fin. Un partido de Liga con su rivalidad, su tensión. Un duelo liguero de estilos antagónicos, de formas de ser diferentes, de sentimientos encontrados. Un encuentro de la competición de la regularidad donde no ganar no está permitido, un choque en el que si el contrario te vence, da igual el modo, la manera o el estilo, vas a tener a tu cuñado riéndose de ti hasta el próximo enfrentamiento entre ambos. Es un derbi, es San Derbi. Un Madrid-Atlético en el Bernabéu (16:15, BeIn LaLiga). Y aquí no se hacen prisioneros.

Llega el partido en un momento raro. Con los dos equipos capitalinos virtualmente clasificados para la próxima Champions, ya sin las premuras de la fase previa en agosto para el cuarto en Liga, y sin mucho más que hacer en este curso liguero. Salvo derrotar al máximo rival, el que cohabita en la misma ciudad, comparte tu espacio. No hay excusas para la alineación, además, dado que ambos equipos encarrilaron con relativa comodidad sus primeras mangas de sus respectivos compromisos europeos entre semana, los mismos que deciden estos próximo cinco días, así que no tienen que guardar nada.

Zidane, sin embargo, rotará. Tras el 0-3 en Turín, toca contentar a los que no jugaron allí. Así que Kovacic, Lucas, Asensio y Bale tienen muchas papeletas para ser de la partida. También Theo, por aquello de ir descargando algo a Marcelo ante lo que queda. Parecía que Vallejo también, pero el central vuelve a estar lesionado: Varane y Ramos, dado que Nacho sigue su proceso de recuperación, tienen que jugar sí o sí.

La gran duda estriba en saber si arriba el Madrid jugará con la BB (Bale-Benzema) o con la BC, en cualquiera de sus acepciones (Bale-Cristiano o Benzema-Cristiano). Lo de la BBC es ya, a estas alturas de la película, poco menos que una emisora local pirata. Con ellos, el Madrid tratará de poner a salvo su honor e integridad, de una manera mucho más eficiente, honrosa y madridista que con la majadería pasillera de Zidane.

El Atlético del Cholo, ese rival que es más indigesto que comerse un kilo de carne roja a caraperro (incluyendo la barbacoa), jugará con todo lo que tiene. El once de la pierna dura, el revolcón en cada esquina del campo, el que las para con Oblak y te las enchufa con Griezmann mientras otros nueve te convierten el césped en un campo de minas susurrándote al oído no sé que tonterías del presupuesto. Es San Derbi. Es la guerra. Es LaLiga. Bienvenida seas.