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El Panathinaikos consiguió el primer punto de la eliminatoria ante un Madrid irreconocible, 95-67. Un 20-0 de inicio fue suficiente para que los blancos se descolgaran del partido. Junto al mal partido del Madrid hay que achacar parte de la culpa a la estrategia de Laso, totalmente desbordado por Pascual. La actitud defensiva del Madrid fue penosa. Calathes y James dominaron a su antojo el partido y un tremento acierto triplista hasta el descanso, junto con un comienzo arrollador y la defensa de Antetokoumpo, las claves para la victoria helena. Solo Ayón opuso cierta resistencia. Los demás, muy mal.

Se esperaba más de Doncic y el esloveno estuvo superado por las circunstancias. En estos partidos es donde una estrella se diferencia de un gran jugador y a día de hoy Doncic no es una estrella. Tiene la mente en la NBA y el equipo le necesita en estos partidos pero da la sensación que el esloveno piensa solo en el draft, y no en lo que tiene entre manos, que es ni más ni menos que al Real Madrid. Recuperar al equipo anímicamente en 48 horas por parte de Laso fundamental para seguir vivos en la eliminatoria.

El principio del partido fue uno de los peores comienzos que se pueden recordar de la era Laso. El Madrid horroroso, muy mal, sin energía superados por un Panathinaikos que salieron a tope a pista. Presionando desde la línea de fondo con una agresividad que desbordó a los blancos. Muy timoratos y desconocidos. Como pensando que no se iban a encontrar ese escenario. Un 20-0 en menos de 5 minutos relflejaba todo lo que pasa en cancha. El pésimo comienzo de los madridistas lo lideraba un pésimo Randolph aunque el resto del equipo estaba desaparecido. Las entradas de Ayón y Carroll, sobretodo la del mexicano, le dio más mordiente al equipo. Después de ese fatídico 20-0 , el Madrid responde con un parcial de 13-3 que va rebajando la desventaja. Entre Calathes (4 puntos y 5 asistencias) y James (10 puntos) junto con la agresividad defensiva de Antetokoumpo las claves. Bien es cierto que después del 20-0 los griegos dieron un bajón evidente. Con el 26-13 se va arreglando parcialmente la situación. A pesar de todo, el Madrid llevaba un 2/6 en tiros de dos, un 1/6 en triples y 7 pérdidas. Un flojo comienzo que fue mejorando al aprovecharse del bonus de los griegos.

Después de un esperanzador 26-17 al principio del segundo cuarto, la vuelta de Calathes vuelve a hacer un daño tremendo. A pesar de una leve mejoría defensiva del Madrid de los primeros minutos, los blancos vuelven a caer en errores y con el triple como arma fundamental griega (un fabuloso 70 % al descanso), la desventaja vuelve a aumentar. Del mencionado 26-17 se pasa a un 40-23 ante la atónita mirada de Laso. Ese parcial de 14-6 pone de nuevo las cosas muy complicadas. Calathes y James (éste con sus penetraciones a canasta) vuelven a superar a sus pares. Tanto Randle como Carroll no pueden y el equipo se resiente. Con el 46-30 se llega al término de los veinte minutos y muchos fantasmas alrededor. Superioridad reboteadora griega (18 por 11) y 10 balones pérdidos por el Madrid. Ayón el mejor con 6 puntos, 2 rebotes, 3 asistencias y 2 robos al descanso.

A la vuelta de los vestuarios, el guión del partido empeoró si cabe todavía más. Un 8-0 de los locales impulsados de nuevo por un omnipresente Calathes pone la máxima en el luminoso (58-35 minuto 23). Laso se equivocó claramente al dejar sentados a Doncic y Tavares. Lo peor de todo es que la ventaja local no dejaba de aumentar. Los blancos ya estaban idos del partido, anímicamente muy muy tocados (70-40 minuto 28). Las caras de Laso eran un poema y reflejaba la situación blanca. Lo de Calathes era escandaloso. Llevaba 16 asistencias en tres cuartos, dando la última a 2 segundos del final. Con un vergonzoso 77-44 se llegaba al término del tercer cuarto. El haber encajado 31 puntos en el tercer cuarto es indescriptible en el peor sentido de la palabra. Lo peor además era la imagen ofrecida. Totalmente borrados de la pista. En el último cuarto intercambio de canastas en un partido que se le hizo larguísimo. Termina la tortura griega con el 95-67 y a esperar la reacción (o no) de los de Laso para el segundo partido.

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Madridista desde pequeñito, solo podía ser seguidor del mejor equipo del mundo; bastantes desgracias tiene la vida como para llorar por el deporte y ser fan de un equipo perdedor. Como lo mío no era precisamente ganarme las habichuelas jugando al baloncesto, decidí que lo mejor era verlo desde el otro lado de la barrera, y qué mejor forma que narrar los éxitos del Real Madrid de baloncesto. Mis referentes ligados a este deporte, sin lugar a dudas, han sido la plata olímpica de los Ángeles 84, el colegio San Viator (de donde salieron gigantes como Juan Antonio Corbalán y Carlos Jiménez) y mis hermanos mayores. Después de varios trabajos y alguna estancia en Irlanda decidí sentar la cabeza y ahora presto el mejor servicio al ciudadano desde mi posición de funcionario de la Comunidad de Madrid. No cuajó la opción de ser coordinador de cheerleaders, pero os dejo una foto ellas para que veáis que al menos lo intenté...