RM – ATH: After hours

El Madrid no juega el fin de semana y hoy, ante los de Ziganda, toca ensayo a deshoras para el Bayern

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El otro Clásico, el de una rivalidad por los siglos de los siglos, sin connotaciones políticas hasta que aparecieron los hijos de puta asesinos de ETA. Un Real Madrid-Athletic Club, un partido con muchos puntos de interés pese a que Tebas y su MediaPro del alma han colocado el partido (21:30, BeIn LaLiga) a la hora de los vampiros para jugarse en miércoles. Aquel sufrido aficionado que hoy haya madrugado para ir a currar y tenga su abono pagado, tendrá que estar una media de 18 horas despierto para poder acudir al encuentro, salir, cenar al llegar a casa, dormir algo y oír como el despertador mañana no le perdona. Unos genios, sí señor. Todo un after hours.

Pero vamos al fútbol, que a fin de cuentas es de lo que se trata. El partido tiene su morbo: el Madrid no juega el fin de semana porque le tocaba enfrentarse al Sevilla en plena Feria, pero como hay final de Copa y juegan los hispalenses, toca descansar. Así que el de hoy es el último partido antes de viajar a Múnich, en una semana. Ensayo general, y lo demuestra Zidane convocando a sus habituales, y dejando fuera a Theo, Achraf, Mayoral y Ceballos, los que no cuentan para él. El Athletic se parece al Bayern como un huevo a una castaña, pero es lo que hay: ensayar, soltar músculos y descansar una semanita antes de que le suelten al dragón bávaro.

El partido tendrá el morbo también de ver a Kepa pisando el Bernabéu, un fichaje casi consumado, como el de De Gea, que se fue al garete. Si en el caso del portero madrileño fue una persona la que dinamitó la operación el último día de mercado sin avisar a todos los agentes que participaban en él, en el caso del vasco no hubo que esperar tanto: desde el minuto uno, Zidane dijo públicamente que no le quería. Así que no vino, porque su confianza en Keylor Navas (no sabemos si en el de hace un año o en el coletudo en el que se ha transformado, quizás los dos) es plena.

Por cierto, justo cuando empiece la segunda parte se habrá cumplido una semana del penalti de Benatia a Lucas Vázquez. Tampoco es como para ir a Cibeles, al menos de momento, pero no está mal recordarlo para que los antimadridistas, que no son más que futuros madridistas mal avenidos, rabien y ladren. Guau, guau.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.