París bien vale una misa, y un triunfo ante Bélgica en el Mundial de Rusia bien vale dos botellas de vodka. Esa cantidad del tradicional licor destilado ruso es la que dijo el Bolillo Gómez, seleccionador panameño, que se metería entre pecho y espalda si sus chicos son capaces de clasificarse para octavos. El primer escollo para la selección canalera, debutante en el Mundial, son los Diablos Rojos (17:00, Cuatro), que como en todos los últimos grandes acontecimientos de selecciones de esta década arrancan con el cartel de outsiders.
Y no es para menos. Para poder colocar todo el talento ofensivo de los ‘Rode Duivels’ su seleccionador, el español Roberto Martínez, se ve obligado a formar con zaga de tres. A partir de ahí, por nombres, Bélgica asusta: Witsel, De Bruyne, Carrasco, Hazard, Lukaku, Mertens… Eso sí, a la hora de la verdad Bélgica siempre se ha diluído como un azucarillo en las grandes citas y no ha hecho nada. A ver si en Rusia arranca.
Enfrente tendrá a la neófita Panamá, que sólo con estar en Rusia ya ha cumplido un sueño. Dos goles en sus últimos seis amistosos, así que con tan poca eficacia goleadora, el Bolillo Gómez lo mismo no acaba con una sobredosis de vodka. Pero esto es una Copa del Mundo, que se lo digan a Argentina, Alemania o Brasil. Por si acaso, no guarden aún los vasos.