Hace cuatro años James Rodríguez irrumpía en el mundo del fútbol y comenzaba a labrar su fichaje por el Real Madrid. No se le conocía demasiado, salvo los Axel Torres y Maldini de turno, pero el escaparate del Mundial de Rusia no solo le mostró, también multiplicó su precio por mil. Un precio que a Florentino Pérez le mereció la pena pagar.
El destino le ha colocado tanto a él como a la selección de Colombia en un escenario similar al de años atrás. No es Brasil, es Rusia, pero el rival es el mismo: Japón. El 24 de junio de 2014 los de Pékerman le endosaron un contundente 4 a 1 a los nipones. Ahora, en el Grupo H, vuelven a verse las caras.
Colombia regresaba, en Brasil, a una cita mundialista 12 años después. Sin embargo, fue una auténtica revelación del torneo. Llegaron a disputar los cuartos de final por primera vez en su historia. Tantos años de ausencia le sirvieron para llegar con la mayor de las carrerillas. Calidad para repetirlo tienen. Esta vez sí podrán contar con Falcao en el frente del ataque, quien se perdió la anterior cita mundialista por una grave lesión de rodilla.
Delante tendrán a Japón. Un combinado habitual en los Mundiales desde que se estrenaron en 1998. Acumulan seis participaciones consecutivas y el objetivo más ambicioso que tienen es el de superar los octavos de final, ronda que han llegado a disputar en dos ocasiones: 2002 y 2010. Con su nuevo técnico, Akira Nishino, esperan cambiar la suerte y no sufrir tanto como lo hicieron en las rondas clasificatorias en Asia.