Arsenio: el viejo zorro que no pudo con el gallinero

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Ahora que el Real Madrid atraviesa una etapa de éxitos no conviene olvidar algunos años oscuros, en los cuales el equipo blanco deambulaba durante gran parte de la Liga fuera de los puestos de acceso a Europa. San Mamés fue testigo de uno de aquellos años, en los cuales el Madrid sufrió una de las acostumbradas crisis en ausencia de resultados y que conllevó un integrante interino del banquillo, así como un intento de cambio de rumbo con otro entrenador en los días posteriores.

El final de Valdano

Jorge Valdano, para bien o para mal, es parte importante de la historia del Real Madrid. Pese a tener en contra a gran parte de la masa social madridista, logró ser jugador, entrenador y alto directivo de la entidad en varias etapas. Al frente del banquillo blanco inició una nueva fase en el verano de 1994, con el recuerdo de la famosa frase tras dejar al Madrid sin las dos Ligas en Tenerife y eliminar a los blancos con un rotundo 0-3 en Copa del Rey: «Espero devolver algún día al Madrid lo que le he quitado». Ramón Mendoza le eligió para intentar romper la hegemonía culé en la Península, cosa que consiguió, al mismo tiempo que una vergonzante eliminación europea casera ante el Odense acortó las esperanzas blancas en la UEFA en espera del enésimo asalto europeo para la temporada 95-96 a la Séptima, autentico Santo Grial del madridismo.

Toda la alegría del vigesimosexto título que arrastró la hinchada se desvaneció en los inicios de la nueva temporada. Tras una corta y poco ilusionante campaña de incorporaciones (Esnaider, Soler y Rincón) motivada por la alta deuda del club, la falta de resultados y una nave desconcertada sin un patrón que dirigiera el rumbo de manera firme colocaron al club en un cisma agravado por el golpe de estado dado contra un presidente, Mendoza, que no pudo apagar las ansias de poder de la tropa. Con Lorenzo Sanz recién instalado en el poder, el Ajax venció 0-2 en el Bernabéu dando un recital y abriendo los ojos a la hinchada sobre las enormes dificultades de lograr algo importante en Europa ese año. El Madrid siguió deambulando hasta que en enero del 96, primero un Español que goleó al Madrid y le echó de la Copa del Rey, unida a una victoria del Rayo Vallecano en Chamartin, ubicaban al binomio Valdano-Cappa fuera del Madrid. En los 15 partidos jugados fuera de casa, el Madrid unicamente había logrado vencer en tres de ellos, todos de la zona baja de la tabla, colocándose a 16 puntos de un Atlético de Madrid líder. Todo esto con un equipo titular del cual salían y entraban jugadores sin un rumbo claro dando el caso de quedar fuera de la convocatorias o en banquillo Laudrup, Redondo, Michel, Quique o Luis Enrique entre otros, para pasar en sucesivas jornadas a ser titulares. Para colmo, en las vísperas del partido contra el Rayo, el croata Davor Suker, por aquel entonces en el Sevilla, pasaba públicamente por las oficinas del club para firmar contrato de cara al año siguiente, dando un claro mensaje a la plantilla.

Valdano, en su último partido como entrenador del Real Madrid, ante el Rayo.

Sanz y su Junta Directiva se ponen de inmediato a revisar el mercado para llenar el vacío dejado por Valdano. Por un lado, parte de la Junta piensa en un hombre de la casa para acabar la temporada de la mejor manera posible y salta a la palestra el nombre de Vicente del Bosque, quien ya había entrenado al equipo en la temporada 93-94 tras el cese de Benito Floro. Por otro, se piensa en Arsenio Iglesias, un histórico de los banquillos modestos en los cuales había logrado cuatro ascensos a Primera División, y que se acaba de retirar tras obtener la Copa del Rey, y una casi-Liga si no hubiera fallado Djukic aquel penalti con el famoso SuperDepor de inicios de la década de los 90.

Del Bosque, 0-5 en San Mamés

Del Bosque se autodescarta rápidamente y pide estar el tiempo prescindible en el equipo, por lo que la opción de Arsenio es la que toma mas fuerza, al tiempo que es casi la única existente. El de Arteixo viaja a Madrid y rápidamente llega a un acuerdo por lo queda de temporada. La Liga se juega entre semana, la Eurocopa de Inglaterra apretaba el calendario, y el Madrid viaja a San Mamés con ilusión en reflotar el barco teniendo en frente un Athletic que andaba por debajo de ellos en la clasificación. En San Mames dirige al equipo Del Bosque y alinea a Buyo, Quique (Michel 57’), Chendo, Hierro (Milla 79’), Alkorta, Sanchis, Laudrup (Esnaider 82’), Redondo, Luis Enrique, Zamorano y Raúl. Con un planteamiento 3-3-3-1, el Madrid logró adelantarse al cuarto de hora con un gol del chileno al recoger un rechace. El Madrid parecía otro a diferencia de la tarde lluviosa contra el Rayo, y poco a poco iba creando ocasiones del gol con facilidad ante un Bilbao que disparó con peligro por primera vez al borde del final de la primera parte. En la segunda, y tras la expulsión de un bronco Larrainzar, el Real Madrid aprovechó sus oportunidades y, aunque también con un gol en fuera de juego, goleo fácilmente al Bilbao por 0-5, completando el marcador Laudrup por dos veces, Raúl y Michel. Un resultado, con recital de Laudrup, que unido al juego coral hacia que uno se preguntara qué estaba fallando en ese equipo para estar en la posición en la cual se encontraba. La curiosidad del partido fue la no celebración de Raul en el 0-3. Según declaro a los medios, era por respeto a la destitución de Valdano.

Arsenio Iglesias con Lorenzo Sanz.

Desde el palco de San Mamés tomaron nota del juego tanto Arsenio Iglesias como Mariano García Remón, quien volvía al club para ser el segundo entrenador del gallego. La llegada del nuevo técnico sentó de manera diferente a los jugadores. Los apartados o poco usados por Valdano lo veían bien, pero otros como Raúl o Esnaider cerraban filas en torno a Valdano. Arsenio se encontraba retirado en el momento de aceptar la oferta y reconocía que tan sólo cogió el guante porque era el Real Madrid el que le llamó y no le podía decir que no. Él mismo recordaba cómo por dos veces se torció su llegada al Real Madrid. Primero como jugador, cuando finalizo contrato con el Depor y el Madrid pregunto por él pero ya se habia comprometido verbalmente con el Sevilla, y posteriormente como entrenador, al serle ofrecido el puesto del Castilla a finales de los 70 y no aceptó.

Arsenio, nuevas rutinas y choque en el vestuario

Sin embargo la realidad entre los clubes que él había entrenado, Deportivo, Hercules, Zaragoza o Burgos entre otros, y el de la capital, era un abismo. Las formas de trabajar de Arsenio eran las de un hombre humilde y sencillo (se presentó en las oficinas del Real Madrid con un pin del Deportivo) y pronto chocó con una plantilla acostumbraba a otras cosas. Un claro ejemplo era la rutina de salir a pasear con la plantilla alrededor del hotel. En su primer partido en Oviedo intentó hacerlo, tras mandar a los jugadores personalmente a echarse la siesta, pero la chiquillada que bordeaba el hotel en busca de fotos y autógrafos lo impidió, además de que los propios jugadores no lo veían bien. También intentó controlar más los horarios de la plantilla en las concentraciones, ya que con Valdano los jugadores tenían total libertad incluso para ni desayunar el día de partido o no aparecer hasta la hora de la comida. Estas formas, traídas de clubes con jugadores que eran casi una familia, pronto chocaron con una plantilla en la cual solo había desunión.

Arsenio el día de su presentación.

El Madrid, con dificultades, logró vencer 1-2 en Oviedo gracias a Raúl y afrontaba el primer domingo de febrero con un duelo doble: en el césped ante el Betis y en la Asamblea ante los socios. En el primero, y pese a ir perdiendo por 1-2, logró golear a los verdiblancos por 4-2 mientras que en el Pabellón de la Ciudad Deportiva menos de mil socios compromisarios ratificaban a Sanz, emplazaban a continuar los tres años que aún le quedaba en el cargo a la Junta Directiva y aprobaban las cuentas. La grave crisis abierta en enero parecía cerrarse, pero en siete días tocaba viajar a Barcelona. Allí el Madrid cayó derrotado 3-0. Aunque sin ser una debacle, si se vió a un equipo sin falta de reacción ante un Barça muy desmejorado respecto a los años anteriores. Tan solo quedaba la esperanza europea para el mes de marzo, con la llegada de la Juventus al Bernabéu. Entre medias lo habitual de las temporadas en las cuales hay zozobra en el club: portadas con los intereses de nuevos entrenadores y fichajes, Raúl pidiendo un aumento y dejando la puerta abierta a una salida incluso al Barça y declaraciones con contradicciones entre club y jugadores.

El resto de partidos antes del compromiso europeo se saldan con empates ante Valencia y Compostela junto a una goleada al Salamanca. La Juventus llega al Bernabéu y el Madrid se transforma en el de las grandes noches europeas derrotando 1-0 a unos italianos que, aunque con oficio, no lograron contrarrestar el empuje blanco. Sin embargo el final de la semana reporta una nueva derrota en Tenerife por 3-0 lo que aleja al equipo de los puestos de la UEFA. La esperanza es Turín, donde el Madrid se conjura por enésima vez para intentar hacer un milagro sin Buyo, Redondo y Zamorano, lesionados. La heroica no aparece en Delle Alpi y tras un tempranero gol de Del Piero, los blancos apenas logran inquietar la meta de Peruzzi. En la segunda parte Padovano marcada el 2-0 para los piamonteses ante un Madrid que sin ser claramente inferior no fue capaz de meter miedo ni jugando en los minutos finales con Raúl, Esnaider y Rincón en punta. Para redondear la semana, un Madrid con diez ausencias empata en Anoeta y se coloca fuera de puestos europeos en Liga y a 18 puntos del líder, a quien visitaba en siete días en el Calderón.

Arsenio y García Remón, en la antigua Ciudad Deportiva.

 

Desde ese momento, y aunque peligrara una clasificación europea que podría provocar un descalabro económico, tanto el club como la plantilla olvidaron el presente para centrarse en la futura temporada. Los nombres de Camacho y Capello saltan rápidamente a la palestra como futuribles para el banquillo madridista. Mijatovic es cazado mientras se reúne con Sanz y el equipo se deja llevar perdiendo 1-2 en casa con el Racing entre semana. Arsenio sigue sin arrepentirse de haber aceptado la oferta, pero declara que esperaba un equipo más motivado, por lo que piensa en dimitir y así se lo hace saber a Sanz. Éste le logra convencer para que no lo haga dado que seria muy difícil que alguien quisiera recoger el guante en esa situación. El Madrid comienza una montaña rusa de resultados sorprendentes: se gana al líder en el Calderón 1-2, se pierde en casa ante el Sporting, se vence en el Pizjuán y se vuelve a caer en casa ante el Español de Jose Antonio Camacho logrando un récord histórico negativo: seis derrotas en casa. Arsenio ve que no puede con la plantilla y les permite incluso que no se entrenen después de una derrota, dándoles el día libre. El gallego se siente solo y no entiende como la plantilla, en total descomposición, no quiere ni enmendar levemente el rumbo para alcanzar Europa. En esta fase final se preguntara muchas veces el porque de haber aceptado este reto, pero la respuesta es siempre la misma: «es el Madrid, ¿cómo iba a decir que no?».

En el mes final de competición el Madrid mejora y logra vencer los últimos cuatro partidos de Liga pero como un mal estudiante en los finales el apretón no es suficiente para lograr la clasificación europea, y por segunda vez en su historia el equipo se queda fuera de competir entre semana. Aun así la polémica siguió rodeando a plantilla y club, dado que desde la presidencia se insta a Arsenio a que no alineara a Miquel Soler para de esta forma no activar una clausula por la cual renovaba automáticamente si jugaba 15 partidos. Se quedó en 14. Para culminar el horrible año, en el ultimo partido, en Zaragoza, al ser sustituido Raúl en los instantes finales de partido, increpó al técnico gallego por lo cual salio García Remón en su busca para recriminarselo. El club acabo sancionando a Raúl con unos simbólicos 6000 euros. Arsenio acabó tan hastiado de la situación que pidió al club no continuar en el cargo y dejar que su segundo, García Remón, fuera el que dirigiera al equipo en los partidos amistosos y la gira por Suramérica que tenía contratada el club aprovechando el vacio de fechas por la Eurocopa de Inglaterra para llenar las arcas. Arsenio se volvió a su tierra para continuar con una jubilación tranquila. De esta triste manera finalizaba la etapa blanca de un hombre sencillo que chocó con las formas de una plantilla de estrellas, y cuya etapa quedó casi olvidada en la historia madridista. En mayo de 2016 el Deportivo quiso rendir un homenaje a su ex jugador y ex entrenador en la previa del partido contra el Real Madrid, lo que aprovecho el Real Madrid para hacerle entrega de una replica del estadio Santiago Bernabeu, como aparece en la imagen que encabeza esta entrada.