Un Real Madrid muy serio certificó su pase a la final de la Supercopa de España. Después de una primera parte igualada, los blancos rompieron el partido en el tercer cuarto con un cuarto demoledor y Llull como protagonista secundado por Randolph y Deck. Por los locales los mejores Sabat y Vasielaidis. El Obradoiro aguantó hasta el descanso y el Madrid le destrozó a partir del tercero con un 28 a 8 que dejó noqueado al Obradoiro.
Después de un 2-0 inicial, los blancos respondieron con un 7-0 que provocó un tempranero tiempo muerto de Moncho Fernández. A pesar de las buenas defensas locales al principio del partido, los blancos supieron encontrar respuestas y a través de un triple de Llull y sendos mates de Randolph y Taylor dejaron a los de Santiago descolocados. El parón funcionó parcialmente ya que el marcador se estancó durante un par de minutos pero en cuanto Laso empezó a rotar el banquillo y con un poderoso Randolph extramotivado el Madrid se fue otra vez en el marcador (4-12 minuto 5). Los locales lo intentaron pero era demasiada la diferencia entre las dos plantillas. Y aunque no era el mejor día para el Madrid desde el triple (1/5) tenían otras armas para desequilibrar la balanza. No sólo ofensivamente ya que la defensa era un puntal desde el principio para salir al contraataque o el rebote. Después de los primeros 10 minutos, el Madrid ganaba con cierta comodidad 12-20.
Al comienzo del período se le complican más las cosas con una antideportiva de Llovet a Campazzo, inteligentemente forzada por el argentino, todo hay que decirlo. Era el base argentino el que tuvo minutos brillantes con su movilidad y creando jugadas añadiendo algún robo o rebote. Con 6-8 puntos de ventaja, el Madrid se sentía cómodo pero no era suficiente para romper el partido. El empuje de los locales estrecha de nuevo el luminoso con 6 puntos consecutivos de Stephens (27-30 minuto 16). El Madrid reacciona con un buen parcial de 10-2 con un par de triples quedando un minuto para el descanso. Con el 29-40, el veterano Sabat con 5 puntos consecutivos rebaja la euforia de los blancos. Así con el 34-40 se llega al descanso con un partido todavía abierto.
Al descanso Llull 8 puntos. En menos de 4 minutos anotó 9 más con un festival de triples madridista dentro de un parcial de 18-4 donde los locales no pudieron hacer nada para detener el vendaval blanco. Ahí acabó el partido. Los locales empezaron a fallar tiros con demasiada imprecisión y la superioridad del Madrid se hacía patente en pista. La diferencia llegó a los 26 puntos (42-68 minuto 29) y el Monbús deseaba acabar con la agonía pero todavía quedaba un cuarto.
Poco que contar en el último período. Los locales liderados por Sabat redujeron la diferencia ante cierta relajación del Madrid en un partido ya decidido. Al final el Madrid se sintió lo suficientemente tranquilo como para que el resultado no corriera peligro. El sábado espera en la gran final el Kirolbet Baskonia que eliminó al Barcelona.
