SEV – RM: La hora de la verdad

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Por mucho que el discurso oficial sea que este Real Madrid es una máquina de triturar, y posiblemente lo sea porque mimbres no le faltan, habrá que ver si tritura galletas para potito o lo hace con rocas del tamaño del Aneto. Hoy ante el Sevilla (22:00, Movistar Partidazo) tiene ante sí una prueba de fuego que servirá para determinar si el equipo de Lopetegui es carne o pescado, si es aspirante a todo o una campaña de márketing.

Los hechos son los que son, por mucho que cada vez que suceden lleguen volquetes de cal viva a enterrarlos, a esos hechos y a quienes los cuentan. El Real Madrid sólo ha disputado dos partidos realmente importantes este curso ante rivales complicados y lejos de la protección del Bernabéu, y en los dos no logró la victoria. Derrota ante el Atlético en la Supercopa de Europa, lastrado por groseros errores defensivos y falta de preparación, y empate en San Mamés en un encuentro que controló pero que pudo hasta perder en el tramo final. Y ahora toca el Pizjuán, ante un Sevilla que es como el hermano feo del de Monchi, pero que sigue teniendo una grada que aprieta más que las cartas del banco a fin de mes.

Con Carvajal aún de baja por su dolencia muscular y la apendicitis de Isco, que es como quitarle al Real Madrid el freno de mano en las bajadas (no hay mal que por bien no venga), lo normal es que regresen al once los que descansaron el fin de semana ante el Espanyol (Marcelo, Kroos, Bale y Asensio) y que su entrada provoque alguna rotación. Modric, tras tanta alharaca de premios, era el máximo candidato a descansar, pero lo mismo también Varane (a quien hay que mantener siempre entre algodones en cuanto comienza la secuencia de partidos domingo-miércoles) e incluso Benzema disponen de permiso lopeteguiano.

Mientras, el Sevilla de Machín, capaz de jugar al fútbol como un tornado y de repente desplomarse como un saco de papas, alineará un 3-4-2-1 que habrá que ver cómo sortea el Real Madrid, en inferioridad en el centro por dos jugadores. Con la grada de Nervión apretando y la habitual intensidad sevillista cuando algo con un blanco más reluciente que el manchado de colorao hispalense aterriza por su estadio, lo de hoy no es más la hora de la verdad para Lopetegui y los suyos: hoy toca porción de tarta y el sábado, ante el Atlético en el derbi del Bernabéu, llega la guinda.