El Atlético lesionó al primer Galáctico, Ricardo Zamora

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Ricardo Zamora se lesionó en su hombro izquierdo ante el Atlético
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Hace unos meses hablamos en estas paginas de uno de los símbolos del Real Madrid anterior a la Guerra Civil, el considerado mejor portero de la historia madridista junto a Iker Casillas. Un hombre con una emocionante historia y que tiene el honor de haber recibido dos grandes homenajes en los dos estadios de Chamartín: uno por el Gobierno Republicano y otro en pleno franquismo. El que quiera recordar estos pasajes, puede hacerlo aquí. Hoy sin embargo vamos a recordar su llegada al club y su debut, marcado por una grave lesión en su segundo partido, ante el mismo rival para los blancos que el de hoy, el Atlético. Hablamos, cómo no, de Ricardo Zamora, El Divino.

Luis Usera, el inventor de los galácticos

La llegada a la presidencia madridista de Luis Usera fue accidental. En las elecciones de noviembre de 1929 resulto elegida la candidatura de Antonio Bernabéu, hermano mayor de Santiago, en cuya lista Usera era vicepresidente. A los pocos días saltó la sorpresa: Antonio Bernabéu no era en ese momento socio del club. Lo había sido hasta 1926, momento en que se dio de baja al convertirse en presidente de la RFEF con el fin de que las malas lenguas no asociaran sus decisiones con la pertenencia al club blanco. Antonio Bernabéu presentó poco después su renuncia a la presidencia y el cargo pasó a Luis Usera. Éste comenzó un periodo con una buena base económica, facilitada por el anterior presidente Luis Urquijo y con la compra definitiva del antiguo Chamartín, pero con una mala base deportiva puesto que, a excepción de los Campeonatos Regionales, el Madrid no lograba un titulo a nivel nacional desde la Copa de 1917.

La Final del Agua, final de Copa de 1929 en Mestalla entre Español y Real Madrid. ©rfef

Usera decidió fichar a grandes jugadores para intentar reverdecer los viejos éxitos deportivos, aunque consciente del alto coste económico tras la llegada del profesionalismo al futbol pensó que los fichajes se podían sufragar por los propios socios e hinchas: el fichar a grande jugadores atraería nuevos socios a la entidad, así como más venta de entradas para los partidos. Uno de los objetivos prioritarios era Ricardo Zamora, a quien el Madrid le seguía tras la famosa Final del Agua en Mestalla en 1929, que habían disputado el Real Madrid y el Español.

Zamora, el primer Galáctico

A mediados del mes de agosto de 1930 resuenan con más eco las noticias sobre un posible traspaso de Zamora al Real Madrid mientras el jugador, durante sus vacaciones, disputa diversos amistosos tanto con el Español como con otros equipos. En Madrid finalmente se reúnen los secretarios técnicos del Español, Damián Cañellas, y Pablo Hernández Coronado, secretario y hombre para todo del Real Madrid, para llegar a un entendimiento acerca del traspaso del guardameta. La sintonía es total, sobre todo por la necesidad del Español de obtener dinero y la del Madrid de fichar, y a expensas de la conformidad de Zamora dan por cerrado el acuerdo. La noticia es bien acogida en la capital y se desata la euforia, que conlleva un sorprendente aumento de socios y eso que el Campeonato Regional no comenzaba hasta octubre. La espera por Zamora tardará un mes, ya que no será hasta mediados de septiembre cuando el arquero viaje a la capital para firmar el contrato. Tras volver de Orán y Argelia, donde juega con el Elche, llega a la madrileña Estación de Mediodía (la actual Atocha) casi a escondidas acompañado por su esposa, donde le esperan Cañellas y un par de periodistas para ir a la sede del Real Madrid a firmar el contrato y la nueva ficha.

Hernández Coronado, izq, y Cañellas, dcha, observan la firma de Zamora en el traspaso.

Según la Prensa de la época, el traspaso costó 75.000 pesetas (450,75 euros), un autentico dineral para aquellos tiempos, pero que se vio inmediatamente amortizado en parte gracias a los 3.000 socios nuevos que hizo el club. Ellos cubrieron 45.000 pesetas (270,45 euros) por las cuotas adelantadas de tres meses. El propio Zamora reconoció que percibiría un sueldo de 200 pesetas (1,20 euros) semanales, primas aparte, aunque la cantidad era curiosamente la máxima reglamentada, por lo cual la Prensa aventuraba todo tipo de cantidades.

Finalmente, en una entrevista realizada por Rienzi el día de la firma del contrato, añadiendo el plumilla su firma como testigo, tanto Cañellas como Zamora dan cifras. 250.000 pesetas de traspaso (1.502,53 euros), con una prima de 50.000 pesetas (300,5€) para el jugador y un sueldo de 3.000 pesetas anuales (18,03 euros). E traspaso de Zamora fue un récord ademas de un hecho que revoluciono el país: el arquero pasaba a ganar mas que un ministro, algo inusual en la época.

Un debut poco ortodoxo

Pese a a la firma del contrato, el debut tendría que esperar al 5 de octubre, dado que aún disponía de un permiso de 10 días para descansar y gestionar el cambio de residencia. El meta no volvió a Barcelona de inmediato, sino que estuvo unos días por la capital por lo que decidió asistir como espectador al amistoso que jugaba el Madrid ante el Nacional en el viejo Chamartín. Cuando el publico se percató de su presencia, pidió que jugara con insistencia y éste que no quiso desagradar a la hinchada por lo cual se encaminó a vestuarios para jugar la segunda parte del encuentro. Mientras se cambiaba, el partido comenzó y en la portería madridista no estaba el titular Rafa Vidal, por lo cual se colocó en la meta Hernández Coronado durante unos instantes recordando sus viejos tiempos de portero titular en la década de 1910. El partido finalizo 4-2 en lo que fue el debut, aunque no oficial, de Zamora como jugador.

De Madrid viajó a Sevilla, donde participó en el encuentro homenaje al sevillista Manuel Ocaña, y de allí viajó a Barcelona, donde el arquero aún tuvo tiempo para jugar el partido de selecciones entre Cataluña y Centro, en la cual defendió la meta de los catalanes en la victoria de estos por 3-0 en lo que fue un homenaje encubierto del publico catalán al guardameta. Éste fue obligado al final del partido a volver a salir al terreno de juego para saludar durante largo rato al respetable. En vestuarios el mismo Zamora reconocía el significado real del partido para el: «El partido no me interesaba ni tampoco su desarrollo. Con él me despedida de lo mío. En el marco ni me di cuenta de las jugadas, solo veia que el tiempo transcurría y que estaba terminando mi ultima actuación como jugador catalán. Siento abandonar la región en que me he formado deportivamente, pero el Español tenia la necesidad de traspasarme«. Es curioso comprobar cómo, a pesar de firmar contrato con el Madrid, el jugador seguía jugando allí donde le llamaban, con un eventual riesgo de lesión en cualquier momento. Algo impensable en el futbol de hoy en día.

Ricardo Zamora, en su debut con el Real Madrid ante el Racing de Madrid.

Finalmente llegó el ansiado día en el cual Zamora debutaría ante su público, en el antiguo estadio de Chamartín. El envite era para la cuarta jornada del Campeonato Regional de Madrid ante uno de los rivales históricos de la región, el Racing de Madrid. Con una gran entrada en el estadio, Zamora jugo junto a Quesada, Torregrosa, Prats, Esparza, JM Peña, Lazcano, Cosme, Morera, Leoncito y Olaso en lo que fue su primera aparición oficial. Un partido gris y aburrido que el Madrid consiguió vencer 3-2 y lograr la cuarta victoria consecutiva en el campeonato que era el preludio de otro de los grandes rivales: en la siguiente jornada llegaba el Athletic de Madrid.

El choque con Santiago Buiría

Siete días después el gran derby congregó a tanta gente en el estadio que éste se vio desbordado. El caos comenzó con la llegada al campo, puesto que los alrededores de Chamartín seguían sin estar debidamente acondicionado (el campo estaba ubicado fuera de la capital) por lo cual las colas de coches se hicieron interminables ademas de no tener espacio físico para aparcarlos a todos. Dentro del campo algo, similar: hasta alrededor del terreno de juego se tuvo que ubicar la gente dado que en las gradas no entraban todos.

A la hora del pitido inicial el Madrid formó con Zamora, Torregrosa, Quesada, Prats, Esparza, Peña, Lazcano, Triana, Rubio, Leoncito y Olaso. El partido no desmereció el interés causado y aunque dejó un empate en el marcador 2-2, Losada y Marín por los rojiblancos en contraposición a sendos goles de Lazcano para los blancos, la noticia estuvo en una jugada al poco de iniciarse la segunda parte. Ya con el 0-1 de Losada, éste adelanta otro balón peligroso hacia Buiría ante lo cual Zamora se lanza a los pies del delantero en busca del balón chocando con el delantero atlético. El encontronazo dejo malherido al arquero. Se atiende a Zamora del golpe y se comprueba que este es serio y que no podrá continuar en el partido. Salta Vidal para suplirle mientras que El Divino se marcha a vestuarios con cara de dolor mientras se toca el hombro izquierdo, momento que quedara registrado por las cámaras de Alfonso y Díaz Casariego para la posteridad.

Zamora, con el brazo en cabestrillo, junto a Vidal.

En primera instancia se le reconoce en la caseta para a continuación someterse a pruebas médicas y radiografías que dictaminan el alcance de la lesión: luxación de humero y fractura del omóplato. La rotura es compleja y los doctores reconocen que es bastante rara por lo cual no aventuran una fecha de recuperación ni que ésta pueda ser total para la actividad habitual de un portero. La escayola que se le coloca es aparatosa por lo cual asusta al hincha cuando éste ve las imágenes en la Prensa.

El genial portero, que por aquel entonces había jugado 32 de los 36 partidos que había disputado la selección española, paraba su actividad en la portería blanca tras apenas dos partidos. Pasan los días y la lesión de Zamora se convierte en un debate. Se aventura la posibilidad de una retirada del arquero, cosa que éste desmiente. Sin embargo ni el propio meta tenia la certeza de una recuperación total. En sus memorias recuerda que se llegó a dar por vencido y ni las palabras del Doctor Oller le servían de animo, tan solo su esposa lograba animarle para continuar hacia adelante y pensar en positivo.

Regreso ante la Real en Atocha

El resto del campeonato regional se lo perderá el madridista, donde los blancos ganaran holgadamente con 9 victorias y 1 empate en los 10 partidos del campeonato. Tras acabar el Regional comenzaba el nacional a comienzos de diciembre, en su tercera edición. Zamora seguía con la recuperación con vistas a incorporarse en el nuevo año dado que todo marchaba bien. Finalmente el 6 de enero el doctor Oller daba el alta a Zamora, aunque supeditado a seguir un proceso de masajes que fortaleciera la zona dañada. Ni el club ni el arquero quisieron una vuelta precipitada, por lo cual dejaron pasar unos días para seguir entrenando hasta que surgió la posibilidad de jugar unos amistosos. El Madrid desplazó a Huelva un equipo reserva para enfrentarse al Recreativo de Huelva y Zamora se incorporo la expedición. Allí jugaría los dos partidos acordados en los cuales el Madrid perdería por 3-1 y 1-0. El catalán aprovechó los partidos para probarse a mayor nivel que en los entrenamientos, al mismo tiempo que cogía forma y confianza. Ambos partidos resultaron un éxito puesto que los dolores remitieron y se empleo con normalidad en los disparos que recibió.

Ricardo Zamora, en su reaparición en Atocha ante la Real Sociedad.

Con estos mimbres el siguiente paso era volver de manera oficial, cosa que sucedió al siguiente fin de semana en el encuentro liguero que el Madrid disputaría en San Sebastian ante la Real Sociedad. En la Bella Easo, Zamora formó en el once inicial y no tuvo un partido fácil. Su actuación fue buena pese a la derrota blanca por 2-1 en Atocha, en su primer partido liguero con los blancos, tras lo cual se comprobó que estaba listo para volver a la titularidad en la meta blanca. Los once partidos restantes del campeonato los disputaría para ayudar a que el Real Madrid finalizara el campeonato en la zona media de la tabla. Pero esto, como hemos dicho otras veces, es historia para otro día.