Rotaciones. Muchas rotaciones, según se pudo ver en alguna de las fotografías subidas por los jugadores a sus redes sociales. El Real Madrid, con un lavado de cara importante según parece, afronta su crisis particular, la de un gol en tres partidos y cuatro puntos de nueve en Liga, retocando muchísimas zonas del equipo. Lopetegui menea el avispero ante el CSKA en Moscú (21:00, Movistar Liga de campeones) buscando una reacción que tiene que empezar a llegar ya, que luego el año se hace muy largo.
Odriozola, Reguilón, Marcos Llorente y Lucas o Mariano serán las novedades en el once. También jugaría, según lo visto, Ceballos, y la sempiterna duda entre Keylor y Courtois. Cinco cambios respecto al once del Atlético (descansarían Carvajal, Casemiro y Modric, lesionado -o no- Bale y con pase pernocta Sergio Ramos) buscando que el equipo recupere un pulso ofensivo que se ha perdido casi por completo: mucho toque, poco remate, aún menos decisión para tomar riesgos.
Bien mirado, el momento para rotar es precisamente éste: vapuleada la Roma en el Bernabéu en el primer partido del grupo, y siendo los romanistas a priori el contricante más complicado, aprovechar la Champions para rotar pensando en LaLiga parece una idea acertada: anteriormente siempre se hizo al revés así que otra cosa no, pero que Lopetegui hace cosas distintas es algo fuera de toda duda. Otra cosa es que sus decisiones agraden a todos, sobre todo al llamado núcleo duro del vestuario, de quien el runrún empieza a señalar que comienza a mirar con recelo al entrenador.
En cualquier caso, el mejor pegamento para la unión es el de siempre: ganar. A ser posible sufriendo, que es lo que más une. Enfrente, un CSKA con varios jugadores de infausto recuerdo para los internacionales españoles, pero que aparte de su defensa de, a priori, tres centrales, tendrá poco más que Dzagoev para intentar hacerle cosquillas al renovado Real Madrid moscovita. El fútbol es para los valientes.
