Hernández Coronado: de la azul y blanca a La Roja

El rojo desapareció de la selección tras la Guerra Civil, porque era el color de los derrotados. Coronado recuperó las antiguas equipaciones en 1948, urdiendo un plan para restaurar el color original

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Pablo Hernández Coronado en su despacho
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Con un deseo de Luis Aragonés y una buena campaña mediática comenzó el cambio de denominación de la Selección en un país alérgico a llamarla, en cualquiera de sus modalidades deportivas, por su nombre. De España se paso a un simple ‘La Roja’, en aras de no herir sensibilidades e intentar agrupar a una hinchada acostumbrada a fracasos en torneos internacionales que curiosamente vio llegar éxitos asociados al nuevo nombre a partir de ese momento. Hoy vamos a recordar aquellos años en los cuales España no vistió de rojo y cómo un madridista, por su cuenta y riesgo, decidió recuperar para su uniforme el histórico color de la camiseta nacional.

Desde el histórico partido de Amberes en agosto de 1920 hasta el amistoso de mayo de 1936, los colores rojo y azul predominaron en la indumentaria española en los 56 partidos internacionales que jugó, siendo escasas las veces que no lucio la camiseta roja sin que el rival no jugara con el mismo color. La Guerra Civil española abrió un paréntesis que frenó las competiciones a nivel nacional, igual que a la Selección. Tras el final de la Guerra en abril de 1939, pronto comenzaron los clubes a desarrollar su labor habitual y en diciembre comenzó un nuevo Campeonato de Liga.

Sin embargo, la selección española fue otro cantar. En el ultimo trimestre de 1940 el Consejo Nacional de Deportes (CND) emitió dos decretos: uno para la castellanización de los nombres de los equipos (se dejaban atrás los Racings, Sportings y los Footballs Clubs); y otro por el cual se cambiaba el color rojo de las camisetas de la Selección por el azul. El color rojo estaba ligado al gobierno de la República, por lo cual cuando el bando ganador obtuvo la victoria quiso eliminarlo. Al frente del CND estaba el conocido General Moscardó,  el firmante del decreto del cambio de color.

Teus, primer seleccionador de azul y blanco

La elección del primer seleccionador de la postguerra recayó sobre Eduardo Teus, prestigioso periodista en ese momento y exjugador madridista en la década de los años 10, del cual ya hablamos aquí. La etapa de Teus duró seis partidos, en el último de los cuales sobrevino una dura derrota en Milan por 4-0 ante Italia, lo que se derivó en una interrupción de casi tres años sin jugar motivada por una decisión del General Moscardó que sintió como propia la humillación de la derrota y la mala imagen dada por la Selección. Es curioso que la única derrota del periodo Teus trajo como consecuencia la paralización del combinado. España jugó en esa etapa 5 partidos de azul y blanco mientras que en Sevilla, ante Francia, lo hizo de blanco y azul. Tras el forzado paréntesis y la ‘retirada voluntaria’ de Teus, el cargo fue asumido por el ex defensa madridista Jacinto Quincoces, quien gestionó el regreso de la Selección en una doble confrontación contra Portugal en la cual España volvió a jugar de azul y blanco ambos partidos. Tras un nuevo año sin partidos oficiales y una nueva vuelta en junio de 1946 ante Irlanda en el viejo Metropolitano, España lo hizo jugando de blanco y negro, pero esta vez con el pontevedrés Luis Casas al mando, Quincoces retornaba al Real Madrid en labores técnicas. Casas fue un técnico de transición y en octubre de 1946 la Federación designa a un nuevo seleccionador español.

Eduardo Teus da las últimas instrucciones antes del España-Francia. España: camiseta blanca y pantalón azul.

Popularmente se habló de Santiago Bernabéu como una persona que lo fue todo en el mundo del fútbol. Todo excepto balón. Sin embargo, en el Olimpo madridista también hay una figura arrinconada y olvidada que lo fue todo en el Madrid y en el fútbol nacional: jugador, entrenador, periodista, árbitro, secretario técnico, tesorero de la Federación Española, presidente de la Federación Centro, seleccionador nacional… También todo excepto balón. Ni siquiera con la llegada de la Guerra Civil abandonó el club, ya que junto a Carlos Alonso hizo todo lo posible por salvaguardar y proteger el patrimonio de la entidad en esos duros años de contienda en Madrid. Tras el trágico trienio, continuó su labor en el club hasta que años después diversas desavenencias nunca aclaradas con Bernabéu le apartaron del club. La designación de la Federación le llevo de nuevo a la primera plana deportiva. Hablamos de Pablo Hernández Coronado.

Caricatura de Pablo Hernandez Coronado.

No entraremos en detalle de la historia de Hernández Coronado, puesto que es digna de un reportaje más extenso, y nos centraremos únicamente en esta etapa de seleccionador aunque recordaremos una curiosidad de su pasado blanco. Cuando Hernández Coronado llegó al Real Madrid, como portero, sustituyó en la plantilla a Eduardo Teus, al que una lesión de menisco le retiró prematuramente. Coronado estuvo en el Real Madrid tres temporadas, hasta 1921, cuando decidió retirarse.

Debut con doble humillación

En el momento en el cual Coronado es designado seleccionador también ejerce labores de Tesorero en la propia Federación. Acepta sin problemas el encargo aunque es consciente de la pérdida de combatividad del combinado español. Como primer rival se fija una nueva visita a Portugal, con quien la Selección ya se había enfrentado en 16 ocasiones y nunca había sufrido una derrota. Sin embargo, Coronado tenía dudas sobre esta visita y veía muy fuerte al conjunto luso. El partido se estableció para finales de enero, por lo cual Coronado comenzó a viajar para ver partidos y jugadores. Para completar la preparación se organizaron dos partidos a comienzos de enero de 1947 contra el equipo argentino del San Lorenzo de Almagro, que estaba por aquel entonces de gira por España. El propio seleccionador dejo muy claro que no eran partidos representativos de la Selección, sino un combinado de internacionales y posibles nuevos seleccionados. Si Coronado recalcaba esto con vehemencia por algo era.

Ambos partidos fueron un fiasco y los argentinos pasaron por encima de ese combinado. Primero en Barcelona, en el viejo estadio de Les Corts, donde vencieron por 5-7 y posteriormente en Madrid, en el viejo Metropolitano, donde nuevamente golearon 1-6. Cómo debió ser este ultimo partido que el mas destacado fue el portero madridista Bañón, que pese a encajar seis goles evito muchos otros y fue sacado a hombros por la hinchada que invadió el campo al final del partido. Franco desde el palco veía como un equipo argentino estaba a años luz de lo que podría ser Selección. Pese a no ser la selección oficial la imagen dada y la exhibición argentina llevo al diario MARCA a publicar un editorial donde se pedía que no se hicieran ensayos con el prestigio nacional. Esto venia motivado por una nota escueta de la Delegación Nacional de Deportes en la cual informaba del «estudio de medidas a adoptar para sucesivos encuentros internacionales», que traducido quería decir que no se iba a permitir otra humillación de tal calibre mientras el equipo español no tuviera mas categoría.

En cualquier caso, se pensó que Portugal podía ser una buena piedra de toque para levantar el ánimo con una victoria. Teus, en las paginas de MARCA, no veía posible que los lusos le ganaran a España y confiaba en que la derrota sirviera de acicate. Por su parte Gilera, otra prestigiosa firma deportiva, asumía que la preparación española había sido deficiente para el partido y que Portugal traía ventaja porque sí había cuidado su selección en los últimos años, no como el español. Coronado estaba más cercano a Gilera que a Teus y no lo tenía nada claro. Sabíia que los portugueses habían asimilado la táctica WM que había popularizado Herbert Chapman en el Arsenal, algo novedoso para un futbol patrio que no lo aplicaba, por lo que Coronado intento a través de varias charlas explicar los conceptos a sus jugadores. Como ultimo test antes de viajar a Lisboa se organiza un partido de entrenamiento a puerta cerrada donde la selección, esta vez sin probaturas, se enfrenta al Real Madrid en el Metropolitano. España no hace mal partido y derrota 2-1 a un Real Madrid que era prácticamente el mismo que había derrotado el dia de Navidad al San Lorenzo argentino. El optimismo iba en aumento… aunque no para todos. Coronado en los días previos seguía con dudas y dejó para la posteridad una famosa frase: «Me parece que voy a tener el honor de ser el primer seleccionador que pierda contra Portugal».

El XI de España ante Portugal: Bañón, Querejeta, Curta, Gonzalvo III, Bertol, Nando, Iriondo, Panizo, Zarra, César y Gainza.

Una expedición de 17 jugadores con Coronado de seleccionador y Ramón Encinas como preparador técnico (en aquellos años ambas figuras se separaban a menudo) tomaron el tren en la madrileña estación de Delicias camino Lisboa. En los días previos se entrena en el estadio de Jamor, donde el domingo 27 de enero a las 4 de la tarde está programado el partido. Coronado tiene como base de la selección el Athletic de Bilbao donde seis de sus jugadores serán titulares. Bañón, Querejeta, Curta, Gonzalvo III, Bertol, Nando, Iriondo, Panizo, Zarra, César y Gainza son los hombres que saca de inicio Coronado. Bañón, Querejeta y Belmar son los únicos madridistas, de los cuales los dos primeros serán los que jugarán en lo que será su debut en un día que España jugará de blanco y negro.

Primera derrota de la historia ante Portugal

El partido comienza de la mejor manera posible: Rafa Iriondo marca el 0-1 cuando apenas se llevan un par de minutos. El gol empuja a los españoles, aunque poco a poco los portugueses van inclinando la balanza hasta que comienza el asedio a la meta de Bañón. Éste vuelve a destacar y salva en varias veces claras ocasiones de los lusos. El peligro seguía rondando ante una España inoperativa y a la media hora llegó el empate de los locales. Esto les espoleó y al filo del descanso un balón lanzado al área no lo logra despejar Bertol y Araujo, autor del empate, atrapa el esférico para marcar el 2-1 ante la arriesgada salida de Bañón, que además se llevó un golpe y fue sustituido por el bilbaino Lezama que defendió el marco hispano en la segunda parte.

La situación siguió empeorando sobre todo a raíz de un fallo de Lezama, demasiado nervioso e inseguro, que propició el tercer gol de Portugal. España desapareció del partido y los locales se hicieron dueños de la situación. Posteriormente llegaría el cuarto gol luso, lo que supondría finalmente la primera derrota de España ante Portugal en toda su historia. Las angustias que tenia Coronado sobre el partido se confirmaron. El problema no era haber caído derrotado sino la imagen dada, ya que España careció en todo momento de armas con las cuales contrarrestar el juego de Portugal.

Como quiera que la Copa del Mundo de 1950, y por ende las eliminatorias de clasificación, quedaban muy lejos, a España sólo le quedaba jugar amistosos para volver a recuperar el prestigio. A la vuelta de Lisboa, Coronado planteo el convocar una reunión con todos los entrenadores nacionales de primer orden, para trasladarles la idea de imponer a dichos equipos una única táctica, de tal forma que los posibles jugadores seleccionados no tuvieran problemas de acoplamiento entre ellos en el equipo nacional. Asimismo pensó también que las competiciones se pararan para lograr una mayor preparación con los jugadores. Como epilogo del desastre ante Portugal, y para mas inri, en apenas tres días el Oporto y la selección de Lisboa eran derrotados ampliamente por el San Lorenzo argentino por 4-9 y 4-10. Sangrante fue sobre todo este ultimo partido donde actuaron con la selección lisboeta diez de los jugadores que habían derrotado a España.

En Dublín, todo al rojo

España volvió a vestir de rojo en marzo de 1948, en Dublín.

El siguiente partido contra Irlanda estaba previsto a comienzos de marzo en Dublín, lo cual dejaba poco margen para la preparación. Tal y como quería Coronado, se detiene la la Liga y ésta sólo se juega en la primera quincena de febrero, dejando el resto de fechas libres para la preparación de la Selección. En ella empieza a jugar un joven Molowny, 21 años, que en el ultimo partido de entrenamiento en el Metropolitano, con público en las gradas, deja un buen sabor de boca. Finalmente será de la partida junto a los otros 17 seleccionados aunque con pocas esperanzas de jugar. Esta vez Coronado no se apoya en la base de un equipo y lleva un combinado con una procedencia mas diversa. Del Real Madrid, ademas de Molowny, viajaran Bañón, el capitán Ipiña y Querejeta, quien será el único que formara parte del once inicial que saltara a un lleno Dalymount Park. Sobre el césped estarán Eizaguirre, Querejeta, Curta, Gonzalvo III, Sans, Nando, Epi, Arza, Zarra, Herrerita y Gainza con un uniforme sorprendente: camiseta roja y pantalón azul. Junto a la expedición había viajado el General Moscardó, quien tuvo que ver cómo España volvía a lucir el color histórico de la camiseta.

España, de rojo en el Metropolitano.

Era obvio que esta decisión no partió de él ni de ninguna entidad o persona por encima suya, por lo cual era si cabe mas sorprendente. La historia fue más simple y más curiosa, ya que el mismo que ideó lucir esa camiseta lo narró años después en un libro recordando la historia de la selección Española. El propio Coronado, que recordemos mantuvo a flote el club y el estadio de Chamartín en el Madrid republicano durante la Guerra, entendía que era una tontería el no jugar de rojo por el simple hecho de ser el color de los derrotados en la Guerra, y pensó en volver a usarlas. A Dublín se encargó el mismo que las únicas camisetas que se llevaran fueran las rojas, para que allí no hubiera posibilidad de usar otras. Llegado el momento de la previa del partido el propio seleccionador se lo hizo saber al General Moscardó, que debido a un «error» solo se disponía de dichas camisetas para jugar el partido. El General no pudo hacer otra cosa que protestar y cabrearse, pero estaba claro que el partido se tenía que jugar y finalmente se rindió a la evidencia y permitió que 11 años después España volviera a jugar de rojo. Color que seguiría usando a partir de ese momento en los siguientes partidos. Es mas que probable que Coronado contara con la ayuda y el silencio de Perico Birichinaga, masajista de la selección y que hacía las veces también de utillero.

El General Moscardó y Hernández Coronado, antes de viajar a Dublín.

Con un terreno de juego helado y embarrado, España perdió 3-2 ante Irlanda pero dejó buenas sensaciones. Coronado volvió satisfecho y esperaba nuevos encuentros que no llegaron a producirse ya que poco tiempo después el presidente de la Federación, Jesus Rivero, presentaba su renuncia al cargo, dimisión que fue aceptada. La llegada de Armando Muñoz Calero a la presidencia conllevó los habituales cambios que se saldaron en la sustitución de Coronado por el exportero sevillista Guillermo Izaguirre. De esta forma acababa la primera etapa de Hernández Coronado en la Selección con un balance pobre en cuanto a resultados, pero con la reinstauración del color original histórico en las camisetas de la selección. Coronado volvería con el pasosde los años a guiar los destinos de España en dos etapas distintas pero, como ya saben los lectores, esto es historia para otro día.

 

 

 

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Con mi Insignia de Plata en un lugar privilegiado e intentando llegar a la de Oro, nada se puede comparar a la 7ª cuando uno ha sufrido todas las decepciones europeas de la segunda mitad de los 80. Abuelo, lo que hubieras disfrutado con los 11 de blanco, ya tenemos el doble de Copas de Europa desde que te fuiste y aquí seguimos, disfrutando y recordando a todos aquellos que de una u otra manera han hecho posible que seamos lo que somos.