RM 2 – 1 PLZ: Lopetegui morirá matando

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Por mucho que el Real Madrid se desembarazase del Viktoria Plzen (2-0) en la tercera jornada del Grupo G de la Champions, Julen Lopetegui está sentenciado, salvo que los hados quieran que el Madrid enganche 7-8 partidos consecutivos ganando y sin dejarse ni un punto, empezando por el domingo en el Camp Nou. Pero Lopetegui tiene claro que morirá matando, a su estilo y no al que parece ser que pretendían imponerle. El equipo jugará mal, es obvio que en tramos demasiado largos del partido no provoca ni chispas, pero lo hará a la manera de Julen, con sus pros y sus contras. Los goles de Benzema y Marcelo mantienen al técnico vasco con ventilación asistida en la UCI al menos hasta el fin de semana.

Lopetegui tiene personalidad. Courtois, de nuevo, al banquillo porque en Champions juega Navas, pese a las presiones del club para que siempre lo haga el belga. Odriozola, reciente fichaje en el que por lo que sea no confia el vasco, también se quedo en el banquillo: jugó de lateral Lucas Vázquez. Varane, tras su espantoso inicio de temporada, dejó su plaza a Nacho. Y Kroos, de quien el club recela, también volvió al once en visperas del Clásico. Asensio, ojito derecho de la directiva, al banquillo para que Isco continuara con su puesta a punto postapendicitis.

Con esos mimbres, más el de un Vinicius convocado pero que ni siquiera calentó en la banda en el segundo tiempo, el Madrid tejió un partido en el que salvo en un par de arreones fugaces volvió a dejar las dudas de siempre: el equipo se parte, se hace muy largo, deja demasiado espacios en el medio, las ayudas no existen y los laterales son como el puente Hong Kong-Zhuhai-Macao pero sin mar, todo se andará: una autopista de doble sentido para que los rivales empujen el pie a tabla y corran como gamos.

En ese partido tan raro, con un Madrid tan poco dominador, las bandas mandaron. Lucas Vázquez y Marcelo fueron dos coladeros en defensa ante el mus que se dieron Modric y Kroos en las ayudas hasta bien entrado el segundo tiempo, con la entrada del debutante Pajarito Valverde, pero a cambio el gallego le dio una soberbia asistencia a Benzema en el 1-0 y Marcelo anotó el 2-0 ya en el segundo tiempo, con el Bernabéu bastante nervioso porque a este equipo le cuesta un mundo hacer un gol, quién lo podía imaginar.

El 15 del Viktoria Plzen, un altísimo delantero por nombre Krmencik, se marcó un recital recibiendo, descargando, arrancando y sacando de sitio a los centrales blancos, y aunque el equipo checo es lo que es sí forzó a Keylor a hacer un par de buenas paradas y a que el Bernabéu tuviera que invocar a su santo favorito para que Havel fallara bajo palos y sin portero un remate que podría haber supuesto el empate. Hrosvosky, con una simple pared en el centro del campo, encontró una autopista y los checos hicieron un 2-1 que merecían por su buena imagen, pero ya está, no hubo empate ni merecimiento para ello. Pero es que frente este Madrid hasta Arévalo se ligaría, sin problemas, a Jennifer López.

Mientras, un palo de Ramos, dos goles anulados al Madrid por sendos claros fueras de juego y mil y un remates mordidos, blandos, altos, desviados, ay, uy, ey, casi. Pero ninguno dentro más que los dos que bastaron para que Lopetegui demostrara que las cosas se van a hacer como él quiere mientras siga aquí, que cualquiera sabe cuándo será porque el Bernabéu despidió a su equipo, que acabó con diez por una lesion parecía de rodilla de Marcelo, con una sonora pitada.