Los blancos consiguieron la 11ª victoria en Euroliga al vencer y convencer al Panathinaikos griego. Después de un espectacular primer cuarto, el Madrid víctima de los árbitros se descentró pero volvió a tiempo para recuperarse y evidenciar la diferencia entre ambas plantillas. Ayón un gigante en la sombra y la grandísima defensa fundamentales para la victoria.
Primer cuarto para enmarcar. Después del 0-2 inicial, un Madrid inmenso empleó una defensa agresiva corriendo al contraataque y utilizando el triple en pocas pero efectivas ocasiones con un poderío también reboteador que dejó noqueado a los griegos con el 16-0 de parcial. Las cosas pintaban bastos para los de Pascual. Después de un correspondiente tiempo muerto el Panathinaikos entró en el intercambio de canastas pero el Madrid seguía a lo suyo jugando de manera fabulosa con una circulación de balón envidiable. Además provocaba que entraran en bonus en muy pocos minutos. Causeur lideraba con 8 puntos esos momentos pero el juego colectivo era digno de elogio por parte de todos los hombres de Laso. De un plumazo borraban todo rastro del mal partido realizado el domingo pasado en Lugo. Así las cosas el Madrid se lleva el período 23-10 tras mate de Tavares. La valoración del partido ese momento era 37-0 a favor del Madrid.
En la continuación, el Madrid con el mismo guión y el Panathinaikos va aumentando la desventaja (32-12 minuto 14). Pascual no encontraba solución al vendaval que se le venía encima. Un 8-2 griego basado en la experiencia de los visitantes provoca un tiempo muerto (38-24 minuto 16). Laso no quería confianzas para nada. No estaba cerrado el partido por el momento. Para empeorar las cosas antes del descanso, los árbitros empiezan a cobrar el protagonismo que no les hace falta. Permitiendo descaradamente la agresiva defensa griega que traspasaba la falta todas las veces, pitando en ataque a hombres del Madrid y también una técnica a Ayón. Situación que es aprovechada por el Panathinaikos a través de Langford para rebajar la diferencia (40-29). Al descanso poco se mueve en el marcador 43-29 y con la sensación de que los colegiados habían cercenado las posibilidades de romper el partido a los 20 minutos de juego.
Causeur con 6 puntos asume la responsabilidad con la incertidumbre en el marcador (57-39) y Pascual se ve obligado a pedir tiempo muerto con un Panathinaikos que había perdido cierta alegría ofensiva. Pero no hay que dar por muerto al campeón griego. A través de Calathes como quien no quiere la cosa los mete de nuevo en la lucha (59-51 minuto 28). Langford es el brazo ejecutor y Calathes el general en la pista. El Madrid sufría mucho para anotar y con canastas puntuales va salvando el cuarto. Una canasta sobre la bocina de Campazzo deja el 63-55 pero las sensaciones son que los griegos tenían la iniciativa del partido.
Después de una antideportiva a Calathes (67-58 minuto 32) el Madrid toma aire. La defensa blanca vuelve a coger el tono necesario junto con el poderío ofensivo. Ayón se va convirtiendo en el asesino silencioso haciendo un trabajo incomensurable en la pintura. El Madrid se va despertando y el brazo se le empezaba a encoger a los griegos. La circulación de balón mejoraba, detalle que reflejaba el marcador (73-60 minuto 35). Pintaban bastos para los griegos tras triple de Rudy con el 78 a 61. Tras un par de minutos con intercambio de canastas el Madrid gestiona bien el final del parido sin pasar apuros en los últimos minutos del partido. Con el 89-68 se terminó el partido demostrando sobre la pista a un Madrid superior.
