1963: el Madrid contra el diario Marca

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Felix Ruiz dispara y Calvo observa el primer gol
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Esta semana que finaliza nos ha traído cierta marejada con determinadas decisiones arbitrales y la manera en que se usa y no se usa el VAR en los partidos que disputó el Real Madrid. En las redes sociales se ha vuelto a clamar por un trato que se considera injusto hacia el club y muchos se han preguntado por qué la entidad no hace nada ante estas presuntas afrentas. Para remover las brasas de la polémica, incluso se ha publicado que Florentino Pérez llamó al presidente de la Federación, Luis Rubiales, para pedir explicaciones. Sin ánimo de entrar en cómo se tiene que usar el VAR, calificar a los árbitros o la manera en la que el club tiene que defenderse, nos hemos puesto a buscar algún caso similar de polémica arbitral y la forma en que respondió el club.

A comienzos de Febrero de 1962, el Madrid venia de vencer en el viejo Altabix al Elche por 0-2. Se habían cumplido dos tercios de la Liga y los blancos acumulaban una cómoda renta de seis puntos de ventaja ante unos sorprendentes Real Valladolid y Real Oviedo, que habían quitado el protagonismo momentáneo a los habituales grandes de la Liga. La siguiente jornada traía precisamente la visita pucelana a Chamartín en uno de los partidos cumbre para determinar si el Valladolid sería o no un rival a tener en cuenta para la disputa del título. Los pucelanos tenían en el banquillo a un antiguo guardameta que colaboró en el ascenso del equipo a Segunda División antes de dar el salto al FC Barcelona, donde tras un par de años de banquillo se convirtió en una leyenda cule: Antonio Ramallets. También en la defensa vallisoletana jugaba el padre de una saga de Campeones de Europa: Manuel Sanchis. Ambos equipos jugaron con los once habituales, a excepción del Madrid, que tenía la baja de Alfredo di Stéfano.

Segrelles, protagonista de la tarde.

El Valladolid era un equipo joven y alegre que había goleado al Madrid en el Viejo Zorrilla, y que nuevamente en Chamartín puso en problemas a los blancos. Se adelantó el Madrid por medio de Félix Ruiz tras un jugada en la cual la defensa y portero visitante mostraron cierta bisoñéz, única laguna en una primera parte en la cual el Valladolid sometió al Real Madrid sin problemas. El Pichichi liguero Morollón empataría para los visitantes, a los cuales el arbitro valenciano Segrelles escamotearía un gol aparentemente legal. Con las espadas en todo alto se llegaría al descanso, a la vuelta del cual Félix Ruiz nuevamente volvería a marcar ante otro fallo del portero. La fuerza e intensidad impuestas por los pucelanos en los primeros 45 minutos se vio menguada poco a poco en esta mitad, lo que aprovecho el Madrid para crear mas peligro. A la mitad de la segunda parte el Valladolid dispuso de una gran jugada en la que el balon, tras golpear en el larguero, botó aunque sin estar claro si dentro o fuera de la linea de gol. El arbitro no concedió gol y a renglón seguido Amancio logro el 3-1 que ponía el partido cuesta arriba al Valladolid. Apenas cinco minutos más tarde Gento hace una jugada de las suyas que corona con un gran disparo que se aloja en las mallas.

El Madrid cerraba el partido con este 4-1 que en realidad ocultaba un castigo demasiado amplio para una apuesta decidida del Valladolid. Los madridistas veían merecida la victoria, mientras que los blanquivioletas como inmerecida por cuanto clamaban por el gol anulado. Por su parte el trencilla aseguraba que tanto su linier como él vieron muy de cerca la jugada del gol fantasma, considerando que no fue gol. En vestuarios se conocía la derrota del Oviedo en Heliópolis y el Madrid se colocaba con siete de ventaja sobre un Atlético de Madrid que se colocaba segundo y que aún tenía que pasar por el Bernabéu. El fin de semana había sido redondo para los merengues.

La polémica

Hasta ese momento pasaba por ser un partido normal de una jornada liguera con suerte para el Madrid, pero con la aparición de la Prensa del lunes llego la sorpresa. La Agencia de Prensa Cifra, el área nacional de lo que hoy se conoce como Agencia EFE, captó una imagen de la jugada del gol anulado que inundaba de dudas al mostrar el balón aparentemente dentro de la portería. Sin embargo en la misma foto se veía en linea con la raya de cal de la portería a uno de los linieres, lo que por otro lado dejaba abierta la posibilidad de que estuviera la jugada bien anulada.

La foto, disparada desde el lateral de preferencia, fue llevada a portada por MARCA con un claro titular y un pie de foto taxativo: «¡Gol! De fantasma, nada». La crónica del partido venia firmada por Antonio Valencia, histórica pluma del periódico que llegó a ser subdirector y Premio Nacional de Literatura dos años mas tarde. La crónica no gusto en las oficinas del Real Madrid y menos la frase que acompañaba a la foto. Valencia calificó el arbitraje de Segrelles como «repugnante», al mismo tiempo que decía que la anulación del gol le hacía dejar de creer en el sistema arbitral. También deslizaba irónicamente la hipótesis de que Calvo, meta vallisoletano, o bien era compadre de Félix Ruiz para entender la facilidad con la cual encajó los dos primeros goles del navarro o bien estaba cedido por el club blanco y no se sabia. Ademas llamaba a Segrelles casero y culpaba también a un linier de salir al campo pensando en marcar fueras de juego a Valladolid. El resultado lo calificó como «más falso que el alma de Judas».

Si bien la actuación de Segrelles dejó bastante que desear, quizás la reacción de Marca se antojaba exagerada. Manuel Rosón, en La Hoja del Lunes, decía sobre el arbitro que tuvo una actuación detestable y que si no se armó un escándalo fue por la obediencia y deportividad de los jugadores al no protestar sus decisiones, e indicaba que la victoria del Madrid era justa aunque por demasiado margen. También sentenciaba, al llevar la misma foto en la crónica, que el gol anulado a Morollón era legal. Gilera, en ABC, estaba en la misma sintonía pero exponía que había sido un partido muy difícil de arbitrar por las jugadas tan complejas, las cuales hubieran creado problemas a los mejores árbitros nacionales. Reconocía que el arbitraje fue malo y señalaba dos posibles penaltis no pitados en el área vallisoletana.

Lo de Marca molestó mucho en las oficinas madridistas de Valenzuela. Valencia tenia fama de rojiblanco y según relató Martín Semprún en la biografiá que hizo de Santiago Bernabéu, éste no tragaba al periodista. El Madrid no quiso dejar pasar lo publicado y fue mas allá requiriendo los servicios de un Notario del Colegio de Madrid para que diera fe de una prueba pericial que probase que el balón no llego a entrar en la portería. Para realizar la prueba el club eligió la misma portería del Fondo Norte de Chamartín donde sucedió la jugada, para colocar un balón atado por un hilo de nylon al larguero de la portería.

Desde la grada de preferencia se disparó una foto con teleobjetivo y sin tocar el balón se hizo mas tarde otra desde el propio césped para demostrar como dependiendo de la toma el balón se veía dentro y fuera al mismo tiempo. Para la fotografiá se eligió al director del Laboratorio fotográfico de la Universidad de Madrid, que al mismo tiempo era licenciado en Fotografiá Científica por la Universidad de París. El notario dio fe de la colocación del balón, de como éste no se alteró en ningún momento y de cómo las fotografiás fueron impresionadas en su presencia para que diera fe de la nula alteración de las mismas. Al mismo tiempo hacía constar en acta que el balón, en esta prueba, no sobrepasaba la linea de gol en ningún momento.

El Boletín Oficial del Real Madrid de marzo de 1963.

Cuando la revista del club llega a los quioscos al comienzo de marzo con el reportaje gráfico de la prueba, el Madrid ya había derrotado al Real Oviedo y la siguiente jornada derrotaría también al Valencia, que estaba en el bloque perseguidor, por lo cual tenia casi media Liga ganada a falta de recibir al Atleti a mediados de marzo al que derrotaría por 4-3 proclamandose Campeón de Liga, como ya recordamos en esta sección. En realidad no le hacía falta al Madrid esta prueba pericial, puesto que llegó a ganar once partidos de Liga seguidos y fue muy superior a sus rivales en el computo general. Si lo hizo fue más para contestar a aquellos que habían dudado de su victoria por una decisión arbitral, de la cual el club no tenia culpa. Ademas de publicarla en el Boletín Oficial del Real Madrid, dedicó una pagina entera a parte de la crónica de Antonio Valencia, quien varios días después del partido había sido nombrado subdelegado de Información Deportiva por el Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, el falangista José Antonio Elola-Olaso, para de esta forma recordar cómo opinaba el periodista sobre el club por si algún aficionado lo había olvidado. El llamado equipo del Régimen no se quedaba callado ante lo que consideraba ataques a la honorabilidad del club. ¿Se imagina el lector que algo similar pudiera suceder hoy en día contra la Prensa?

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Con mi Insignia de Plata en un lugar privilegiado e intentando llegar a la de Oro, nada se puede comparar a la 7ª cuando uno ha sufrido todas las decepciones europeas de la segunda mitad de los 80. Abuelo, lo que hubieras disfrutado con los 11 de blanco, ya tenemos el doble de Copas de Europa desde que te fuiste y aquí seguimos, disfrutando y recordando a todos aquellos que de una u otra manera han hecho posible que seamos lo que somos.