FCB – RM: Susto o muerte

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Susto o muerte. El Real Madrid inicia esta noche en el Camp Nou (21:00, La1 y GolTV) la etapa más complicada de lo que lleva de curso. Tres partidos consecutivos fuera de casa en los que pondrá en juego su supervivencia en Copa (Barcelona), Liga (Atlético) y Champions (Ajax) y que tendrán su coronación en un par de semanas en el Bernabéu en Copa (Barcelona), Liga (Barcelona) y Champions (Ajax). Hasta entonces, hasta el último silbatazo final, el Madrid habrá estado vivo en las tres competiciones: habrá que ver cómo acaba tras el sextete de partidos.

El Madrid acude redivivo, hipervitaminado y canturreando canciones bélicas, presto para la batalla. Los revolcones del otoño con Lopetegui y las dudas iniciales de Solari han quedado atrás y el equipo, tan blando en las dos áreas en el inicio de la temporada y que transmitía tan poco sobre el campo, ha arreglado parte de sus desaguisados: en el área rival ha mejorado notablemente sus registros, el gol ya no es una quimera, y el juego de vez en cuando centellea gracias a la prestancia regular (¡quién lo diría!) de Benzema, a los fogonazos de un Modric que lucha por parecerse al de antaño y, sobre todo, al burbujeante Vinicius. Pero todo apunta a que el brasileño hoy será suplente.

Lucas Vázquez descansó el fin de semana pasado, y es el sargento de guardia de la División Acorazada Solari, y Benzema y Bale parecen intocables arriba. Alinear a Vinicius con sólo 18 añitos en un partido de tamaña importancia, con lo que podría quemarse al jugador, no parece demasiado buena idea, más aún en un territorio tan hostil como es el estadio del FC Barcelona. Solari alineará a su once de gala, habrá que ver si Keylor Navas sigue siendo el portero de la Copa y si Marcelo es el elegido para los encuentros con fuego real en vez de Reguilón, pero el resto del equipo salvo Vinicius se recita de carrerilla: es el que es y con esto Solari va a la guerra.

En el Barcelona la gran duda es Messi. Sin él, ya saben que el antiguamente conocido como neomadridismo hoy ya felizmente etiquetado como buahdridismo dice que los culés no son nada sin el argentino, los de Valverde le metieron un 5-1 al Madrid depresivo de Lopetegui. Valverde ha convocado a 19 jugadores para despistar, para que nadie sepa si Messi va a arriesgar o no, pero hay una cosa clara: de los tres Clásicos consecutivos que vienen, éste es el menos importante de todos. No estarán los lesionados Cillesen (portero titular en Copa), Umtiti ni Dembele, pero sí las mismas ganas de fastidiar de siempre, que a fin de cuentas es el principal motor de los partidos entre estos dos equipos: no sólo ganar, sino meter en crisis al otro. Susto o muerte. Se abre el telón.