RM 0 – 1 FCB: El hundimiento es Real

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180 minutos en el Bernabéu ante el Barcelona y cero goles a favor, por cuatro encajados. Ésa es la realidad del Real Madrid actual. Ambos equipos podrían haber estado jugando hasta el próximo mes de diciembre que los chicos de blanco no iban a hacer un tanto ni a puerta vacía. Que no. El hundimiento es Real, con erre mayúscula, la del Madrí. Un gol de Rakitic descabelló a los de Solari (0-1) en el enfrentamiento liguero entre ambos, que deja a los blancos a 12 puntos del liderato cuando quedan 36 en disputa.

El Madrid vuelve a estar más cerca de perder plaza Champions (el Getafe es quinto, a nueve puntos de distancia y un partido menos) que del liderato, a esos doce. Ante el Barcelona, en el partido liguero tras el 0-3 de Copa, los de Solari volvieron a ofrecer una imagen paupérrima. Es un equipo sin alma, sin corazón, que se desangra, y donde sólo Reguilón y Vinicius sacan el colmillo que se le presupone a cualquier jugador madridista que juega ante unos tipos con camiseta azul y roja a rayas verticales.

Solari apostó por Bale de inicio, y el galés le devolvió la confianza haciendo lo que mejor sabe: pasar inadvertido en cualquier partido salvo en una final. Como esto no era una final, ya saben cómo jugó. El Madrid se desmadejó por el centro, porque Solari sigue empeñado en atacar con Casemiro más retrasado que Modric y Kroos, de iniciador de juego, cuando Zidane le ponía justo por delante por dos razones: una, que interviniera menos en la construcción reduciendo las pérdidas en campo propio; y dos, que iniciara la presión tras pérdida en zonas adelantadas del campo contrario. Como con el argentino está quince metros más atrás, Casemiro es otro, pero es que Kroos y Modric son dos espectros, y así llevan toda la temporada.

El Barça, con un Arthur que se paseó a su antojo por el Bernabéu y con un Piqué absolutamente imperial en defensa pese a algún exceso final que sobraba, manejó el primer tiempo como quiso, y sólo la suerte evitó que se fuera con algo más que el gol de Rakitic en el zurrón, dos paradones de Courtois incluidos. El Madrid fue Vinicius, como siempre, y aunque estuvo mejor en zona de peligro que en Copa porque levantó la cabeza, intervino menos que el miércoles y eso provocó que generara menos ocasiones: Sergi Roberto le ató bien y las ayudas de Busquets fueron vitales.

El Madrid se desangró sin saber muy bien si la herida la tenía en un codo o en la rodilla, simplemente estaba en el campo mientras el Barcelona tenía el balón. En la segunda parte, el equipo al menos aprovechó que los de Valverde lo vieron tan fácil que se despistaron en la salida de balón más de lo normal para intentar ponerle cerco a Ter Stegen, pero es que el meta alemán se fue con apenas dos manchurrones en los guantes. Jugó hasta Isco, con Solari poniendo cadáveres sobre el campo esperando que alguno le fuera a sacar las castañas del fuego. Pero estaba claro que no.

El Madrid se hunde, lentamente, a los ojos de todos mientras los ojos que deben percatarse de ello están a idioteces, las redacciones y la sala del VAR. Son como la orquesta del Titanic pero en despachos nuevecitos en Valdebebas. El Ajax decidirá si hay salvavidas para ellos o se los tragará el océano.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.