Los blancos perdieron en Vitoria en un partido que jugaron a medio gas. El partido del domingo contra el Barcelona estaba en la mente de los de Laso y nunca fueron una amenaza real para el Baskonia. Poirier con 30 de valoración y la superioridad reboteadora local claves para ganar a un triste Madrid.
El Madrid se presentaba en Vitoria con las ausencias de Reyes, Tavares, Deck y Campazzo con vistas al partido del domingo contra el Barcelona toda vez que prácticamente van a quedar terceros en Euroliga. Se vivió durante buena parte del primer período un partido francamente malo, con muchas imprecisiones. Ni siquiera dominaban las defensas. Los errores en los tiros y las pérdidas de balón se sumaban a las faltas personales en masa. A pesar de la inclusión de Yusta y Kuzmic en el quinteto titular, no le sirvió a Laso para dar un impulso a su equipo. El balcánico cometió 3 faltas en menos de 5 minutos y se le vio falto de ritmo de competición. 10-5 mostraba en ese momento el marcador y se paraba constantemente el ritmo con tantas faltas pitadas. Con lo que el 19-9 en el minuto 7 parecía oro para los locales. Entre Huertas, Voigtmann y Poirier llevaban el tempo del partido. La entrada de la segunda unidad blanca con Thompkins, Rudy y sobretodo Carroll le da un aire fresco al Madrid. El partido mejoró y los de Laso se beneficiaron de ello. Prueba de ello era el resultado final al término del primer cuarto con el 22 a 18.
El partido volvió a convertirse en algo vulgar por parte sobretodo del Madrid en el segundo cuarto. Jugando a medio ritmo seguía en el partido pero lo de los triples era penoso. Un 2/14 en triples pesaban como una losa. Así las cosas un 30-23 en el minuto 15 parecía una desventaja mayor ante un Madrid apático. Y peor se pusieron cuando la ventaja se ampliaba a 10 en favor del Kirolbet (36-26). Pero entre los locales que entraron en crisis ofensiva y cierto malestar con las decisiones arbitrales se fueron del partido. Del 39 al 31 un triple + falta añadido a una técnica pitada a Huertas les meten de nuevo en el partido con el 39 a 36 quedando tiempo para el final pero unos malos ataques por ambos equipos ya no se movió más el marcador hasta que se fueron a los vestuarios.
El Baskonia salió con más energía una vez reanudado el partido. El Madrid encaja un parcial de 11-2 con los de Laso de nuevo fallando muchos tiros y siendo superados por la ambición de los locales (50-38). El Madrid reacciona con el 55-49 pero la intensidad esperada no era la misma ni con continuidad y la inercia del partido volvía a ser del Baskonia con la irrupción de Shields. Un mate impresionante sobre la bocina de Voigtmann dejaba el 64 a 53 y con la sensación de que el Madrid había bajado los brazos y la victoria no era algo prioritario teniendo la mente en el partido contra el Barcelona de ACB.
El Madrid seguía fuera del partido. No habían pasado 40 segundos y ya había cometido 3 faltas personales. La alegría local y fluidez ofensiva junto con la superioridad reboteadora permitía ir ganando con cierta facilidad (72-62). Pero 2 triples de Pantzar y Carroll en apenas 30 segundos pone el 72 a 68 para inquietar al Baskonia a 5 minutos para el final. Thompkins sigue apretando el marcador con 4 puntos consecutivos (75-72). Ese fue el canto del cisne. La aportación de Poirier fue clave para machacar al Madrid en el momento clave con los rebotes ofensivos y puntos. El triple de Vildoza a 60 segundos sentenció el partido (84-74). Tanto Vildoza como Poirier fundamentales para el Baskonia.