RM 3 – 0 ATH: Cinco fogonazos desde la cueva

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El Madrid está tan metido en la cueva, tan al fondo a la izquierda, en la zona más escondida, que tiene que vivir a base de fogonazos para orientarse y que se le vea, cosa que tampoco le resulta excesivamente fácil. Un corte majestuoso de Vallejo, un cabezazo de Benzema, un hombrazo de Marcelo, una roulette de Asensio y un carrerón de Brahim Díaz le sirvieron a los de Zidane, de nuevo racaneando en la primera parte y desmelenados tras el paso por vestuarios, para deshacerse del Athletic (3-0) con trs goles de Benzema en este final de temporada que está resultando menos apetitoso que unas acelgas.

El partido empezó mortecino, entre el minuto de silencio por Agustín Herrerín y por los fallecidos por los atentados de Sri Lanka. Además, el público comienza a mostrarse no ya sorprendido, sino enojado, con algunas decisiones de Zidane: nos habían vendido que esto era un casting para la próxima temporada y con su empecinamiento en poner siempre a casi los mismos, a las vacas sagradas, la cosa tiene más pinta de comerse un bocadillo en la parada de los monstruos. Y así fue la primera parte: terrorífica.

Porque no se pueden catalogar de otro modo 45 minutos del Madrid en su estadio, en el Bernabéu, sin tirar a puerta. Y casi sin pisar el área rival con un balón controlado. Fue absolutamente lamentable. Asensio y Lucas Vázquez, por banda natural, no tienen desborde. Y si a eso se le une la apatía como de régimen de hospital de Modric, Casemiro y Kroos, que han pasado de festín futbolístico a unas verduritas al vapor sin sal, pues el Madrid se queda en lo que se queda: en absolutamente nada. El Athletic, al menos, no vino a Madrid con las garras, sino con las uñas de porcelana. Ni un zarpazo se llevó el ñu.

La segunda parte fue otra cosa, para empezar porque coincidieron dos de los cuatro fogonazos en el plazo de treinta segundos: Vallejo sacó prodigiosamente y desde el sueo un balón en el área pequeña a Williams, cuando iba a rematar en solitario ante Keylor, y en la jugada de vuelta Benzema conectó un cabezazo a pase de Asensio para fusilar el 1-0 y ponerle el cierre al partido en el minuto 47, porque allí no pasaba nada.

Bueno, sí pasaron tres cosas más. Un despeje de Marcelo en área propia con el hombro, a propósito, estando solo, que fue más una frivolité a lo Higuita en Wembley que otra cosa, pero que denota que Marcelo ha vuelto; y una roulette de Asensio en banda que no sirvió para nada, pero que quedó muy plástica porque fue como a cámara lenta, es decir, como viene moviéndose el balear últimamente. Benzema, aprovechando una cantada de Herrerín tras un córner, cabeceó también el segundo para darle tranquilidad al tramo final, con un Bale sobre el campo que se llevaba todas las pitadas. Justo tras un enorme error en el remate del galés, Benzema aprovechó otro error de Herrerín para marcar el tercero, esta vez con el pie. A esos cuatro chispazos le faltó otro, el quinto, para que el público se fuera contento de vuelta a casa y sin sensación de haberse aburrido. Y lo dejó Brahim, quien tuvo unos minutillos al final y al que dio tiempo a mostrar su endiablada velocidad, igual que Keylor sacó una buenísima parada abajo, ante Williams. Quien no se consuela es porque no quiere.