El Madrid ganó no sin dificultad al Café Candelas Breogán que dio una gran imagen en la capital. Redivo, Gerum y McCallum dieron mucha guerra pero en el tercer cuarto un 33-16 dio la vuelta al marcador. Los gallegos estuvieron ganando muchos minutos pero no fue suficiente y acabaron mordiendo el polvo.
Seguimos insistiendo. Son varios partidos ya en los que los visitantes se muestran muy cómodos jugando en el Wizink Center. El Café Candelas Breogán no fue una excepción. También es verdad que el Madrid permite estas situaciones. Así las cosas, al principio fue un duelo Carroll-Brown. El de Wyoming era el único que anotaba por los blancos y Brown parecía tocado por una varita. Cuando bajó el rendimiento de Brown, fue el ucraniano Gerun el que le dio el relevo. Los blancos no parecían muy nerviosos y a pesar de la máxima ventaja gallega (7-13 minuto 4) los locales reaccionaron con un 9-2 para equilibrar la situación. El intercambio de canastas consigue llegar al final del período con empate a 24 puntos.
El ritmo ofensivo durante gran parte del segundo período cayó en picado. Habiéndose jugado 7 minutos el parcial entre ambos equipos era de 7-9. Las continuas protestas de Laso ante los árbitros por triples no concedidos o jugados no revisadas afectaron a su equipo. Ayón cometía su tercera falta personal y Deck cometió una antideportiva como apuntes negativos. Desde el 31-33 el Breogán consiguió un parcial de 10-1 ante un Madrid atónito (34-44 minuto 19). A pesar de un pequeño parcial blanco, McCallum (que empezaba a calentarse) dejaba el 39-46 al descanso.
A la vuelta de los vestuarios Redivo mantenía a los suyos en el partido (49-55) en un momento del partido donde la alegría ofensiva del partido animaba el ambiente. Pero 3 nombres destacan sobre el resto en el tercer cuarto por parte del Madrid para la remontada. Rudy (14 puntos en ese período), Campazzo y Tavares. El mallorquín fue el líder en el que se basó la remontada, la movilidad y organización del argentino y por último el esfuerzo defensivo del caboverdiano consiguió darle la vuelta con aparente facilidad. (72-62 al término del período con los triples como máximo exponente por ambos equipos).
Se las prometían felices los de Laso pero un valiente Breogán que quería luchar por la victoria consigue un parcial de 11-1 para confirmar que no había dicho su última palabra (76-73 minuto 34). Fue su canto del cisne. Aunque lo intentaban los gallegos, el Madrid supo gestionar muy bien la recta final del encuentro. Otra victoria más para los de Laso que llevan un ritmo de crucero a la espera de la Final Four.