SEV – RM: Zizou, Bale y James en la santabárbara

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Podría ser un examen normal, pero no lo es. El Real Madrid visita al Sevilla esta noche (21:00, Movistar LaLiga) con el liderato para los dos equipos en juego. Pero mientras los locales navegan por aguas tranquilas, el Real Madrid lo hace por uno de esos huracanes desaforados que se levantan unas cuantas veces por temporada. Y en el epicentro de ese huracán, un poco por delante de los demás, tres nombres propios: Zinedine Zidane, el entrenador cuestionado; y Bale y James, los nosirvientesquesísirven.

En la caldera de Nervión los tres estarán sentados, fumando, en la santabárbara. El entrenador, el mismo que hace unos pocos meses decidió conducir esta expedición suicida quién sabe hacia dónde, anda ya escuchando trompetas, y sin sordina, por la noche, algo que le impide dormir. Algunas resuenan en portugués (Mourinho), otras en italiano (Allegri) y unas pocas más se quedan en casa (Raúl). El galés y el colombiano, mientras, aguardan su turno sabiendo que empezaron el curso como apestados, las cosas les situaron como héroes y ahora, tras la debacle de París, sus nombres vuelven a estar caminando sobre el alambre. Porque el equipo, dicen, necesita equilibrio.

Equilibrio. Bale podría dejar su puesto en el once del trastazo de París a Lucas Vázquez. James, hacerle hueco a Valverde. Podría suceder junto, por separado o no pasar. «Equilibrio», piden algunos, sin parecer saber que antes de buscar el equilibrio lo que hay que hacer es cohesionar a los tipos que salgan al campo para que parezcan un equipo a los ojos de los demás, y no un grupo de once señores haciendo la guerra por su cuenta.

En la otra orilla aguardan Lopetegui y Reguilón, viejos amigos y ahora enemigos, criados en la cantera del Madrid y para los que ganar es el alimento de cada día. No esperen favores y sí sangre en el ojo: para un madridista al que alejaron del club, triturar al Madrid es el mayor éxito que se puede alcanzar en esta vida. Y en ello estarán, junto a otro ex como Chicharito, y un puñado de ex atléticos y ex barcelonistas. Demasiada sangre en el ojo enfrente como para que el equipo, que encima se juega la posibilidad de acabar la jornada como líder, no salga intenso. Eso sí, intensa se va a poner la afición en caso de nueva debacle. Eso que lo tengan por seguro.