RM 2 – 0 GRA: Casemiro se comió el polvorón

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Casemiro, quién si no, se comió el polvorón que tenía el Real Madrid atascado en la garganta ante el Granada y, recogido en el libreto zidanesco de la temporada pasada, logró derrotar (2-0) al conjunto nazarí sin exhibiciones, sin enlazar demasiados momentos brillantes y sentenciando por tercer partido consecutivo en el minuto 93, con gol de Benzema. El Madrid va a pelear LaLiga con el Atlético, y ya veremos si el Barcelona es capaz o no de engancharse ahora que Messi, envuelto en mil cotilleos preelectorales, parece haber despertado. El parón navideño devuelve el interés a esta competición.

Es curioso, pero los dos equipo salieron a toda pastilla. A los veinticinco segundos, Antonio Puertas encontró un remate franco desde el punto de penalti de Courtois tres error de Varane, pero el disparo acabó en Rovaniemi, el pueblo donde reside Papá Noel a lo largo del año. A los tres minutos, Benzema despachó un regalo que se marchó lamiendo la cepa derecha de la meta que defendía Rui Silva. Pero a partir de ahí, no pasó absolutamente nada más hasta el descanso. Polvorones.

El Madrid, con la ausencia de Modric, estaba más atascado que la entrada a cualquier centro comercial en estas fechas navideñas. El croata, pese a su edad, sigue siendo lo suficientemente listo para encontrar espacios entre líneas, y el 4-5-1 del Granada se le atragantó a los blancos de mala manera. Excepto Rodrygo, excepcional hasta que tuvo que marcharse lesionado muscularmente tras un sprint en el que terminó desequilibrado, nadie atacaba el espacio. Todos la pedían al pie. Nadie batía líneas. Y el Granada, con Luis Milla marcando la presión defensiva, estaba realmente cómodo sobre el verde de Valdebebas.

Sí, el Madrid llegó alguna vez, pero excepto en un remate de Kroos que se marchó desviado a medio metro de la meta nazarí, nada de nada. Valverde andaba demasiado perdido, tal vez a causa de que acaba de volver tras lesión: demasiado tímido, su ausencia dejó demasiado abandonado a Kroos en la construcción. Lucas Vázquez intentó recoger el guante provocado por la falta de ideas, pero con muy poco tino: el gallego está para otras cosas, y no para dar pases de fantasía a treinta metros.

La segunda parte, que comenzó como la primera, con ocasión de los de Diego Martínez aunque menos clara que la de Puertas, sirvió para que Valverde soltara amarras y comenzara a tomar más peso en la conducción, y el equipo lo aprovechó. Una triple ocasión, con remate al poste de Asensio y dos paradas de Rui Silva a disparos de Kroos y Valverde, fue el anticipo del gol de Casemiro, de cabeza a pase del balear anticipándose a Vallejo. El fantástico entramado defensivo del Granada, un rival que sabe a qué juega y cómo tiene que hacerlo, saltaba por los aires, cuatro partidos sin encajar los andaluces. Y el Madrid respiraba, porque el cuadro nazarí se tenía que abrir si quería rascar algo.

El Granada buscó echarle pimienta al asado, y metió a Luis Suárez, Soro y Jaime Molina. Pero el partido ya se había decantado irremediablemente del lado de los Zidane, que han recuperado su versión de la temporada pasada ahora que llega la Navidad: no juegan demasiado bien, no juegan nada bonito, aprovechan las pocas que tienen y conceden poco, muy poco. Y para colmo, volvió a sentenciar su tercer partido consecutivo en el minuto 93: Athletic, Eibar y ahora Granada. Más o menos así consiguieron ser campeones en el curso pandémico, el pasado. Habrá que ver si eso les puede dar para pelear hasta el final por ganar este título.