RM 2 – 0 OSA: Militao desencadenao

0
-publicidad-

Es un juego de palabras facilito, nivel básico. Pero Militao desencadenao desatascó un partido que se le había puesto en chino mandarín al Real Madrid y, con un tanto de cabeza a balón parado tras tres avisos anteriores, mantiene al club blanco en la batalla por LaLiga. Casemiro redondeó el tanteador ante un Osasuna que dejó una buena imagen en Valdebebas pese a la derrota (2-0).

Zidane, y todo el club, tienen el partido del miércoles ante el Chelsea en la cabeza, así que tocó rotar. Rotar mucho, más allá de lesionados. Antonio Blanco, sin Modric ni Kroos, recuperó la titularidad, segundo partido de la campaña en la que el cordobés es titular en el conjunto blanco, y volvió a dejar muestras de su categoría como medio centro posicional. Con él, Casemiro juega mucho más liberado y puede incorporarse más y mejor al ataque, algo que el Madrid, con su endémica falta de gol, necesita como el comer.

También fue titular Hazard, y de sus botas surgieron dos ocasiones blancas. Primero, con un remate alto a los tres minutos. Luego, a lo seis, marcándose una buena jugada individual por la banda izquierda que no encontró rematador. El belga parecía volver, anclado en la posición de media punta por el centro pero intercambiando posiciones continuamente con Vinicius. Eso hizo que el 7 blanco pareciera, por fin, un futbolista en vez de un gofre. O waffle, que dirían los modernitos.

Ese arranque de azúcar glas de Hazard fue un espejismo. De repente, y por veinte minutos, la cantera de Tajonar asaltó Valdebebas. Manu Sánchez, Moncayola y Javi Martínez son tres apuestas de Jagoba Arrasate, y los tres dejaron una magnífica sensación en La Fábrica. El equipo rojillo ya no es aquel de los 80, de pierna dura, campo embarrado y todos a una, sino que juega muy bien al fútbol. Osasuna tenía un plan y lo ejecutó durante muchos minutos a la perfección: equipo bien situado, Aridane secando a Benzema y cambios de orientación permanentes en ataque para bombardear los flancos vulnerables de un Madrid que se descolocaba. Manu Sánchez, con centro chut a los 23, casi adelantó a los visitantes. Poco antes, una cesión de Militao en propia puerta casi sorprende a Courtois. Pero ahí el Madrid decidió ir a por el partido en serio, y Osasuna, que seguía jugando bien, ya no vio más a Courtois salvo en un gol anulado en el 45 a Chimy Ávila por claro fuera de juego.

A los 25, Hazard volvió a aparecer, pero Herrera le sacó a bocajarro un buen remate tras un centro magnífico de Marcelo. Algunos disparos lejanos de Casemiro, uno desde campo propio, y Benzema no encontraban portería, pero cuando el Madrid lo hizo, apareció Herrera, un portero desgarbado con un cierto look a Anacleto Agente Secreto, pero ágil como una pantera. El de Miranda de Ebro le hizo dos muy buenas paradas, una de ellas paradón con todas las letras, tras sendos cabezazos de Militao en dos minutos desatados del central portugués, con mismos protagonistas. Osasuna intentaba defender en la frontal y los centros laterales le daban opciones a los blancos.

El partido, aún sin goles, estaba muy bonito. Y se agradecía, después del sopor de una cantidad ingente de partidos de esta temporada, que haya fútbol que entretenga. Y eso que el Madrid entró al segundo tiempo alicaido, desangelado, tal vez por las noticias de un Varane con molestias musculares que tuvo que ser sustituido en el entreacto. Osasuna seguía a lo suyo, y el buen gusto por jugar al fútbol le dejó una ocasión clara en un contragolpe cuatro contra tres que pilló al Madrid descolocado pero que los rojillos decidieron desperdiciar. En el primer cuarto de hora tras el descanso, sólo un remate alto, otra vez de Militao, como único bagaje ofensivo. Quedaban treinta minutos para saber si Laliga pasaba de largo por la estación de Valdebebas o si el club blanco decidía montarse.

Zidane tiró de otro canterano, de Miguel Gutiérrez, y de Rodrygo. Ambos entraron por Marcelo y por Vinicius, dos de los más desdibujados del partido. El recién entrado brasileño dispuso de una ocasión nada más entrar, con un zapatazo que se fue lamiendo el poste derecho de Herrera. Pero el Madrid no encontraba puerta, así que Zidane tiró de la carta de Isco, por un Hazard ya con las baterías agotadas y sin punto de recarga cercano.

No fue, seguro, de la forma que nadie se esperaba, porque un córner botado por Isco suena hasta raro. Pero así fue. Y apareció, de nuevo, Militao. Desbocao. Y en el tercer cabezazo que conectó en el partido, su cuarto remate, acertó a batir a Herrera cuando la victoria parecía realmente complicada. El tanto desmadejó a Osasuna, porque aquello dejó de ser su guerra. Casemiro atinó con el segundo poco después y dejó al Madrid impoluto en la batalla por el campeonato. La Casa Blanca sigue en la carrera.