GRA 1 – 4 RM: El Madrid se gusta en Granada

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Dice el dicho popular que no hay nada peor que ser ciego en Granada. El Madrid acudió a su cita con el cuadro nazarí con los ojos bien abiertos y, salvo un cuarto de hora en que pareció que podía ser capaz de tirar por el retrete un partido en el que estaba arrasando a su adversario, trituró a los de Robert Moreno (1-4) con goles de Asensio, Nacho, Vinicius y Mendy para seguir bien asentado en el liderato liguero. Esta vez, no como en años pasados, el equipo fue un equipo coral. Y si todos funcionan a un nivel alto, el Madrid en LaLiga va dos palmos por encima del agua.

Si a Fernando Alonso le salió lo que él llama #ThePlan a la perfección en Losail, qué maravilloso tercer puesto, Carlo Ancelotti no puede quejarse de cómo le estaba yendo a su equipo alrededor del minuto treinta en Los Cármenes. El italiano, en semana de regreso tras parón de selecciones, incluyó a Nacho y a Marco Asensio en el once inicial ante el Granada y en ese momento su equipo ganaba 0-2, con goles de las dos novedades, justo en el momento en el que un ex del club, Alberto Soro, salvaba bajo palos el tercero.

El Madrid, gestionado en el medio por un Kroos dueño y señor de todo el tránsito de tráfico rodado por el estadio granadino, que recibió a los dos equipos con un doble arcoriris. A partir de la enésima obra de ingeniería del alemán, y con el buen acompañamiento de Modric, los de Ancelotti dominaban el encuentro a placer y el Granada poco menos que demasiado hacía para no salir goleado a la media hora. Pero de repente, el Madrid se fue de vacaciones, o se tomó un rato libre, o adelantó el descanso un cuarto de hora. Luis Suárez, de rebote, hizo el 1-2 y los blancos, con Casemiro y Mendy especialmente desafortunados, se deshicieron como un azucarillo. Sí, el rival era el Granada y por eso se salvó de males mayores (por eso y por Alaba, de nuevo a gran nivel), pero ese cuarto de hora fue preocupante.

El rodillo volvió a exhibirse en el segundo acto, cuando Vinicius, que en la primera parte estuvo revoltoso pero poco acertado, serenó sus ánimos y clarificó las jugadas de ataque. Benzema se unió a la fiesta, en un partido suyo hasta entonces plomizo. Maximiano le hizo un paradón al francés justo antes de que en una contra supersónica, estratosférica, velocísima y precisa, entre Benzema, Modric y Vinicius dibujaran el golazo de la jornada para poner el 1-3 y casi sentenciar el partido. Lo sentenció el propio Granada, con la autoexpulsión de Monchu (acompañada de la de Robert Moreno).

Curiosamente, y es algo de agradecer, el Madrid no se tumbó a la bartola, partido resuelto y rival con uno menos. Siguió apretando, algo que es de agradecer tanto por lo inusual como por el hambre que denota. Tuvo ocasiones a cascoporro pero fue Mendy, tras una gran asistencia de Casemiro, el que redondeó el poker. A dos del final, para colmo, Courtois le hizo un paradón a Jorge Molina para demostrar que todo el equipo, del 1 al 11 (o del 1 al 25, para la chavalería) está enchufado. ¡Pero si jugó hasta Isco! Así de sobrado está el líder, que lo seguirá siendo.