RM 1 – 0 GRA: Asensio despendola al Madrid

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Es curioso lo del Madrid, el equipo capaz de derrotar sin aparente esfuerzo a los equipos de la zona alta y de sufrir como un diputado pulsando botones cuando toca jugar contra los que pelean por evitar el descenso. Ante el Granada, y tras un primer tiempo dantesco, Asensio se enchufó y, con su sexto tanto en Liga de la temporada, logró tumbar al equipo nazarí (1-0). El Madrid navega con seis puntos de ventaja en la tabla, pese a que las sensaciones no parecen ser ni mucho menos las mejores porque el equipo parece demasiado cansado.

El primer tiempo que perpetró el Real Madrid ante el Granada debería ser para que la dirigencia del club agachase la cabeza, se pusiera en contacto con los tenedores de una localidad para el encuentro y les devolviera el dinero. Porque fue un absoluto disparate. No tanto por la alineación de Ancelotti, rotando por obligación y no por el kilometraje exagerado que llevan sus intocables en los lomos, sino por la vergonzante manera de agachar la testuz para cumplir órdenes de la Superioridad (con mayúsculas, que todos sabemos que tiene nombre propio). Jovic, Hazard y Bale de nuevo en el banquillo, pese a que ante el Granada no estaban ni Benzema ni Vinicius, tampoco Mariano, y Rodrygo lleva un tute que parece un repartidor de Glovo, sólo le faltó volver de Brasil en bici.

Tampoco estaba Casemiro y su reemplazo, Camavinga, cometió una pérdida de juvenil en el primer balón que tocó, en la frontal del área de Courtois y en salida, y eso le dejó señalado ante el preparador italiano, que en el descanso le mando a galeras. No estuvo mal el francés, pero por su juventud parece un quinceañero en los coches de choque: exuberante, esbelto, proporcionado… Pero no sabe aún percatarse del riesgo y es excesivamente temerario en demasiadas acciones, tanto con el balón en los pies como sin él, es una máquina de repartir tantarantanes a discreción. Se ve que va sin mala idea, sólo es por potencia sin control, pero aún le quedan diez minutillos de horno para estar hecho.

El Granada, bien ordenado, sabía lo que tenía que hacer, más aún ante unas transiciones del Madrid que eran a ritmo de marcha fúnebre, con menos alegría que una comida de hospital. Recuperar, mandar el balón a los buenos (Collado y Antonio Puertas) e intentar que Luis Suárez y Uzuni llegaran desde segunda línea en velocidad para aprovechar el desconcierto madridista. Tres ocasiones tuvieron los de Roberto Moreno en el primer acto, con Courtois ejerciendo de ángel salvador, como acostumbra. El Madrid, mientras, no era nada de nada. Lento, más previsible que el mecanismo de un biberón y absolutamente apático. El aguijonazo de San Mamés no había servido de nada.

La entrada de Valverde por Camavinga ordenó al Madrid en el arranque del segundo acto, porque Kroos pasó a convertirse en organizador y Valverde tiene más control a la hora de disponer de su exhuberante físico que el galo. Los de Ancelotti comenzaron a acorralar a Maximiano, el buen portero portugués del Granada, que tuvo que tirar de repertorio para evitar que sendos disparos de Asensio y Rodrygo sirvieran para que el líder tomara ventaja en el marcador.

Y de repente, Ancelotti decidió meter a Hazard y Jovic en el campo, cuando quedaban veinticinco minutos para el final. La posibilidad de poner tierra de por medio con el Sevilla, empatado en Pamplona, estaba atragantándosele al líder, así que a grandes males grandes remedios. Jovic, nada más entrar, disparó al lateral de la red como queriendo reivindicarse. El Granada defendía sin dejar muchos espacios, bien ordenado, pero en ataque ya no era nada mientras el Madrid, boqueante, olía sangre. Y el que metió la dentellada fue Asensio, con un zapatazo seco, plano, sin efecto, tras un rebote y una recuperación de Militao en las inmediaciones del área nazarí.

El Bernabéu, los poquísimos espectadores que por allí se acercan día tras día, resopló. Pudo resoplar por partida doble si una caída de Hazard en el área que Mateu señaló como penalti no la hubiera sacado fuera del área el VAR, con acierto. Un paradón descomunal, salvaje, de Maximiano a Asensio echó el lazo al partido. El Madrid volvió a sumar tres puntos, pero las sensaciones no mejoran, con el PSG asomando ya por el horizonte. Tiene pinta de que los blancos se jugarán la temporada entre hoy y el 20 de marzo, día del próximo Clásico. Ése es el margen temporal que tiene para subir el tono físico y recuperar el fútbol durante todo el partido, y no en ratos que cada vez se espacian más.