RM – EINT: Una Supercopa para una Supermachada

El campeón de Champions y el de la Europa League se miden en Helsinki. Ancelotti jugará con los mismos de la final de París. Courtois-Benzema, duelo por el Balón de Oro.

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El fútbol español se pone de largo esta noche (21:00, Movistar Liga de Campeones) en Helsinki. Allí, en el Estadio Olímpico, a 3.918 kilómetros de la capital de España, el Real Madrid disputará el primer encuentro oficial de un club nacional este curso a la vez que comenzará ante el campeón de la Europa League, el Eintracht, el reto de intentar ganar el Sextete; un galón de tiza que luce en el hombro izquierdo de los que no suelen ganar demasiado y que sólo sirve para restregárselo a los que sí ganan más habitualmente. Sea lo que fuere, un Sextete es una supermachada, porque implica no fallar en seis competiciones. Y hoy es la primera.

Es curioso lo del Sextete. El equipo que lo ganó, el Barcelona, lo hizo en 2009. Con trampa, porque fue en un año natural y no en la misma temporada. Pero a su relato periodístico y a su leyenda le da igual. Es un Sextete porque el título se lo inventaron ellos y, como se lo inventaron ellos, las condiciones para lograrlo las ponen ellos. El Madrid, además, tiene extraordinariamente complicado igualarlo por problemas de agenda, así que lo mismo la próxima palanca que active Laporta tendrá que ser para pagar la factura del agua de la celebración en Canaletas: el Mundial de Clubes, que tradicionalmente se disputa en diciembre, no tiene fecha al coincidir casi en tiempo con el Mundial de Catar. No está programado (no se conoce ni su sede), apenas quedan fechas en primavera (justo cuando la Champions entra en su apogeo) y tiene toda la pinta de que no se va a disputar.

Pero volvamos a Helsinki. El Real Madrid vela armas con las ideas muy claras: Ancelotti ya ha dicho que jugarán de inicio los mismos que lo hicieron en París ante el Liverpool, porque este partido no es sino la continuación de los éxitos logrados el curso pasado, así que los dos refuerzos blancos más de campanillas (Rudiger y Tchouameni) tendrán que esperar desde el banquillo. Las otras dos incorporaciones son Luis López (tercer portero, ficha del Castilla) y Álvaro Odriozola, que de vez en cuando reaparece por Madrid para recordarnos que aún quedan futbolistas de flequillo imposible.

Más jaleo tiene el Eintracht, y no sólo por la algarabía que montarán sus cerca de 10.000 aficionados en la grada, contra los 1.800 madridistas. El equipo de la Unión (eso significa Eintracht) se ha quedado en las últimas horas sin una de sus estrellas, el serbio Filip Kostic, que se marcha a la Juventus y no está en Finlandia. Un centrocampista con una fenomenal presencia en área contraria que mermará las opciones del conjunto alemán. Un equipo el de Oliver Glasner que tiene como recetario principal el que ya mostró en el blanquísimo Nou Camp hace pocos meses: defensa ordenada (donde sobresale el imponente Evan Ndika), unas transiciones a toda pastilla y contundencia en el remate. Parece que en punta jugará de inicio Santos Borre, verdugo culé, pero Kolo Mouani apura sus opciones.

Contra ellos, los de siempre, pero con un año más. Estará divertido ver el duelo por el Balón de Oro, pugna por la que ahora mismo sólo hay dos candidatos reales, se pongan como se pongan los demás: Courtois y Benzema. El que para los goles y el que los marca, los dos en el mismo equipo, y lo de hoy puntuará doble que es una final. Hace unos años, en el periodismo deportivo, cuando no era sumiso y adorable con el poder, se vertía una de las críticas más feroces al Madrid, su dependencia de las paradas de Casillas y los goles de Ronaldo Nazario. Ahora ese debate no existe. El sino de los tiempos periodísticos, genuflexor ante el poderoso en vez de ser el Pepito Grillo que les exige. El mismo sino de los tiempos que hace que un Sextete inventado por los que ganan poco se haya convertido en motivo de debate. Lo que hay que hacer es comerse el plato principal, ganar al Eintracht porque esto es una final, y dejar la guarnición decorativa para quien tenga hambre.