RM 1 – 1 VAL: Courtois gana el duelo de porteros

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Tuvo que ser desde el punto de penalti, con un error de Cömert y una parada de Courtois a Gayá, pero el Real Madrid (1-1, en la tanda 4-3) es finalista de la Supercopa árabe tras imponerse, en un partido muy flojo, al Valencia. Benzema adelantó a los de Ancelotti y Lino igualó para los valencianistas, en un choque marcado por la actuación de los dos porteros, decisivos para que el encuentro se alargara hasta el último sorbo de los once metros.

Desde que se ha vuelto tras el Mundial, el Madrid es otro equipo. Está por ver si tratando de desconectar de la Copa de Mundo, intentando reengancharse para lo que viene o directamente fundido, aunque estemos en pleno invierno. Ante el Valencia, como en los partidos anteriores tras Catar, no fue diferente. Ancelotti hizo algunas rotaciones (Lucas Vázquez en el lateral derecho, Nacho en el izquierdo, Camavinga de pivote, Valverde en el trivote del medio, Rodrygo en banda derecha), pero ni así. No es que el Madrid juegue mal o no esté activo, es que llega un segundo tarde a casi todo. Y claro, ese déficit de viveza se acaba pagando, bien complicando los partidos, bien perdiéndolos, directamente.

Ante el Valencia, el Madrid tardó nueve minutos en encontrar cómo hacerle cosquillas a los de Gattuso, que debe ser como contarle un chiste a King Kong y pretender que se ría. Fue a través de Rodrygo, tras un gran pase de Valverde  superando líneas de presión. El remate del brasileño maravilla se fue desviado, tras un control largo y rematar sin ángulo. Se encadenaron una ocasión tras jugadón de Benzema y un disparo lejano del Halcón uruguayo. Pero a partir de ahí, minuto 19, cambiaron las tornas.

A través de Lino y de Gayá, muy buen partido el de ambos, el Valencia comenzó a sentirse más a gusto. Un cabezazo de Cavani, un mano a mano de Lato ante Courtois que acabó con un resbalón del jugador valencianista… Los de Gattuso controlaban el juego y Kroos y Militao tenían que hacer horas extra para que el campeón de Liga mantuviera el orden, sobre todo porque Camavinga estaba muy despistado.

El Madrid sólo encontrata a Mamardashvili, como avisamos antes, con balones largos. Vinicius, en una contra, tuvo una buena ocasión, mientras que un fenomenal pase de Militao a Benzema fue la antesala del 1-0. Penalti de Cömert a Karim, que el galo transformó engañando al portero ché: 1-0. Era un oasis en el desierto árabe, porque Cavani pudo empatar justo al filo del descanso, en jugada marcada como fuera de juego, justo antes de que a los veintidós segundos de la reanudación (leen bien, veintidós segundos), Lino anotara el 1-1 aprovechando la sempiterna indolencia de los blancos tras los descansos.

El Valencia, sí, estaba mejor sobre el campo. El Madrid no estaba mal, pero iba una marcha por detrás de su adversario, y eso se notaba porque perdía más de las tres cuartas partes de los duelos sobre el campo. Para colmo, Lucas se tuvo que retirar lesionado en la rodilla y Militao, mareado tras recibir un pelotazo en la cara. El Madrid era un espectro, completamente fuera del partido. Cómo sería que hasta Modric lucía como un jugador normal. Pero las dos últimas ocasiones de los noventa minutos, fueron suyas: un remate de Vinicius ante el meta valencianista de los que no se pueden fallar y un disparo lejano de Valverde que atajó Mamardashvili con apuros.

El meta georgiano del Valencia fue la gran figura del primer tiempo de la prórroga, porque el Valencia estaba tieso para el alargue. Con Benzema al fin muy activo, Mamardashvili hizo dos estiradas de antología ante sendos remates de Vinicius y Kroos, que permitieron a los de Gattuso seguir vivos. Acalambrados, pero vivos. Incluso pudieron coger aire con dos ocasiones de Fran Pérez, el hijo de Rufete, la segunda de ellas desbaratada por un inconmensurable Courtois. El mismo que atajó el lanzamiento de Gayá para darle el pase a la final al Real Madrid.