CIT – RM: Puerta grande o enfermería

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Conviene no llevarse a engaños. El Real Madrid tiene ante sí una oportunidad increíble de seguir forjando con letras de oro su leyenda en el fútbol europeo y mundial. Pero tiene ante si también el abismo. Los de Carlo Ancelotti juegan esta noche (21:00, Movistar Liga de Campeones) ante el Manchester City la vuelta de semifinales de Champions, en cuya final ya espera desde ayer el Inter. Las cuentas son claras: si gana, el catorce veces campeón de Europa estará en Estambul. Si pierde, no. Es una final. Como dirían los taurinos, de Puerta Grande o enfermería.

Porque el premio por ganar puede ser inmenso, otra vez, en un equipo acostumbrado a las hazañas cuanto más imposible se presenta el horizonte. Pero el peaje por la derrota puede ser inmensamente doloroso. Si el Madrid gana, se plantará en su sexta final en diez temporadas, un hito absolutamente demencial porque además ha ganado las cinco anteriores. Casi nada. Pero si pierde, si los de Ancelotti no se plantan en Estambul, la generación de las Cinco Copas de Europa de este Siglo estará echando el telón a una etapa gloriosa. No hay término medio. Es todo o nada en el City of Manchester Stadium.

Los dos entrenadores, Guardiola y Ancelotti, fueron ayer claros respecto a lo que les hace falta para clasificarse para la final, algo que pasa en ambos casos por ganar tras el 1-1 de la ida y que los goles en campo contrario ya no cuenten doble. «Tenemos que jugar mejor que en la ida», dijeron Pep y Carlo. No tiene pinta de que vaya a haber muchas variaciones en los onces respecto a lo visto en Madrid la semana pasada. Guardiola seguirá jugando con ese 3-2-4-1 donde Stones ejerce de central-mediocentro y Ancelotti, parece, seguirá apostando por Rudiger para sujetar a la bestia Haaland y con Camavinga de lateral izquierdo como pieza fundamental del tablero de ajedrez en que se ha convertido esta eliminatoria.

«No espero un partido de transiciones», decía ayer Ancelotti sonriendo entre dientes, porque él mejor que nadie sabe que si el partido se decide por la vía del vértigo, ese 14 impreso en la manga es un motor a reacción extra dentro de la camiseta blanca. Si el juego es en estático, el Madrid puede sufrir porque necesita llegar al área rival para marcar y tener chances de pasar de ronda: el empate no le vale a ninguno. Por eso es un partido de Puerta Grande o enfermería. Para ambos.