Pero el problema del equilibrio comienza a ser acuciante: Ancelotti anunció ayer que sólo siete jugadores tienen la obligación de defender pues eximió a la BBC (Bale, Benzema y Cristiano) de tener que correr hacia atrás, con el fin de estar frescos cuando toca atacar. No parece la medida más acertada en un fútbol en el que el primer defensa es el delantero centro, pero la realidad es que esa 'hora del bocadillo' que el italiano le concede a sus tres atacantes está provocando que los rivales acaben con el tupé de punta ante el paso del frescor del huracán blanco.
Eso sí, en cuanto el rival tiene el balón el equipo aparece descosido. Paco Jémez le cogió el truco a ese esquema defensivo de siete defensas en la segunda parte en Vallecas (amagar por el centro y desde ahí abrir a las bandas para aprovechar fundamentalmente la banda de Marcelo) y el Madrid acabó disfrazado de murciélago dos días después de Halloween, el equipo colgado del larguero e incapaz de atravesar el círculo central. Ante el Rayo el equipo se salvó pero se marchó directo al baño para soltar el lastre de la descomposición provocada por el susto, pero hoy enfrente está la Juventus.
Hasta el momento, el Real Madrid ha ganado uno y perdido dos de los partidos realmente importantes. Todos ellos se han decidido por la mínima, tanto el triunfo (2-1 a la Juve hace dos semanas) como las dos derrotas (0-1 ante el Atlético y 2-1 ante el Barcelona), lo que demuestra que el equipo sí ha sabido mantener la tensión en esos choques. Pero nunca llegó a ellos dejando tan malas sensaciones previas como está dejando ahora. Conte, que repetirá esquema y equipo respecto al que jugó en Madrid, salvo el obligado cambio de Ogbonna por el expulsado Chiellini, ya supo encontrarle las vueltas a Ancelotti en el Bernabéu, dominando durante amplios tramos de partido el ritmo de juego.
Varane, con la rodilla izquierda entre algodones, y Xabi Alonso, pese al dolor que todavía le representa una pubalgia que pese a la operación estival no ha terminado de marcharse para siempre, aparecen como las dos grandes esperanzas blancas para que el equipo no se descosa. Ambos serán titulares hoy, el primero de ellos en una defensa que es una incógnita porque ninguno de sus compañeros en la zaga está dando el nivel que realmente se les presupone. Khedira, el gran ausente en Vallecas, y Modric serán los encargados de robarles el balón a los bianconeri. Pero si no lo consiguen, tocará sufrir, otra vez. Aunque el portero, como será toda la temporada en Champions, sea Casillas y no Diego López.