Casillas se siente fuerte, y por tanto no tiene por qué exponerse a iniciar una aventura en un lugar desconocido para él. Titular indiscutible, con una competencia (Keylor Navas) que se acomoda y no se rebela contra su situación, con una inmensa parte de la Prensa remando a favor de corriente y con una facción muy importante de la afición que le sigue considerando por encima del club, pese a los silbidos que escuchó en el partido ante el Deportivo, su salida es ahora mismo un imposible.
En el Real Madrid, además, son conscientes de ello, por lo que tampoco se baraja la posibilidad de intentar negociar una rescisión de contrato pactada entre ambas partes, algo que se llegó a rumorear el pasado verano. Casillas, con contrato en el club hasta 2017, seguirá la próxima campaña guardando la portería del Real Madrid.