Las comparaciones nunca son buenas, pero resultan aún mas gravosas cuando en la pulida superficie del espejo se encuentra el Real Madrid Castilla de Zidane y Ramis, que acabó la temporada pasada como líder de la categoría con 80 puntos en su haber frente a los 51 de Solari en la presente. La enorme diferencia en el casillero no se puede explicar en los goles encajados, ya que esta campaña ha recibido 47, siete más que la anterior. Para comprender la desilusionante temporada 16/17 tan sólo hay que observar la factura goleadora del plantel de Solari, que con con 43 goles anotados se queda a años luz de los 70 de la pasada campaña en fase regular, hecho que el técnico argentino lamentó en su despedida del Alfredo Di Stéfano ante el Mensajero. "A mí también me hubiese gustado tener a dos delanteros de 50 goles por temporada pero eso es imposible todos los años" declaró en referencia a Borja Mayoral y Mariano.
Solari, en el último encuentro local, mostró su malestar públicamente ante "una temporada donde no hemos tenido mucha pólvora y que se nos acabó en el último mes", si bien el técnico felicitó y defendió en todo momento el trabajo de sus delanteros (Nikos, Campuzano y Sergio Díaz) durante toda la temporada a pesar del escaso bagaje obtenido, con Campuzano como máximo goleador del equipo con tan sólo seis dianas, señalando que todos ellos sufrieron un duro periodo de adaptación al club y que, en el caso del griego, su llegada se produjo al final del mercado.
Sin embargo, y a pesar de la pública defensa que hizo el técnico de sus delanteros, en el seno del club no se ve con buenos ojos el trabajo realizado por la dirección deportiva en materia de fichajes, que no ha dado sus frutos a pesar del amplio gasto. Un presupuesto impensable para cualquier club de la División de Bronce al que hay que añadir la no consecución de los objetivos. Señalándose dentro del club principalmente a Víctor Fernández y al resto de integrantes de su equipo.