RMB 89 – 79 FCB: Llull y Campazzo eclipsan el efecto Mirotic

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Cabalgando a hombros de un Sergio Llull desatado en la recta final de partido, el Real Madrid repitió como campeón de la Supercopa ACB tras derrotar al Barça por 89-79. Tras las dos polémicas finales de la Copa del Rey, fue el primer duelo a una bala que Laso le gana a Pesic. El 18º título de la era del vitoriano, que comienza el noveno curso tocando de nuevo metal gracias al arrebato final del menorquín, decisivo cuando más apretaba el Barça. 18 títulos y 25 finales de 34 posibles, un balance que hace tiempo compite con los más brillantes de la historia blanca.

Como en la última final de la Liga Endesa, Facundo Campazzo fue elegido MVP con 16 puntos, 5 asistencias y 22 de valoración. El argentino puso los toques finales al triunfo con los últimos cuatro puntos blancos, aunque para llegar a ese punto fue imprescindible el empuje de Llull, poseído en el tramo final. El de Mahón rompió tres minutos de sequía agobiante con un costa a costa y tuvo mano en 10 de los últimos 13 puntos del Real Madrid, que sobrevivió al último envite azulgrana en una final tensa.

Que Mirotic tenía ganas de fiesta tardó en verse medio minuto: primer balón que tocó, primera pitada (con balón en juego) y, nada más llegar al ataque, triple rápido delante de Anthony Randolph. Pero que Laso le tenía algo reservado también se vio pronto: el vitoriano le colocó encima a Gabriel Deck, que con su habitual intensidad le sacó de rueda. El argentino buscaba contacto permanente en defensa, incomodando cada paso de Mirotic para negarle el balón, el pan y casi el aire.

Era un partido aparte dentro del partido, pero ahí empezó a decidirse el más grande. Siempre es entretenido seguir la hiperactividad de Deck al margen del balón y su duelo con Mirotic no fue menos. Chocando, defendiendo por delante y siempre con Rudy atento a la ayuda. El mallorquín, en ese papel de ‘secundario’ determinante que ha perfeccionado, fue clave para abrir la primera brecha de importancia, que cerca del descanso alcanzó los 18 puntos (47-29).

Era la distancia, también en juego, entre un equipo que conserva el bloque de la temporada pasada y otro que tiene que asimilar cinco fichajes de enorme peso. Las dos únicas novedades de este Real Madrid, Laprovittola y Mikey, fueron parte de ese despegue y en especial el estadounidense suplió sin sobresaltos la ausencia de Edy Tavares, que tuvo que irse pronto al banco con dos personales. Enfrente un Barça que aún funciona demasiado a tirones pero que, cuando llegan, infunde respeto.

La falta de rodaje hace que aún dependa de acciones individuales en ataque y contra el Real Madrid fue Brandon Davies, que con 12 puntos en el tercer cuarto, martilleó la diferencia desde la pintura. El estadounidense también se dejó notar en la mejora defensiva, que de nuevo impulsó Pesic al descanso metiendo a Oriola de inicio en el tercer cuarto. Aún es pronto, pero los quintetos en los que se juntan Higgins, Claver y el leridano prometen ser muy áspero. Y así, subido a Davies y subiendo la temperatura en defensa, el Barça fue rascando una diferencia que al comienzo del último acto llegó a estar en cuatro puntos.

Fue el momento de mayor agobio para el Real Madrid, que llegó a verse sin anotar tres puntos en el momento más caliente de la final, hasta que el arrebato de Llull y el oportunismo de Campazzo lo sacaron de la zozobra para alzarlo de nuevo campeón.

FUENTE: https://www.elmundo.es/deportes/baloncesto/liga-endesa/2019/09/22/5d87c99cfdddff0eae8b45fe.html