El fallido y bigotudo homenaje a Goyo Benito

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Benito es levantado a hombros por sus compañeros
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El próximo lunes, 12 de septiembre, se cumplen 38 años del encuentro homenaje con el cual se quería cerrar la carrera de un central histórico del Real Madrid: Gregorio ‘Goyo’ Benito. Lo cierto es que el jugador se había retirado dos años antes, pero en una sucesión de incidencias y desgracias el partido se tuvo que posponer varias veces. Esto no fue todo. Cuando se jugó finalmente el encuentro, se le sumó que el estadio presentó una entrada ridícula. Indigna para alguien que había jugado mas de 500 partidos en el club, entre oficiales y amistosos, y que había resultado lesionado bastantes veces por su bravura y garra en los encuentros. A esto se le añadió que la impresión de carteles, entradas y programas se hizo con una foto retocada, sin saber muy bien los motivos. Un continuo despropósito que no afectó aquella noche al toledano y que, pese a todo, se despidió de los suyos con alegría y los ojos humedecidos.

Entrada Homenaje a Benito (1984-09-12)

Si uno habla de Goyo Benito enseguida se le viene a la mente un defensa temperamental, recio, duro, sin miedo ante el contrario y a veces considerado violento. También se recuerdan los chascarrillos y las leyendas asociados a su nombre. De cómo algún compañero durante un partido, hablando en alto, le decía a Benito: “al negro pégale, que no se le notan los morados” . O cómo algún delantero del equipo contrario pedía que no le pegara más o cómo desde la grada se pedía a Benito que sacara «el hacha».

Benito ensangrentado en un partido ante el Betis.

Historias aparte, lo cierto es que en realidad su juego también le pasó factura a el mismo. Desde la fractura varias veces de los huesos propios de la nariz o en costillas y dedos, a varias roturas de fibras, esguinces en las rodillas, una meniscectomía del menisco interno de la rodilla izquierda, rotura del menisco externo y hasta la rotura del ligamento interno de la rodilla izquierda fueron las consecuencias de darlo todo en el campo. Precisamente los problemas en ambas rodillas fueron los que lastraron sus últimos años en el club y lo que llevaron al bravo central madridista a dar por finalizada su carrera.

La llegada de Benito al Real Madrid fue gracias a los habituales ojeadores del club. El toledano estaba interno estudiando en los Salesianos de Atocha al mismo tiempo que jugaba en el equipo del colegio. Durante una festividad del centro, uno de los equipos juveniles del Madrid disputó allí un partido. Lo novedoso de aquello fue que el conjunto blanco perdió contra los locales y la actuación de aquel joven defensa secando al principal delantero madridista dio que hablar a los responsables blancos. Miguel Malbo no se lo pensó mucho y llamó al jugador para incorporarlo a las categorías inferiores del club.

Benito aceptó y pasó a formar parte de la entidad en el verano de 1964. Comenzó alternando los puestos de central y lateral, primero en el equipo de juveniles y posteriormente en el de aficionados, donde llegó a ser campeón de España. Sus actuaciones le valieron para ser cedido al Rayo Vallecano, que pidió jugadores al Real Madrid para poder actuar con seguridad en Segunda División. Allí cuajó grandes actuaciones durante dos temporadas, pero la llamada del servicio militar, con destino Sidi Ifni y Las Palmas, paró su progresión. Sin embargo siguió entrenando ya que en su destino se encontró con que Luis Molowny, exjugador madridista en los 40 y 50, era el mister del conjunto local. Éste aceptó la petición del Real Madrid para que pudiera ejercitarse con ellos y jugar en los entrenos.

Tras su vuelta del ejército, no hubo más cesiones y el Real Madrid le incorporó al primer equipo con contrato profesional en el verano de 1969, en lo que sería el inicio de una unión que se prolongaría durante trece temporadas. La progresión del central fue rápida. Se estrenó en un partido europeo, preludio del comienzo de una titularidad a partir de finales de octubre. Miguel Muñoz diría sobre él que por fin se había encontrado a un central que llegara a la altura e hiciera olvidar al hispano-uruguayo Pepe Santamaría. A excepción de los periodos de lesiones, Benito siempre fue un fijo en el once madridista, con el cual obtuvo seis ligas y cinco copas del Rey. Aunque de fondo siempre quedó la espina de la Copa de Europa, la cual no pudo conseguir, pero donde quedó su imagen ligada a ella por dos motivos en la temporada 1979-1980.

Primero por el gol que clasificó al Real Madrid ante el Oporto con un magnifico testarazo y por otro, la actuación ante el Hamburgo en la vuelta de semifinales. En este último partido el toledano jugó consciente de estar lesionado, para no dejarle con la responsabilidad a Sabido, y no pudo parar al gigantón alemán Hrubesch. El Hamburgo arrasó al Real Madrid goleandole por 5-1. Sus actuaciones con el Madrid le sirvieron para ser internacional en 22 ocasiones con la selección absoluta y dos con la llamada selección B. Previamente había sido Olímpico en 1968 e internacional en la categoría de aficionado. Pese a esto no llegó a jugar ninguna fase final. Unas veces porque la selección fallaba en los clasificatorios, y  cuando no lo hacia, caso de Argentina 78, quedaba fuera del evento. En este caso, según Benito, porque el seleccionador Kubala no le convocaba para que la mayor representación madridista que barcelonista en el combinado nacional no fuera excesiva.

Luis de Carlos habla, con Benito a su espalda, en la presentación del encuentro suspendido.

El bravo central se retiró al final de la temporada 1981-1982, debido al problema de sus rodillas. Se empezó a valorar el mes de octubre para disputar su partido homenaje. Sin embargo, la celebración de las elecciones a la presidencia madridista, que coincidía en fechas, hizo que se moviera a finales de año. Esa fecha también fue modificada y se postergó a mayo de 1983, ya con un rival decidido: el Aston Villa. Se llegó a hacer la presentación oficial del encuentro pero, a falta de 36 horas, con carteles publicados y entradas vendidas, se decidió posponer el mismo dado que el ritmo de venta de las mismas era muy lento y Benito no quería jugar ante un estadio vacío.

En aquel entonces estos partidos eran a beneficio del homenajeado, aunque el central no lo hizo por dinero sino porque tenia la ilusion de ver gran cantidad de hinchas. La temporada no estaba siendo buena para el club y el aficionado estaba enfadado, por lo cual dio la espalda al acto. Se volvió a intentar en octubre ante la Roma, pero el club tuvo un problema deportivo. El Madrid sorprendentemente cayó eliminado en primera ronda de la UEFA y eso les obligaba a entrar antes en el sorteo de Copa. Al coincidir con las fechas previstas para el homenaje, éste se volvió a posponer por cuarta ocasión.

El cartel y el programa del homenaje a Goyo Benito.

El tiempo pasó y finalmente se planificó nuevamente para septiembre de 1984. Como rival se eligió al Tottenham, en ese momento campeón de la Copa de la UEFA. Y otra vez mas, la mala suerte volvió a aparecer. Esta vez el partido llegó en medio de una convocatoria de huelga de futbolistas. Debido a esto, tres días antes del homenaje, el Madrid había jugado en Gijón un encuentro liguero con un combinado del Juvenil A y del Real Madrid Amateur. Pero ya no se retrasó mas el encuentro y la noche del partido hubo mas cemento que publico en las gradas. No llegaron a 20.000 los aficionados presentes. Al menos los asistentes aclamaron largamente al homenajeado.

Pese a todo los sinsabores, y el dolor por ver las gradas tan vacías, el jugador disfruto de aquel día. En los prolegómenos del encuentro subió al palco de autoridades donde recibió dos galardones. Primero la medalla de plata al Mérito Deportivo, entregada por Román Cuyás, secretario de estado para el Deporte, quien fue abucheado por el publico a cuenta de la huelga. Después, y lo que más cariño le hizo al central, fue recibir la Laureada del Real Madrid que le entregó Luis De Carlos, presidente madridista. Tras ello Benito bajó al terreno de juego, donde sus hijos hicieron el saque de honor. Después, ya como capitán, disputó sus últimos 20 minutos, hasta que fue relevado por Fraile e izado a hombros por sus compañeros.

El partido tuvo el ritmo habitual de estos encuentros. Los ingleses llegaron sin dos de sus estrellas, Glenn Hoddle y Osvaldo Ardiles, pero aun así se vio buen juego durante la primera parte. Con el habitual carrusel de cambios decayó el ritmo y la segunda parte fue aburrida, y tan solo a poco de final se movió el marcador con el solitario gol de Bonet a pase de Butragueño. De esta forma, con dos años de retraso, se ponía punto y final a su etapa profesional en el Real Madrid.

Pese a que la asistencia a su homenaje fue escasa, Benito siempre fue un jugador muy querido y recordado por la hinchada por su entrega y dedicación al Real Madrid. Pero los tiempos eran otros y el publico no quiso expresarlo asistiendo al estadio. El jugador se sinceraba al final del encuentro sobre todo lo sucedido: «Sé que las circunstancias y la problemática actual no eran las mas idóneas para este partido. ¿Que si he salido perdiendo económicamente? Eso no me preocupa. Esperaba mucha mas gente, pero en fin, ya no hay que darle mas vueltas al asunto. Yo creo que dice adiós un hombre que ha entregado sus rodillas, sus meniscos y su vida por el Real Madrid. No me importa, porque también tengo que estar agradecido a esta fabulosa entidad».

La foto original que sirvió, retocada con un bigote, para ilustrar entradas, carteles y programas del homenaje.

Debido a los cambios de fecha y del rival del homenaje, algunos de los objetos relativos al mismo se han convertido en autenticas rarezas de coleccionista. En las entradas no aparecía el rival y es difícil de apreciar a qué partido pertenecía en realidad, por lo cual no tienen la misma importancia que los carteles que sí se publicaron para el partido pospuesto contra el Aston Villa. Objeto, éste sí, muy difícil de encontrar a un precio asequible. Mas difícil son los programas impresos para dichos partidos y que aún menos gente solía conseguir y/o adquirir en aquellos encuentros. En todos estos objetos predominaba una imagen de Benito celebrando no está claro si un gol o una victoria.

Lo raro de esa imagen es que fue modificada para mostrar al jugador con bigote, imagen bastante habitual en gran parte de su carrera. Sin embargo en la foto original se mostraba al toledano sin el mostacho. ¿Se retocó a gusto del club o fue conforme a la voluntad del jugador? Los motivos de aquel montaje, del uso indiscriminado del Photoshop de la época, son desconocidos. Con esta curiosidad cerramos un homenaje que abrió un paréntesis en estos partidos en el Real Madrid, y es que no volvió a celebrarse uno similar hasta el recibido por Butragueño en 1995. Pero eso es historia para otro día.