Di Stéfano contra el Real Madrid

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Di Stéfano, ya en el Español, ante De Felipe (Real Madrid) en Sarriá (febrero de 1966)
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Con la visita a Cornellá de este fin de semana vamos a recordar un hecho que supuso el final de una época gloriosa en el Real Madrid y que tuvo como gran protagonista a un símbolo del club. A mediados de octubre de 1964, Sarriá registra un lleno de bandera para la primera jornada de Liga. Pese a que el encuentro es retransmitido en directo por televisión, esto no resta público en las gradas. Y es que la expectación es máxima. Si lo habitual de por sí es que el Real Madrid arrastre gran cantidad de público en las ciudades que visita, la novedad parte esta vez desde el conjunto local. Por primera vez desde 1952, el Real Madrid jugará contra Alfredo di Stéfano. ¿Cómo se llegó a esta situación?

1. El preámbulo: el Inter en Viena

Fusté, Amat, Abella, Kubala, Zamora, Vila Reyes, Biescas y Trias de Bes observan la firma de Di Stéfano.

La primavera de 1963 comienza esplendorosa para el Madrid. Pese a que el Barcelona se había mantenido líder durante 18 jornadas, un pésimo mes de febrero hace que el Madrid le adelante y consume la escapada. A finales de marzo, a cuatro jornadas del final, los blancos ganan 1-2 en el Camp Nou y se quedan con cinco puntos de ventaja más el gol average a falta de tres partidos por jugarse. Dos semanas más tarde, el Madrid se corona Campeón de Liga tras empatar en casa ante el Sevilla. Con el cuarto título de Liga consecutivo, Muñoz se prepara para la semifinal de la Copa de Europa y la Copa del Generalísimo. En la primera toca un rival débil. Mientras que el Inter tiene que enfrentarse al Borussia Dortmund, el Madrid juega con el Zúrich, en teoría mas asequible. Los pronósticos se cumplen y el Madrid vence 1-2 en Suiza mientras que golea 6-0 en Chamartin. El Inter tampoco falla, y pese a empatar 2-2 en Dortmund en la ida, en la vuelta en San Siro gana cómodamente por 2-0. Con la mente en mayo, el Madrid derrota al Indachu y a la Real Sociedad en las primeras eliminatorias coperas, antes de enfrentarse en cuartos al Atleti en el Bernabéu. Miguel Muñoz apuesta por Europa y para la Copa presenta un equipo de reservas dado que este partido se juega cuatro días antes que la final. Tan solo un jugador repetirá en el once de Viena. Aun así el Madrid empata 2-2 con los rojiblancos, con goles de Suárez y Serena, y deja abierto el pase a semifinales.

Muñoz respetaba al Inter y motivos no le faltaban. Los italianos estaban entrenados por Helenio Herrera, quien entrenando al Barcelona le había ganado dos Ligas a Muñoz a finales de la década anterior, y habia orquestado un conjunto temible, con Sarti, Burgnich, Facchetti, Jair, Mazzola, Corso y el gallego Luis Suárez. Por ello, y pese al titulo de Liga, las aguas bajan intranquilas por la Casa Blanca. De ello es consciente Santiago Bernabéu, quien hace acto de presencia, algo poco usual en él, en la charla técnica de Muñoz que da a los jugadores el día antes de la final. Tras las palabras de Muñoz, donde señaló los marcajes a Jair y Milani, Bernabéu demanda a Di Stéfano su parecer, pero este declina en primera instancia para que hable Gento, el capitán.

Tras la exposición del cántabro, Bernabéu interroga nuevamente a Di Stéfano y finalmente éste habla. Don Alfredo opina que el Inter iba a dominar el centro del campo dado que Muñoz quería poner a Isidro en el lateral, en lugar de hacerlo de libre, para marcar a Fachetti, por lo cual dejaba a Corso y Suárez junto a los volantes Pichi y Tagnin con Mazzola de enganche más liberados en el centro del campo. Pensaba que si se colocaba a Amancio en el lateral, la velocidad de éste haría que Fachetti no pudiera jugar libremente al tener que vigilar al gallego. Muñoz no tuvo esas opiniones en cuenta y prevaleció la opinión del técnico: Isidro sería lateral.

Vicente, Isidro, Santamaria, Pachín, Muller, Zoco, Amancio, Felo, Di Stefano, Puskas y Gento en la final ante el Inter.

La historia del partido es conocida. El Inter se puso 2-0 con goles de Mazzola y Milani mediado el segundo tiempo, en parte motivado por su control del centro del campo. Puskas mandó un balón al palo y Felo acortó distancias a falta de 20 minutos, pero se antojaba difícil el empate sin hacerse dueño del medio campo. Alfredo intento persuadir a Isidro para que se moviera al centro, ya que cada vez que se descolgaba al lateral Santamaría le seguía y Zoco tenia que salir a cubrir el hueco de éste, pero Isidro dijo que sólo lo haría si se lo indicaba Muñoz. Alfredo le insistió a Muñoz hasta que ambos acabaron a gritos, insultándose mutuamente durante el partido. Poco después Mazzola marcó el tercero, sentenciando el partido y dándole a los italianos su primera Copa de Europa, en lo que sería el preludio de ‘La Grande Inter’.

El postpartido fue anómalo. Bernabéu no lo digiere bien y, en la cena posterior a la final, opta por irse antes de su inicio. El equipo se marchó con él. El retorno a la capital fue rápido, el fin de semana había que jugar la vuelta de Copa contra el Atleti. Tras el entrenamiento previo al derbi, Di Stéfano vio con sorpresa que su nombre no aparecía en la lista de convocados. Le pregunto a Muñoz sobre aquello, pero éste no le dio ninguna explicación. Para acrecentar las sospechas, en el entrenamiento había estado presente Antonio Calderón, gerente madridista, quien había departido con Muñoz.

2. La salida de La Saeta Rubia

El lunes, tras el partido, Don Alfredo fue al club para hablar con Saporta, dado que finalizaba contrato ese verano. En el despacho también se encontraba Bernabéu, pero era Saporta quien habló refiriéndose a los problemas de espalda y a la edad del argentino. Alfredo, que se veía venir que algo pasaba, espetó a Bernabéu que si no le querían renovar que se lo dijeran, a lo que Bernabéu contestó que él se quedaba en el club de lo que fuera. Esto le sentó como un tiro al jugador, quien preguntó que que querían decir, a lo que ni Saporta ni Bernabéu le daban una explicación clara. Don Alfredo les dijo que estaba dispuesto a renovar por un año y si llegaba octubre-noviembre y veían que el rendimiento no estaba acorde con el club, él lo dejaba sin problemas. Acordaron entre todos dejar pasar unos días pasados los cuales se volvieron a ver en casa de Bernabéu. Allí Bernabéu le reiteró la misma oferta y Alfredo entendió que ya no le querían, les explico que lo único que tenia era una proposición del Español. No discutieron. Saporta y Bernabéu le juraron que quería que se quedaran pero no definieron el puesto. Y Di Stéfano entendió que éste era el final.

El contrato que puso fin a la etapa de Di Stéfano en el Real Madrid.

En la vuelta de la Copa y en el posterior desempate, Di Stéfano no estuvo presente. A finales de mayo Di Stéfano escribe una carta a Bernabeu en la cual le pide que le libere del contrato que tiene hasta junio, ya que no se considera capacitado para prestar servicio al club, a lo que Bernabéu le responde con otra carta dandole una negativa como respuesta. El club obliga a Di Stéfano a viajar a Francia, donde el Madrid tenia firmados dos amistosos ante el Rouen y el Olimpique de Lyon. Jugará unicamente el primero de ellos, pero se retira lesionado. Serán sus últimos minutos con la camiseta del Real Madrid. Posteriormente a comienzos de septiembre, y antes de la Asamblea de Compromisarios del Real Madrid, el club publicara ambas cartas, toda vez que Di Stefano ya estaba en el Español.

Las cartas entre Di Stéfano y Bernabéu.

3. Don Alfredo, periquito

La Saeta entendía que le quedaba gasolina para seguir jugando a un buen nivel y no admitía la necesidad de retirarse. Cierto que tampoco le acuciaba una necesidad imperiosa de aceptar cualquier oferta. Tras barajar varias opciones, tales como Celtic de Glasgow o el Milan, llegó una oferta seria desde Barcelona, del Español. Emil Osterreicher, el que fuera secretario técnico del Real Madrid, fue la persona que le tentó para que el argentino fichara por el conjunto periquito. El seguir teniendo a la familia cerca y que Kubala, amigo del jugador, fuera el entrenador blanquiazul favoreció que aceptara la oferta de dos años que le propuso Vila Reyes, presidente del Español. Finalmente, el 19 de Agosto, Di Stéfano fue presentando como nuevo jugador blanquiazul.

Portada de la revista Dicen: Di Stéfano posa en Sarriá con la camiseta del Español.

El azar deparó que apenas un mes mas tarde el Madrid visitara Sarria en la primera jornada. Era el reencuentro del hombre que hizo grande al Real Madrid vistiendo otra camiseta. Desde Suráfrica, por unos amistosos jugados en Ciudad del Cabo y Johannesburgo, viajaron los madridistas hasta el Aeropuerto del Prat en Barcelona. A las 18:00, televisado en directo dada la expectación y con un lleno hasta la bandera. Muñoz formo con Araquistain, Isidro, Santamaría, Miera, Muller, Zoco, Amancio, Felix Ruiz, Grosso, Puskas y Gento, mientras que Kubala saco a Carmelo, Juan Manuel, Kuszmann, Riera, Bartoli, Martinez, Vall, Ramírez, Rodilla, Di Stéfano e Idigoras. Un Español que comenzó mandando en el partido y que se adelanto por medio de Ramírez en el minuto 17, acabó sucumbiendo ante el empuje del Madrid tras de dos goles de Puskas, el segundo de extremo derecho cercano a la banda desde donde muy ladeado driblo a dos contrarios y le marco por bajo a Carmelo por un angulo inverosímil entre el cuerpo y el poste: un golazo. Se vio a un conjunto visitante mas entero como equipo en contraposición a un Español a medio hacer, con una actuación poco convincente de Di Stéfano, quizás motivada por los nervios de enfrentarse a sus compañeros de tantos años. Para colmo, una falta suya sobre Grosso motivo el primer gol de Puskas.

En los vestuarios, Di Stéfano habló de su debut: «Necesitamos jugar mas partidos para compenetrarnos, para conocernos. No estuve bien ante el Madrid, lo reconozco. Creo que el Español remontara su derrota en casa ante el Madrid y espero poder ganarme de nuevo la confianza de los seguidores. Ellos tuvieron más suerte, metieron un gol en un saque de falta y yo en cambio en mi oportunidad, Araquistain se la encontró por poco«.

Pero el morbo estaba en ver a Di Stéfano en Chamartín. La primera oportunidad se presento en enero de 1965, cuando un Español a mitad de la tabla viaja a Madrid. Allí le espera un Madrid líder. Como definió Kubala «por una cosa u otra dejan de jugar los consagrados, le sustituyen los jovenes y el equipo sigue ganando”. Di Stéfano no será de la partida. Tras su expulsión varias jornadas antes en el campo del Levante se le une una lesión en la mano, que hace que se la tenga que inmovilizar por lo que se pierde varias jornadas de Liga. El Español sin su concurso puso en aprietos al Madrid aunque este termino ganando por 1-0 con gol de Pirri. La Liga finalizaría con otro titulo de Liga para los blancos y con el Español cerca de los puestos de descenso aunque salvado. El concurso de Di Stéfano se tradujo en 24 partidos y 7 goles.

Por azares del destino Di Stéfano sí volvió al Bernabéu esa temporada, pero de una manera más rara. Tras la Liga comenzó el torneo copero y el sorteo deparo un enfrentamiento entre el Sporting y el Español. En la ida el Sporting venció 3-1 en el Molinón mientras que la vuelta en Sarriá el Español venció por 2-0. Como quiera que no valía el computo total de los goles, se tuvo que jugar un partido de desempate y lo habitual era que estos se celebraran en Madrid entre el Bernabéu, el Metropolitano y en algunos casos Vallecas. Finalmente el 18 de mayo de 1965, Di Stéfano saltaba al césped del Bernabéu con una camiseta distinta a la blanca. Sin embargo el tiempo había pasado, y aunque el argentino no estaba en el olvido, la novedad ya no lo era tanto. Floja entrada en el estadio para ver un partido que al aficionado madridista tampoco le importaba mucho. El argentino no lo hizo mal y el partido fue entretenido. El 2-2 al termino de los 90 minutos hizo que éste se fuera a la prorroga donde Di Stefano a la salida de un corner pone por delante del Español, aunque poco después el Sporting vuelve a igualar 3-3, marcador con el cual se llegaría al final del partido. La igualada motivo un nuevo partido de desempate en el mismo escenario dos días después, en el que Di Stéfano vuelve a ser de la partida.

Kubala y Di Stéfano conversan antes de una de las prórrogas ante el Sporting.

Con algo mas de público Gijón y Español volvieron a batallar y nuevamente acabaron los 90 minutos en empate, esta vez a cero. Sin embargo la juventud del Sporting se notaba y en la prorroga se adelantó. El Español se resistió a perder y a un par de minutos del final empató nuevamente. Como quiera que no se podía estar toda la vida jugando partidos, se opto por hacer una suerte de ‘Gol de Oro’, donde el primero que marcara pasaría la eliminatoria, algo que finalmente hizo el Sporting cerrando un duelo de mas de 400 minutos. Di Stefano no hizo mal partido, pero el gran esfuerzo le acabo pasando factura y prácticamente desapareció del campo durante la prórroga.

La siguiente temporada Di Stéfano seguiría siendo un habitual del once españolista, donde entre Liga, Copa y Copa de Ferias jugo 33 partidos: marcó cinco goles, muy lejos de los guarismos de antaño. Cuando a mediados de octubre el Español rinde visita al Madrid, Di Stéfano tampoco sera de la partida. Había estado lesionado las dos jornadas anteriores y en los días previos al partido se había especulado con su reaparición, algo que finalmente no se produjo, pese a que tampoco se dio un parte oficial del facultativo para reseñar la lesión. Puede que Alfredo no quisiera jugar ante su público, pero sí lo hizo en la segunda vuelta en Sarriá. Allí cuajó un buen partido en un Español que puso en apuros a los blancos que solo pudieron empatar 1-1. Como decía el refrán, el que tuvo retuvo. En total Alfredo jugaría 60 partidos oficiales con el Español durante dos temporadas, marcando 14 goles, retirándose al termino de la temporada 65-66 pocos días antes que el Madrid ganara su Sexta Copa de Europa en Bruselas. Pero eso es historia para otro día.