RM – ALA: La calma antes de la tempestad

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Llega al Bernabéu (20:45, Movistar Partidazo) el Alavés, sexto, con sólo una derrota más que el Real Madrid en Liga, y el mismo equipo que derrotó a los blancos en Mendizorroza con un gol de Manu García en el 94. Pero es el partido de la calma antes de la tempestad. Cuando los de Abelardo abandonen Concha Espina, a los de Solari les esperará en los próximos diez días, sin solución de continuidad, rendir visita al Camp Nou, al Metropolitano y al Johan Cruyff ArenA: Barcelona en Copa, Atlético en Liga y Ajax en Champions. Sólo falta Lorenzo Sanz al parchís para el combo completo.

El Madrid concurre sin Carvajal ni Varane, sancionados, pero con toda la artillería a disposición de Solari, a excepción de un Vallejo que se pasa tanto tiempo en la enfermería que se le ha puesto cara de tirita. Parecía que el prepador argentino dispondría de su trivote clásico en el centro del campo (Modric-Casemiro-Kroos) pero ha preferido dejar al alemán en casa continuando con la dosificación que ha llevado a cabo con los tres y teniendo en cuenta que deberían jugar sí o sí los tres próximos partidos. Ceballos, en principio, ocupará el lugar del ex del Bayern.

Arriba, con Bale recuperado y Benzema cubierto de purpurina, queda un puesto libre que deberían repartirse entre Lucas Vázquez, Vinicius y Asensio. Solari se ha entregado en brazos del gallego desde que llegó y éste, pese a sus limitaciones técnicas, le ha devuelto el cariño dejándose el alma por su equipo: es el que más kilómetros recorre y el líder en recuperaciones, provocando que Modric pueda jugar mucho más liberado y haciendo menos esfuerzos. Vinicius, además, acumula una fatiga que en algún momento le tendrá que hacer parar para avituallarse.

El Alavés, que ha perdido a dos puntales en el mercado invernal como Ibai y Rubén Sobrino, sabe perfectamente lo que tiene que hacer: resistir hasta el minuto 60. Si es capaz de llegar a la hora de partido con el encuentro aún por decidir, podría hincarle el diente a su rival si el Real Madrid decide dosificar esfuerzos de cara a lo que se le viene. Pero eso sería otra historia, nadie espera que la tempestad comience hoy y mucho menos que se convierta en una ciclogénesis explosiva.