Si algo tiene en común el Castilla de los últimos años, no importa quién realice la plantilla (Ramón Martínez o Víctor Fernández) es la falta de jugadores de banda puros. Los ‘falsos extremos’ han logrado hacerse con un hueco y protagonismo mayor que estos últimos.
El equipo de Solari esta campaña únicamente cuenta con dos jugadores de banda: Adrián Mancebo y Franchu. El resto de jugadores que se puede desenvolver en esa posición, son o bien jugadores polivalentes: Luismi Quezada o Sergio Reguilón, o por el contrario, jugadores de perfil distinto como Cristo González.
Esta situación es de las únicas notas negativas que se pueden poner a una plantilla notablemente superior a la del pasado campeonato. Y es una decisión tomada desde la dirección de cantera pues este mismo verano: Cristián Cedrés, José Carlos Lazo, Garci y Lin Liaming han abandonado la casa.
Apostar por este tipo de centrocampistas que se pueden desenvolver por banda, pero con predominio del juego interior, es una de las señas de identidad de La Fábrica actual en la que hemos visto tener minutos en esa posición a jugadores como Odegaard, Javi Muñoz, Enzo o Aleix Febas. Idéntica situación vive el Juvenil A, que salvo por jugadores como Alberto Fernández, Luis Vacas, Elliot o Fran García (aunque venga de jugar los últimos años como lateral izquierdo). Cachorros que tendrán que competir contra la ‘Trinidad de Gutitos’ (Miguel Baeza, César Gelabert y Augusto Galván) por un sitio.